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Empleados públicos de Las Rozas denuncian insultos y menosprecios de Ciudadanos

Los empleados del ayuntamiento de Las Rozas denuncian que Verónica Priego (Cs) ha “calumniado” al jefe de los Servicios Jurídicos, al que consideran la última víctima de este grupo municipal. Priego se habría inventado “una falsa apertura de diligencias previas”.

Foto: Twitter
Foto: Twitterlarazon

Unos 40 trabajadores han leído un manifiesto de repulsa en el que ponen de manifiesto su “más enérgica repulsa” ante las “difamaciones, insultos, menosprecios y ataques” de los representantes de Ciudadanos.

El Grupo Municipal de Ciudadanos de Las Rozas, en su labor de oposición, no se ha ganado precisamente el aplauso ni el cariño de los empleados públicos municipales. Antes al contrario, este colectivo está en pie de guerra contra la formación naranja desde hace meses por los “insultos y los continuos menosprecios” a los trabajadores del Ayuntamiento. Durante el Pleno celebrado ayer, en el receso para el almuerzo pasadas las tres de la tarde, unos 40 trabajadores leyeron un manifiesto de repulsa en el que ponían de manifiesto su “más enérgica repulsa” ante las difamaciones, insultos, menosprecios y ataques de los representantes de Ciudadanos. Esta acción fue respaldada por el resto de los grupos de la Corporación, el PP, que gobierna en minoría, y el resto de la oposición, que se pusieron en pie para aplaudir a los trabajadores. Estos están recogiendo firmas para mostrar su solidaridad y defensa de la “última víctima de los comentarios injuriosos hacia los funcionarios” de los ediles de la formación de Albert Rivera. Se trata, denuncian, del jefe de los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento, a quien la portavoz adjunta de Cs, Verónica Priego habría atacado duramente en el Pleno de marzo. Sin embargo, desde Ciudadanos Las Rozas matizan que su concejal no se refirió en ningún momento a ninguna persona en concreto, sino que afirmó que se habían “abierto diligencias previas contra este asunto”, en referencia a las viviendas del Montecillo.

“No vamos a consentir que ningún político (en referencia a Cs) utilice impunemente una institución como es el Pleno para calumniarnos”, dicen. “Priego no sólo ha cuestionado las valoraciones jurídicas de un trabajador incansable con una trayectoria intachable, como es el caso de Felipe Jiménez, sino que llegaron a inventarse una falsa apertura de diligencias previas en un asunto municipal y llegaron a hablar de indicios de delito. Todo para tratar de justificar ante los vecinos sus permanentes y controvertidos cambios de criterio”, denuncian los empleados del Consistorio.

El alcalde José de la Uz, reprobó a la edil, cercana al Secretario de Organización de Cs, Fran Hervías, y aseguró que no “consentirá en ningún caso” que se dude de la honorabilidad y la profesionalidad de ningún trabajador público del Ayuntamiento. “¿Qué no va a consentir qué?”, se encaró entonces Priego al regidor.

Pero los trabajadores municipales denuncian incluso que los concejales de Ciudadanos les habrían “amedrentado en su ejercicio de protesta recogiendo las firmas”.

El portavoz de Ciudadanos en Las Rozas, Miguel Ángel Sánchez, ha declarado por su parte que “desde Cs Las Rozas respetamos ante todo la libertad de expresión y el esfuerzo de los trabajadores”. Señala, además, que Cs se debe “a todos los roceños” y, en este caso, “a los vecinos del Montecillo que preguntaron en el Pleno por su situación, y por eso les dimos respuesta”. Recuerda, además, que dichos vecinos fueron “afectados por los fondos buitre” y denuncian que “fueron censurados por el alcalde, que les impidió hace dos meses preguntar preguntas acerca del futuro de sus viviendas”.

Que los empleados públicos están más que molestos con Ciudadanos es un clamor en el Ayuntamiento, máxime desde que en 2016 el que entonces era portavoz de la formación naranja, Alberto Hernández, acusara a los trabajadores públicos, funcionarios y laborales, de “poca capacitación, poca cualificación y hasta de desconocer cuál es la estructura de su Ayuntamiento”. Estas afirmaciones motivaron entonces una gran protesta, con pitidos y pegada de carteles por todo el Consistorio, para que Hernández se retractara de sus afirmaciones. Hernández abandonó después las filas naranjas por discrepancias personales y políticas con su grupo y pasó a sentarse en el escaño de los no adscritos.