Cataluña
El humo vuelve a colarse en los bares madrileños
Cada vez hay más bares en Madrid en los que se vuelven a ver las nubes del tabaco sobre las cañas y las tapas.
Con el vapor de los cigarrillos electrónicos en pleno debate sobre su regulación, cada vez hay más bares en Madrid en los que se vuelven a ver las nubes del tabaco sobre las cañas y las tapas, cuando apenas se han cumplido tres años de la implantación de la Ley Antitabaco.
No lejos de la Estación de Chamartín, en un pequeño bar con restaurante, llaman la atención los ceniceros situados en la mesa donde el propietario juega su partida de cartas o los recipientes amontonados detrás de la barra y preparados para recibir las cenizas del cigarrillo de algún cliente.
A la pregunta de si en el bar se puede fumar, uno de los clientes afirma: "hombre, poder no se puede, pero se deja", aunque más tarde recalca que en el local se fuma "por la tarde, por la noche y hasta a la hora de la comida"y bromea al decir que "si alguien intenta entrar aquí a cobrar una multa, lo matan".
En un círculo de menos de un kilómetro de la estación de Chamartin, Efe ha podido comprobar en un mismo día que cuatro locales, sean bares o restaurantes, admiten que sus clientes fumen tranquilamente mientras tomas sus consumiciones.
Algo similar ocurre en otro pequeño local de barrio, cercano al metro de Puerta del Ángel, donde la clientela habitual bebe sus cafés o sus cervezas mientras encienden un cigarrillo tras otro, o en un pequeño restaurante gallego de la zona centro en el que se permite fumar en mesas apartadas después del almuerzo.
El caso de la Comunidad de Madrid, sin embargo, podría ser una excepción ya que, frente a los 800 inspectores de Sanidad de Cataluña o los más de 900 andaluces, en la capital son tan solo 17 los inspectores que velan por el cumplimiento de esta ley.
Esto se antoja "complicado"para Raquel Fernández Megina, presidenta de nofumadores.org, que acusa al gobierno regional de falta de "interés político porque esta ley se cumpliese", lo que, en su opinión, ha provocado la relajación entre muchos hosteleros que están permitiendo fumar de nuevo.
Según los datos que la Consejería de Sanidad de Madrid ha facilitado a EFE, el número de expedientes sancionadores abiertos por la Agencia Antidroga, que es la encargada de hacer cumplir la prohibición de fumar, ha aumentado un 239 % desde 2011, así como las sanciones finales, que han pasado de 155 a 547, un 252,9 % más.
Llama la atención, además, el número de denuncias recibidas por la Policía, que han disminuido casi un 25 % en los dos últimos años al mismo tiempo que aumentaban los expedientes sanitarios, un descenso que Raquel Fernández atribuye a la "hartura"del ciudadano que sabe que "su denuncia no va a ninguna parte".
Nofumadores.org critica la falta de transparencia de la Comunidad de Madrid cuando piden ser parte interesada en las denuncias emitidas, de las que aseguran que la única respuesta obtenida suele ser un acuse de recibo en el que no se detalla si se ha inspeccionado el local o si se abre un expediente de sanción.
"Me hubiese gustado denunciar a la Agencia Antidroga por dejación de funciones", se lamenta Raquel Fernández, que explica que no pueden emprender acciones legales por falta de medios, algo que no impide que aún mantengan "muchos frentes abiertos"como las terrazas que incumplen la Ley o los cigarrillos electrónicos.
En otro de los bares en los que Efe ha comprobado que se fuma, un grupo de cinco trabajadores de una empresa de nuevas tecnologías comparten unas cervezas tras finalizar su jornada laboral. Dos de ellos fuman.
Al final de la barra dos mujeres y un hombre conversan y del centro del grupo surgen varias columnas de humo. Al mismo tiempo, otros dos jóvenes charlan acodados en la barra con sus respectivos paquetes de tabaco a su lado. Entre la ceniza del cenicero se aprecian cinco colillas.
La Ley 42/2010 entró en vigor el 2 de enero de 2010 y extendió la prohibición de fumar a cualquier tipo de espacio de uso colectivo, cualquier local abierto al público que no esté al aire libre y, además, quedó prohibido fumar también en algunos lugares abiertos como las zonas cercanas a colegios u hospitales.
En los últimos meses en muchos de estos espacios se han comenzado a ver los nuevos cigarrillos electrónicos que al encontrarse en tierra de nadie, legalmente hablando, se han convertido en el sustituto del tabaco para muchos fumadores y exfumadores.
Mientras tanto, diversas organizaciones promueven en estos momentos estudios sobre las sustancias que contienen estos dispositivos, que han producido ya un caso de neumonía lipoidea asociada al cigarrillo electrónico que fue diagnosticado el pasado 13 de marzo, y tratan de equipararlos a la normativa del tabaco.
Pero a pesar de los esfuerzos y del alto grado de aceptación de la Ley en España, un 95 % según la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (Semfyc), el cigarrillo de toda la vida se ha vuelto a colar en algunos bares, si de forma definitiva o no solo el tiempo lo dirá.
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