La Trainera, el mejor puerto de mar

Rosa García y Víctor Rodríguez están al frente de esta casa inaugurada en 1966.

La apertura y cierres de restaurantes en la capital es brutal. La revolución gastronómica que vivimos desde hace unos años provoca que Madrid cuente con un panorama culinario muy vivo. Cierto es que, gracias a Dios surgen establecimientos, cuya propuesta es original y posee una historia detrás que contar al poseer una carta estudiada alimentada por platos que sorprenden al comensal por técnica, sabor y textura. Sin embargo, también nos topamos con otros, que pasan desapercibidos por los amantes de la buena mesa. El buen producto ha de primar por encima de todo. Y si bien es verdad que en el barrio de Salamanca han abierto numerosos restaurantes, hay uno que por la excelencia en el producto y por el servicio resulta ser un clásico que jamás falla. De ahí que sea una apuesta segura para los amantes de los tesoros del mar. Nos referimos a La Trainera, restaurante y marisquería de referencia desde 1966, que hace unos meses estrenó un lavado de cara realizado sin alterar la esencia. La misma que buscan sus comensales de siempre y las nuevas generaciones, cuyos progenitores les han mostrado aquí mismo a reconocer las buenas materias primas. Porque aquí se viene a degustar los mejores mariscos y pescados procedentes de los puertos del Cantábrico y del Mediterráneo, además de guisos para calentar el alma en este frío invierno.

Durante nuestra visita, abrimos boca con una ración de jamón ibérico y continuamos con unas almejas «de carril» a la sartén y con unas imprescindibles gambas a la plancha. Bocados que, por supuesto, se pueden degustar en la barra, rincón del buen comer donde los haya por el que vuelan desde la famosa ensaladilla rusa, el salpicón de marisco, las anchoas artesanas de Santoña y los mejillones al vapor a un cuarto de kilo de percebes para disfrutar con una copa de albariño por 60 euros. Dé por sentado que son buenos, ya que proceden de Asturias y de Galicia, y que son de los gordos y cortitos. Nos cuentan Rosa García y Víctor Rodríguez que los nacionales se distinguen por poseer la uña gorda y la punta sonrosada. Son los que tienen más sabor. Y, si tiene dudas en cómo comerlo, ha de quitar la piel primero para que salga entero y quedarte con el percebe limpio. Perfecto es también romper la uña para que no salpique. Es una pena perderse ese gusto a mar tan característico. Especialidad de la casa es la sopa de productos del mar. Nosotros nos decantamos por el rodaballo salvaje, que también lo es, y llega a la mesa con su piel. Una delicia para el paladar, lo mismo que el lenguado y el rape. Cuidado, si en la mesa hay quien no puede tomar pescado, suyo es el entrecot de lomo de ternera gallega. De postre, la tarta milhojas de crema y nata. No lo dude.

Asimismo, estos días la casa ofrece a quien lo desee angulas de Aguinaga, un manjar del río Oria a degustar salteadas con ajo y el toque perfecto de guindilla, aceite de oliva virgen extra y sal, como manda la tradición. También, incluso pueden acompañar a la merluza rebozada o como un ingrediente más de una espectacular ensalada. Se trata de un producto que saben muy bien tratar con el respeto que se merece, ya que su fundador, Miguel García, fue un gran conocedor. Tanto, que cinco décadas después continúa siendo un restaurante de referencia.

PARA NO PERDERSE

Dónde: La Trainera. C/ Lagasca, 60.

Plato estrella: el rodaballo salvaje, aunque todos los mariscos son de una excelente calidad.

Precio medio: 50 euros.

Web: www.latrainera.es

Teléfono: 91 576 80 35