Política

Cantabria

El pederasta llamó a su familia mientras estaba con las niñas

Ortiz estaba obsesionado con sus músculos
Ortiz estaba obsesionado con sus músculoslarazon

Del análisis de su línea telefónica se desprende que habló con su madre y su hijo en presencia de la menor española

Una de las principales bazas de los investigadores de la «operación Candy» contra Antonio Ortiz son las triangulaciones de su teléfono móvil, que le sitúan en los lugares de las agresiones y tentativas. Cuando los agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Brigada Provincial de Policía Judicial ya pusieron nombre y apellidos a la persona que llevaban meses buscando, comenzaron a analizar todas sus propiedades. Así, descubrieron para quién trabajaba, los pisos a nombre de su familiares, coches y teléfonos. La jueza instructora del caso, la titular del Juzgado de Instrucción número 10, María Antonia de Torres, autorizó a los investigadores la interceptación de las llamadas telefónicas del principal sospechoso el día 16 de septiembre. Es ahí cuando los agentes comienzan a escuchar sus conversaciones y, de forma paralela, analizaron su posición en los días de las agresiones gracias a las señales de los repetidores. Ya no tenían que mirar qué teléfonos pasaron por las mismas zonas a determinadas horas, que fue un trabajo muy minucioso y con escasos resultados a nivel operativo, sino comprobar si su línea aparecía en los listados de aquellos días. Y, efectivamente, el móvil de Ortiz había sido captado por los repetidores en las zonas donde realizó los recorridos y en esas franjas horarias. Es más, realizó llamadas a las horas en las que supuestamente estaba con sus víctimas. Desde su número de teléfono (625..) Ortiz realizó hasta cinco llamadas sin éxito a un amigo con domicilio en Coslada el día 11 de julio de 2013, cuando se le atribuye la primera agresión a una menor china en esa localidad (y el allanamiento de morada, ya que se supone que abusó de ella en el domicilio de la niña), si bien esta menor no le reconoció en la reciente rueda de reconocimiento.

El día de su segunda víctima, el 24 de septiembre de 2013, a una menor de origen dominicano cerca de Hermanos García Noblejas, existen llamadas entrantes y salientes en la franja horaria que supuestamente estaba con la niña. Lo mismo ocurre con su víctima consumada número 3 (la que de cara a los medios fue la primera): la española de 9 años raptada en calle Cidamón. El presunto pederasta realiza llamadas hasta a seis números de teléfono distintos mientras estaba con la menor. Ésta desapareció en torno a las 20: 40 horas y Ortiz llama hasta cuatro veces (puede ser que sin éxito ya que entonces no tenía el teléfono pinchado y no se puede saber el contenido de las conversaciones) a un teléfono entre las 21:20 horas y las 21:48 horas. De nuevo llama a las 21:20 horas a un amigo con el que habla un minuto y a su madre a las 21:24 horas; probablemente para cerciorarse de que el piso de Santa Virgilia estaba vacío. Allí creen que llevó a la niña para abusar de ella. Poco después llamó a una tal Esperanza, con domicilio en Palencia, con quien habló a las 21:28 horas; una tal Yesika le llamó a las 22:28 horas pero él no lo cogió y, quizás lo más sorprendente; el pederasta llamó a su hijo a las 22:32 horas, con quien habló estando en presencia de la niña, según se desprende del sumario, ya que a ésta la abandonó cerca de la una de la madrugada.

El 17 de junio, día de la agresión a la niña de origen chino, Ortiz intentó llamar a las 22:47 horas a una tal Brígida con domicilio en Alcalá de Henares y las 0:37 horas; cuando estuvo con la menor y después de abandonarla en las inmediaciones de la calle Jazmín. El día de la tentativa de Moratalaz (el 8 de agosto) y el día de su última agresión a la niña dominicana el 22 de agosto, también realizó llamadas estando, supuestamente con sus víctimas. Este último día habló 15 minutos con alguien con el teléfono a su nombre (probablemente alguno de sus hijos, según el atestado policial) y con Rosa, una amante de la calle Barco con quien habló durante una hora. Y es que la agresión con la última víctima no fue del todo satisfactoria para el agresor; por lo que se quedó con apetito sexual, según los investigadores. Desde el pasado 12 de marzo el IMEI (número del terminal) de Antonio Ortiz se encontraba asociado a esa línea de teléfono (625...), pero hasta entonces, ese terminal lo tenía otra persona con otro número de teléfono: un tal Javier Berrocoso; al parecer, un amigo de «fechorías». Y es que este individuo y Ortiz fueron detenidos y trasladados a la comisaría del distrito de Salamanca el 2 de septiembre de 2009 por su presunta participación en un robo con fuerza en una clínica veterinaria en la calle Maldonado, según consta en el sumario.

«Llego y resulta que mi tío me ha dejado tres porros. Mañana la tengo con él»

«El niño», que es como su tía Gladis se refería a Antonio Ortiz por su «personalidad infantil», también hizo un uso compulsivo de su teléfono móvil durante su estancia en casa de sus familiares en Santander. Allí, tal y como describieron sus tíos en su declaración tras la detención, el presunto pederasta aprovechaba las tardes y las noches para hablar con su última novia, Rosa, a la que conoció cuando ambos estaban internos en Soto del Real y con la que comparte la afición por el culturismo. Durante su estancia en Cantabria hablaron en dos ocasiones en las que se desahogó con ella: «Llego y resulta que mi tío me ha dejado tres porros... Ya verás como mañana la tengo con él».