Policía

Carmena, abierta a las críticas de una Policía en pie de guerra

La alcaldesa presidió junto al concejal de Seguridad un «deslucido» día del patrón de los agentes municipales en la Casa de Campo

La Razón
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La alcaldesa presidió junto al concejal de Seguridad un «deslucido» día del patrón de los agentes municipales en la Casa de Campo

A excepción de en una ocasión, hace más de 20 años, que se celebró en la Casa de Campo con motivo de la inauguración de la Jefatura de Policía Municipal (la sede actual del Samur), el día del patrón de la Policía madrileña, San Juan Bautista, siempre ha contado con el parque de El Retiro como escenario. Sin embargo, este año se ha hecho en el teatro Auditorio de la Casa de Campo, un pabellón cerrado que deslució la fiesta y la convirtió en restringida a policías, familiares, autoridades y periodistas, ya que sólo se podía entrar con acreditación. Así, a diferencia de los 1.500 invitados del año pasado, según uno de los miembros de la organización del acto de ayer, este año sólo cabían 500. Este año no hubo desfile (no había representación de todas las unidades) y en el cóctel posterior estaban vetadon el vino y la cerveza. Todos estos cambios y muchas ausencias de importantes mandos policiales fueron las novedades del día de ayer, segunda vez que el Gobierno de Ahora Madrid preside el acto de San Juan. Así lo recordó la alcaldesa, Manuela Carmena, que ayer reconoció que el año pasado apenas les conocía. «Este año sí os conozco y por eso quiero daros las gracias». La regidora agradeció la labor no sólo de los 39 policías condecorados con la medalla al mérito profesional o las 71 cruces al mérito de toda una trayectoria, sino de todos agentes que han hecho cosas «individuales» –en algunas intervenciones «habéis respondido con serenidad para hacer bien vuestro trabajo»– en pro de la comunidad. Y es que «comunidad», «derechos humanos» y, sobre todo, «legalidad» fueron las palabras más repetidas por los responsables políticos de la Policía Municipal, que se mostaron «dispuestos a escuchar» tanto las críticas como los elogios que los agentes consideren.

Principio de legalidad

Antes de Carmena, que cerró el acto comentando lo bien que les sentaba a los agentes el uniforme habló el inspector jefe del cuerpo, Teodoro Pérez y el concejal del Área de Seguridad, Javier Barbero, el único en la tribuna sin afeitar y sin corbata. Pérez, muy en la línea de la Policía «comunitaria» que tanto promueve este Gobierno, recordó las principales premisas del Plan Director –cuya implantación está originando cambios en el Cuerpo que están causando gran malestar– y habló de la protección a los grupos más vulnerables y de garantizar el cumplimiento de los «derechos humanos no dificulta la labor policial». Si todas estos comentarios dejaron a más de un agente extrañado, el concejal Barbero lo remató cuando centró su dicurso en explicar que «la legalidad va a ser uno de los ejes centrales de nuestro trabajo». «¿Cuándo no lo ha sido? Precisamente trabajamos por garantizar su cumplimiento», comentaba un cabo desde su butaca. También destacó Barbero la importancia de la «vocación de servicio desde el respeto a los derechos humanos». Algunos agentes lo interpretaron como insinuaciones veladas a que antes no se hubiera realizado así. La única ausencia política fue la del PSOE. Por su parte, la portavoz del PP en el Ayuntamiento, Esperanza Aguirre, dijo que había sido un acto «vergonzoso y vergonzante» que suponía un «desprecio» a la Policía Municipal y que casi había sido «clandestino», en referencia a su ubicación.