Móstoles

Detenido un empleado de Barajas con 7 kilos de coca

Los agentes se percataron de que en muchas ocasiones nadie recogía el equipaje facturado de las cintas
Los agentes se percataron de que en muchas ocasiones nadie recogía el equipaje facturado de las cintaslarazon

La droga venía en uno de los vuelos calientes que llegan de Bolivia y él la pasaba por los accesos sin control policial

La droga venía de uno de los vuelos más vigilados por los agentes de Estupefacientes del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas: el UX-026 de la compañía Air Europa, que viene de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Es uno de los vuelos calientes que suelen llegar de madrugada a Madrid y en el que es habitual que, bien en el equipaje facturado, en el de mano, o en el propio cuerpo de algún pasajero captado por las redes del narcotráfico (impregnado en ropa o en el interior del organismo), llegue cocaína. Desde hace un par de meses, los agentes estaban especialmente pendientes de este vuelo y, sobre todo, de los movimientos del personal una vez que aterrizaba ya que tenían sospechas de que la organización criminal había vuelto a captar a trabajadores de Barajas para introducir droga en nuestro país. Gracias a esta especial vigilancia se consiguieron frustrar dos entradas de cocaína de importante valor económico. La primera fue el pasado 5 de marzo.

El Grupo de Estupefacientes de al comisaría de Policía Nacional que opera en el aeródromo madrileño detuvo a un pasajero procedente de este vuelo con nada menos que 20 kilos y medio de cocaína. Concretamente, 20.660 gramos. Tras proceder a la detención del individuo, Alejandro R. P., éste explicó a los agentes que la maleta facturada a su nombre no debía haber llegado a las cintas sino que tenía que haber sido retenida en la zona de carga denominada Bulk 5, donde llegan los equipajes de la tripulación.

El segundo pase frustrado por la Policía se produjo el pasado 2 de abril en el mismo vuelo. Los agentes detectaron una mochila sin etiqueta con nueve kilos y medio del estupefaciente (9.500 gramos en ocho paquetes). Esta vez se les escapó quién la había facturado y nadie la recepcionó quizás al notar movimiento policial. Pero el pasado 7 de mayo, ocurrió lo mismo. En la cinta había una maleta sin etiqueta de facturación. La cogieron: estaba semivacía pero desprendía un fuerte olor a coca, es decir, alguien la había vaciado desde el aterrizaje hasta depositarla en al cinta. La Policía acudió a las dependencias de la empresa que hace el handling con Air Europa y el jefe les facilitó los datos de todos los trabajadores que habían hecho el desembarque del vuelo en cuestión.

Pocos minutos después, el jefe llamó a la Policía por teléfono para comunicar que el capataz que había coordinado ese vuelo se había hecho daño en un hombro y que se había ausentado del trabajo para acudir a los servicios médicos de la mutua. Demasiada casualidad, pensaron los de Estupefacientes.

Así, establecieron un dispositivo policial en varias salidas del aeropuerto para localizar al capataz. Finalmente, sobre las 8:00 horas de la madrugada, en el punto de salida de empleados de la sala 6 se toparon con el trabajador buscado: Javier Antolínez, de 39 años y empadronado en Móstoles. Llevaba una mochila con cinco paquetes y cuatro móviles y una bolsa de plástico en la mano con dos envoltorios. En total, 7.400 gramos de cocaína.