Buenos Aires

Los pibes de Papa Francisco

Papa Bergoglio hincha del San Lorenzo Almagro
Papa Bergoglio hincha del San Lorenzo Almagrolarazon

El futbol se ha convertido en un espectáculo mundial y en el mundo católico cuenta con un hincha de gran tronío, nada más ni menos que el mismísimo Papa de Roma. En efecto Papa Bergoglio tiene su carnet de socio del San Lorenzo de Almagro de Argentina. Este Papa singular predica que también Dios está en los campos del mundo, perdón Santidad en las «canchas», al igual que para Santa Teresa Dios también está entre los pucheros, Dios también se encuentra entre los «arqueros», Casillas el discutido así te llaman en Argentina y los «gambeteadores» cuyo Rey es el pibe Messi. Este Papa singular al que homenajean en su cumple de 78 otoños bailando milongas y tangazos en la mismísima Plaza de San Pedro y Su Santidad recambia este regalo musical comprando sacos de dormir para los sin techo de la ciudad de Roma. En su etapa de cardenal como usuario habitual del metro de Buenos Aires luciendo sus raídas galas y viejos zapatos comentaba el último gol de sus héroes del domingo y proseguía su infatigable apostolado sorbiendo mates y dando la mano al desvalido. Este aspecto tan localista lo hace universal, pero sin duda le planteará problemas de conciencia cuando se enfrentan los chicos de Florentino y de Santa Teresa con sus pibes del San Lorenzo. Además como buen jesuita no puede olvidar que San Ignacio y San Francisco Javier son muy españoles‎, aunque San Ignacio cuando se recluyó en la españolísima cueva de Manresa no podía imaginar que un sucesor suyo iba a ser partidario de algo inimaginable antes de una extraña actividad llamada «deporte». Dilema que difícilmente Papa Bergoglio podrá resolver. En el último mundial los hinchas argentinos se apelaron a su Papa frente al otro Papa dimisionario Benedicto. La antigüedad es un grado y los cielos sonrieron a los germanos, sin que mediara el oro del Rhin, que al Papa Francisco no le gusta por su barniz peronista. En la vieja Roma, esa ciudad curada de espantos, que se pavonea de su pasado Caput Mundi, observan con mucha curiosidad a este Papa de los pobres, de los descamisados, que intenta alejarse todo lo posible en el imponente Vaticano de la riqueza y de todas sus pompas, después del Papa Ratzinger que cuidaba al máximo las formas y llevaba con gran dignidad su púrpura cumpliendo puntualmente con todos sus deberes y hablando seis idiomas que utilizaba en sus Ángelus de los domingos. En esto ciertamente y no sólo en el fútbol el Papa bávaro batía a su sucesor porteño ya que Papa Bergoglio solo emplea el italiano y rara vez se expresa en otros idiomas, pero en Marraquez esta bellísima ciudad marroquí en que campea una torre gemela de La Giralda no tiene este problema porque podrá festejar a sus pibes del San Lorenzo en castellano o en su castizo lunfardo. Un gran Papa contempla complacido a su Dios de los pobres entre balones y entusiastas hinchas.