Ciudad Lineal
El cubo marrón debuta en diez distritos
El 1 de noviembre, el contenedor para restos orgánicos se estrenará en 125.000 viviendas. El cubo de tapa naranja quedará para pañales, toallitas húmedas, pelo, colillas y polvo.
El 1 de noviembre, el contenedor para restos orgánicos se estrenará en 125.000 viviendas. El cubo de tapa naranja quedará para pañales, toallitas húmedas, pelo, colillas y polvo.
A partir del 1 de noviembre, los contenedores de tapa naranja se dividirán en dos en 22 barrios de la ciudad. Es la fase piloto de una iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, que afectará a 255.000 habitantes de 10 de los 21 distritos; una medida que tiene como objetivo que la capital sea cada vez más sostenible.
Entre los restos orgánicos que deberán depositarse en los nuevos contenedores de tapa marrón están los deperdicios de fruta, verdura, carne, pescado, marisco, frutos secos, infusiones, posos de café, cáscaras de huevo, tapones de corcho, cerillas, serrín, servilletas usadas, papel de cocina sucio o cartón con restos de aceite. Por su parte, los actuales contenedores de tapa naranja quedarán reservados para otro tipo de residuos como pañales, toallitas, colillas, pelo, excrementos de animales, arena de gato, chicles o polvo de barrer.
«Esto entra dentro de un plan de acción de la Unión Europea, que ha marcado como objetivo que las ciudades reutilicen o reciclen el 50 por ciento de los residuos en 2020. Ya vamos con retraso», indicó la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, en la presentación de «Madrid acierta con la orgánica», un plan que la edil calificó como «un cambio a la altura de la introducción de los contenedores de reciclaje de envases de 1998». El objetivo del Consistorio es que la medida esté implantada en toda la ciudad antes de que concluya la legislatura.
Las doce zonas pioneras en las que se instalarán los contenedores de tapa marrón están distribuidas en diez distritos (Tetuán, Chamberí, Moncloa-Aravaca, Latina, Ciudad Lineal, Hortaleza, San Blas-Canillejas, Villaverde, Puente de Vallecas y Arganzuela). «Uno de los objetivos es que la gente perciba esto como necesario y que lo haga suyo», subrayó el director general del Servicio de Limpieza y Residuos, Víctor Sarabia.
Según las estadísticas, cada madrileño genera 1,1 kilos de desperdicios al día, de los que el 71% van al contenedor de tapa naranja. En el proceso de descomposición de esta basura, los residuos orgánicos –que ahora tendrán que depositarse en los contenedores de tapa marrón– desprenden gases de efecto invernadero y malos olores, un problema que se puede evitar con este nuevo sistema de reciclaje que entrará en funcionamiento en dos semanas. Además, en el tratamiento se obtiene biogás y fertilizante para las plantas.
«Tenemos que dejar un mundo más sano y saludable para nuestros hijos», añadió Sabanés. La recogida de los contenedores marrones será diaria, por lo que el consistorio aumentará el número de camiones destinados al servicio.
La medida obligará al Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena a incrementar hasta en un 40 % de su valor los actuales contratos de gestión de residuos, ya que la nueva recogida selectiva de materia orgánica «va a generar o tiene que generar o animamos a que genere mejores condiciones de trabajo y más trabajadores», afirmó Sabanés.
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