Comunidad de Madrid

La búsqueda de Cervantes se reanuda después de Navidad

Las religiosas del convento de las Trinitarias pidieron que la exploración no coincidiese con las fiestas. Los técnicos ya cuentan con todos los permisos para trabajar en la cripta

En la cripta subterránea hay entre 30 y 33 nichos, casi todos ellos con restos en su interior. Se accede a ella a través de la sacristía y se encuentra bajo la iglesia
En la cripta subterránea hay entre 30 y 33 nichos, casi todos ellos con restos en su interior. Se accede a ella a través de la sacristía y se encuentra bajo la iglesialarazon

Será después de las fiestas navideñas cuando retornen los trabajos de búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes al Convento de las Trinitarias. El equipo capitaneado por el historiador Fernando de Prado, el técnico experto en georradar Luis Avial y el antropólogo y forense Francisco Etxeberría regresará a partir de entonces a este recinto situado en el Barrio de las Letras para iniciar la segunda fase del proyecto que busca resolver por fin el misterio que rodea al lugar en el que reposa el cuerpo del autor de «El Quijote».

Aunque en un primer momento, y una vez fueron presentadas las conclusiones de la primera fase, se estimó que los trabajos podrían reanudarse a finales de noviembre –se barajó también llevarlos a cabo la semana posterior al puente de la Constitución, que se prolonga hasta mañana–, la resolución de los trámites burocráticos y la concesión de algunos permisos han dilatado estos plazos. Por este motivo y ante la expectativa de que estas labores de búsqueda pudieran solaparse con las fiestas navideñas, el equipo técnico decidió posponer su entrada en la cripta del templo. En el transcurso de la reunión mantenida hace algunas semanas entre los investigadores y las religiosas del convento se tomó la decisión de aplazar la segunda fase de búsqueda hasta después de Reyes, tal y como han confirmado a este diario fuentes del equipo técnico. Fueron precisamente las monjas las que expresaron su temor a que alguna de las principales celebraciones de estas fiestas navideñas coincidiese con la exploración forense. En esa misma reunión, la superior de la orden manifestó su total disposición a colaborar con el proceso de búsqueda así como su satisfacción por la «alta calidad» y la «profesionalidad» demostrada por el equipo de Luis Avial en el desarrollo de la primera fase.

Nuevo calendario

De esta forma, y tras confirmarse este pequeño retoque en el calendario, los planes de los investigadores pasan por hacer una presentación ante los medios del plan de trabajo a partir del día 8 de enero e iniciar la labor de campo inmediatamente después. Hasta conseguir el visto bueno para acceder a la cripta, el equipo de investigación se ha visto obligado a obtener los permisos del arzobispado –además del de las propias monjas–, del Ayuntamiento de la capital y de la Dirección general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. En este proceso, los pequeños reparos existentes, fundamentalmente relacionados con los riesgos que este tipo de trabajo puede suponer para la conservación del patrimonio –en un edificio declarado Bien de Interés Cultural– han sido superados gracias a la garantías técnicas incluidas en los informes y a la trascendencia deposible hallazgo. De hecho, una de las premisas que siempre han dejado en todas y cada una de las reuniones ha sido la de ser absolutamente cuidadosos para no originar ningún trastorno a este respecto. En su aprobación del proyecto, el Ayuntamiento también validó destinar una partida presupuestaria de 50.000 euros.

La precisión y el gran volumen de información obtenido en la primera fase permitirán al equipo de investigadores ir a tiro hecho. Las principales esperanzas de hallar a Cervantes pasan por el examen de la cripta subterránea, una de las cuatro áreas en las que la malla del radar detectó enterramientos. Este espacio, de acceso sencillo a través de la sacristía y de casi cinco metros de altura, seis de anchura y quince de longitud, cuenta con entre 30 y 33 nichos, sobre los que se tiene «total seguridad» de que están ocupados por restos humanos. Se trata de cuatro filas con siete nichos cada una y una fila más, con otros cinco espacios para enterrar en la parte más abovedada. En algunos de ellos, no se descarta que pudieran convivir huesos de varias personas como consecuencia de las reformas y obras que ha sufrido en estos siglos el convento. En la cripta trabajarán alrededor de 25 personas con el objetivo de dar con el ya conocido como «perfil Cervantes», es decir, con los restos de un hombre de 60 años, ostensibles lesiones en el esternón, con la mano izquierda deformada y con seis dientes.

Además del lugar más sencillo de explorar, la cripta también es el punto del convento en el que, según el historiador Fernando de Prado, sería más lógico que reposaran los restos del escritor, ya que si en algún momento sus huesos fueron exhumados, lo razonable sería que hubieran sido depositados en estos nichos. Si el examen de la cripta no arrojara resultados positivos, el trabajo de campo, tras una renovación de los permisos, se llevaría a las otras tres zonas «calientes», que se encuentran bajo el crucero y en la parte posterior de la iglesia principal y en las que sí sería necesaria una actuación más invasiva.

Un Quijote para uso en los colegios

Los pequeños retrasos en el inicio de la segunda fase de búsqueda pueden propiciar que el hallazgo definitivo de Cervantes coincida con la celebración del cuarto centenario de la aparición de la segunda parte de «El Quijote» en 2015. Una conmemoración que ya ha comenzado con la publicación, por parte de la Real Academia Española, de una edición popular de la gran obra cervantina, adaptada para uso escolar por el novelista y académico Arturo Pérez-Reverte. Editada en todos los países hispanohablantes, incorpora dibujos originales e inéditos, entre ellos, una ilustración de un joven Francisco de Goya que no llegó a incluirse en el «Quijote» de 1780.

En 2016, se conmemorará el 400 aniversario del fallecimiento del autor.