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Carmena «okupa» el Español
La primera programación diseñada por Portaceli contará con una semana para el «teatro más radical» en la que siete compañías tomarán hasta la fachada
La primera programación diseñada por Portaceli contará con una semana para el «teatro más radical» en la que siete compañías tomarán hasta la fachada
Y, un año después, el Español dejó la deriva a la que le había llevado el antojo de algunos. Carme Portaceli se subía ayer a las tablas del escenario principal del teatro que ahora capitanea para presentar el «menú degustación» –como lo definió– que ocupará su cartelera hasta junio: 15 montajes entre los que figuran dos producciones propias, una coproducción, ciclos temáticos y varias interpretaciones por parte de figuras de la danza nacional, así como un espectáculo para niños. A su lado la alcaldesa, Manuela Carmena, sacó pecho ante la platea por el cambio respecto hace 12 meses, sin olvidarse de Juan Carlos Pérez de la Fuente, antecesor de Portaceli: «El director anterior cubrió una etapa muy bien, pero creo que avanzamos a base de etapas que superan unas a otras y hemos hecho lo que creemos que debemos de hacer». Y hasta ahí llegó la mención a un pasado que dejó en herencia una de las piezas más esperadas de 2017: «El cartógrafo», de Juan Mayorga; con interpretaciones de Blanca Portillo y José Luis García-Pérez –desde el 26 de enero–.
Rescoldos –al igual que «Eroski Paraíso» y «Edith Piaf»– que han logrado mantener activo el teatro y que sirven de enlace con la programación «made in Portaceli» que dará comienzo el viernes con un clásico del Siglo de Oro: «Fuenteovejuna». Pepa Gamboa dará su visión de la obra de Lope de Vega arropada por un elenco compuesto por gitanas del poblado chabolista del Vacie. Será la encargada de abrir la lata y comenzar a desarrollar la «temática transversal» que inundará estos meses: «El bien y el mal» como eje vertebrador. «Es un tema muy interesante para debatir, que nos ayuda a distinguir los valores éticos y democráticos», apunto la directora artística. En torno a él girarán la mayoría de las propuestas. Como el «Fausto» y la «Inmaculata», de Tomaž Pandur que servirán para homenajear a un dramaturgo muy ligado a la ciudad y fallecido en 2016. Un inicio de programación que hace especial hincapié en la «hospitalidad», uno de los pilares en los que Portaceli quiere apoyar su mandato: «Una línea de conducta, entendida como apertura en todas las acepciones del término», presentó.
Y sin acabar febrero, otras de las señas del proyecto: la paridad, «porque el teatro debe ser un reflejo del mundo». Con lo que subirá a escena «Mujer no reeducable», de Stefano Massini, «Caída del cielo», de Rocío Molina, y «Dos piezas, dos», que cierra febrero de la mano de Lola Blasco y Carolina África. Dos producciones propias como «Furiosa Escandinavia» y «Ushuaia» continuarán con la cartelera en la primera parte del semestre. Con la clausura de estas dos, Portaceli abre las puertas de la calle Príncipe 25 del 19 al 23 de abril al teatro «más radical»: «Le ofrecemos todo el edificio para que lo ‘‘okupen’’ según sus necesidades. Queremos que formen parte de nuestra programación habitual y que se teja una red de difusión de esas iniciativas más rompedoras por todas las ciudades españolas», expuso Portaceli. «Zip» es el nombre del proyecto que busca comprimir en las paredes, habitaciones, salas, camerinos, pasillos incluso la fachada del Español «un idioma que nos conecte con el mundo y tenga la fuerza de nuestro sueño para luchar contra el envejecimiento del lenguaje».
La segunda parte de la «mini emporada» –definió Portaceli– dará comienzo el 23 de abril con uno de los libros de cabecera de la directora: «Una habitación propia», de Virginia Woolf. Después, «La cantante calva», de Ionesco y con dirección de Luis Luque, e «Iván y los perros» cerrarán la parte más teatral. La reciente Premio Nacional Sol Pico y María Pagés también ocuparán, esta vez en junio y por separado, la Sala Principal en una propuesta más visual.
Dos estrenos de quince montajes
Bien es cierto que en apenas diez días el Español acogerá uno de los que se presume como uno de los montajes de la temporada, «El cartógrafo» –estrenada en otoño en Valladolid–, aunque bien es cierto que es herencia del pasado. Lo que sí se verá por primera vez sobre las tablas de la Principal del Español son dos producciones propias que se reservan para marzo: «Furiosa Escandinavia», de Antonio Rojano, y «Ushuaia», de Alberto Conejero. Mientras el primero bucea –desde el 9 de marzo– en la memoria, el amor y la pérdida inspirado por «En busca del tiempo perdido» de Proust, la pieza de Conejero –estreno el 16 de marzo– se traslada a la ciudad más austral del mundo para que José Coronado se aísle en ella.
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