Madrid
«Nuevo norte»: 19 acuerdos para un desbloqueo histórico
Ayuntamiento, Fomento y DCN firman la nueva «operación Chamartín». La estación será el centro del proyecto, que contará con una «city financiera» y que reducirá la edificabilidad en un 36%.
Ayuntamiento, Fomento y DCN firman la nueva «operación Chamartín». La estación será el centro del proyecto, que contará con una «city financiera» y que reducirá la edificabilidad en un 36%.
Hoy tendrá lugar en Madrid, en la sede del Ministerio de Fomento, un encuentro de esos que se califican como históricos. El ministro anfitrión, la alcaldesa de la ciudad y la empresa Distrito Castellana Norte (DCN) darán a conocer las líneas generales de «Madrid, Nuevo Norte»: el último planeamiento urbano diseñado para el norte de la Castellana, que hace 25 años se llamó «operación Chamartín».
Como la foto que hoy tendrá lugar en Nuevos Ministerios, hay ya por lo menos otras tres protagonizadas por sus antecesores. La de Ana Botella, Ana Pastor e Ignacio González fue la última, en 2015. Pero antes de aquella, se cerraron acuerdos similares con Rodríguez Sahagún, Álvarez del Manzano y Ruiz-Gallardón como alcaldes de Madrid. Hoy le toca el turno a Manuela Carmena, y en esta ocasión, ella centra todo el protagonismo, después de que en diciembre el Ayuntamiento «arrebatara» a la empresa promotora la batuta para liderar el necesario acuerdo a tres para diseñar el desarrollo del norte de Madrid, desde las Cuatro Torres hasta los barrios de Las Tablas, Sanchinarro, Fuencarral y Tres Olivos.
El acuerdo ha llegado con un mes de retraso dentro del calendario que se pusieron Fomento, el Ayuntamiento y DCN en diciembre cuando arrancó la comisión transversal, que ha dado luz verde a un acuerdo con el que se modificará el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. Tras esta importante firma, «Madrid, Nuevo Norte» deberá conseguir el visto bueno –entre otros organismos– del Pleno de la ciudad de Madrid, para lo que la alcaldesa necesitará el apoyo de al menos uno de los grupos de la oposición, y de la Comunidad de Madrid, que hoy ni siquiera se hará la foto, después de borrarse de la comisión que ha conseguido un consenso que hace un año parecía prácticamente imposible. Y es que, nada más llegar a la Alcaldía, Carmena tiró a la basura el proyecto que Ana Botella dejó a las puertas del Pleno antes de las elecciones de 2015. Un año después presentó el suyo, al que llamó Puerta Norte, con el que quería reducir el número de viviendas en más de un 74%. Un proyecto antagónico al de Botella que parecía impedir un acuerdo futuro.
Ha hecho falta más de un año para llegar a «Madrid, Nuevo Norte». Este plan es el resultado de una «dura» negociación a tres bandas que, según fuentes municipales, se inició en enero y que tubo como base el proyecto Puerta Norte. El resultado es un acuerdo a tres bandas con 19 puntos que definen las bases de la ordenación de la zona norte de la ciudad, que quedará dividida en cuatro ámbitos, cada uno de ellos con un diseño mixto –se ha intentado huir de los guetos y la segregación– y en el que la estación de Chamartín renace como el corazón de todo el proyecto.
Precisamente la edificabilidad y el entorno más próximo a la estación han sido dos de los escollos más difíciles de sortear en una negociación que ha durado siete meses. La edificabilidad, que en términos generales podría reducirse finalmente un 36% respecto al proyecto de Ana Botella, es el fruto de un largo debate en el que DCN, la empresa propietaria de la mayoría del suelo (participada al 75,5% por el BBVA y al 24,5% por San José), sólo estaba dispuesta a ceder un 20%. Finalmente, Carmena, a través de su delegado de Urbanismo, José Manuel Calvo, con el que en el último mes ha tenido reuniones a diario, ha conseguido llevarse el gato al agua y reducir también en gran medida el número de viviendas que DCN tenía pensado hacer en el proyecto de 2015. Así, mientras que el plan inicial proyectaba 17.740 viviendas y el de Carmena 1.400, en el acuerdo actual no llegarían a las 11.000, de las cuales las destinadas a uso público quedarán por encima de las que establece la ley, que es el 10% de lo construido. El área afectada sería finalmente de unos 2 millones de metros cuadrados frente a los 3,2 millones planteados inicialmente y se distribuirían en cuatro ámbitos. Estas cuatro zonas responden a Fuencarral-Tres Olivos, Fuencarral Malmea, Las Tablas y el distrito de Negocios, que tendrían coeficientes de edificabilidad independientes.
Otro de los baches por los que ha pasado la comisión de Castellana Norte en estos siete meses ha sido el uso que se le daba a los terrenos más cercanos a la Estación de Chamartín. Remodelarla e integrarla en la ciudad fue desde el principio una de las prioridades de la alcaldesa con la que todas las partes estuvo de acuerdo, por eso se ha discutido mucho sobre qué debía rodearla para conseguir este objetivo. Se acordó convertir la zona en una especie de «city financiera» atrayendo grandes marcas para que establecieran allí su sede. Sin embargo, para evitar convertirla en un «gueto» empresarial, finalmente se introducirán viviendas, servicios terciarios y zonas verdes en esta pequeña isla dentro de la M-30 insólitamente abandonada. Madrid «necesita una nueva estación de Chamartín, moderna y referencia en Europa, afirmaron fuentes municipales a este respecto.
nudo norte
La gestión del plan pasa a manos del Ayuntamiento de Madrid, que controlará los tiempos y actuaciones, de modo que los técnicos municipales son los que se encargarían de la reforma a través de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana que se llevará a cabo en base a los 19 acuerdos presentados hoy. Por último, para compensar a los operadores privados de la reducción de sus plusvalías, el Ayuntamiento de Madrid asumiría el coste de las infraestructuras viarias previstas. Así, la demandada tarea de deshacer el nudo norte que en el proyecto promovido por Distrito Castellana Norte, hubiera sido sufragada íntegramente por la iniciativa privada, podría quedar íntegramente en manos municipales. De hecho, el consistorio tiene reservada una partida del presupuesto para este año destinada a esta obra que está valorada en más de 100 millones y que podría iniciarse este mismo año y consistiría en construir cuatro falsos túneles.
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