Madrid

Los taxistas deciden el lunes sobre su uniforme

En principio sólo lo llevarían 1.200 conductores de Tele Taxi y no todos están de acuerdo en recuperar esta forma en el vestir. Hace setenta años una ordenanza les obligaba a ir uniformados

Con la ordenanza de 1947 los conductores del taxi podían ser sancionados por el hecho de llevar desabrochado un botón de la camisa y no llevar el uniforme reglamentario / Gonzalo Pérez
Con la ordenanza de 1947 los conductores del taxi podían ser sancionados por el hecho de llevar desabrochado un botón de la camisa y no llevar el uniforme reglamentario / Gonzalo Pérezlarazon

En principio sólo lo llevarían 1.200 conductores de Tele Taxi y no todos están de acuerdo en recuperar esta forma en el vestir. Hace setenta años una ordenanza les obligaba a ir uniformados.

El próximo lunes, la Federación Profesional del Taxi de Madrid, va a celebrar una asamblea para decidir sobre el modelo de uniforme a adoptar por los taxistas. La implantación sería, inicialmente, para los 1.200 profesionales del servicio de Tele Taxi, aunque se espera que posteriormente se vaya incorporando el resto del colectivo, más de 15.000 profesionales. Se ha buscado esta fórmula después de que no se consiguiera el apoyo mayoritario de las distintas asociaciones para proponer al Ayuntamiento una idea y un modelo.

La intención de estos taxistas es conseguir que en el sector no haya desaprensivos, o conductores irrespetuosos con las formas en el vestir, que realizan su trabajo en camiseta de tirantes, bermudas, ropa deportiva, sandalias o chancletas, lo que da una imagen nada deseable de este servicio público.

Y, curiosamente, surge esta iniciativa cuando se cumplen 70 años de la entrada en vigor de la ordenanza que obligaba a los taxistas madrileños a llevar uniforme, bajo pena de sanción económica, incluso llegaba al extremo de ser multados, si llevaban desabrochado algún botón de la camisa. Y se cumplen 52 años del «motín de las gorras», que fue el día en el que los taxistas, al pasar por Cibeles, arrojaron sus gorras reglamentarias al pilón de la fuente, en protesta por el sudor que les provocaba llevar esta prenda a la cabeza en verano.

En 1980, el Ayuntamiento aprobaba una ordenanza, por la que se obligaba a los taxistas a contar con certificado de buena conducta, expedido por el Ayuntamiento, así como el certificado de Enseñanza Secundaria Obligatoria para las nuevas licencias. Respecto a su imagen exterior, en la ordenanza anterior, se regulaba la vestimenta: «Los conductores deberán cuidar su indumentaria en perfecto estado de limpieza, y su aseo personal será correcto». En la de 1980, se especificaba la obligatoriedad que tenían de cuidar su aspecto personal y vestir adecuadamente, prohibiendo expresamente «la utilización de prendas y calzado deportivo y de baño, así como los pantalones cortos, camisetas sin mangas ni sandalias», imponiendo a los infractores multas de hasta 300 euros, incluso, la suspensión de actividad durante un máximo de 15 días.

No hay unanimidad

Desde hace varios años, los taxistas madrileños andan preocupados por la imagen que dan algunos en la prestación de este servicio. Un día se consiguió modernizar los vehículos con nuevos modelos y dotarlos de elementos más atractivos y también se adoptaron medidas para mejorar la higiene interior en los coches. Se barajó incluso la posibilidad de que los conductores que prestan el servicio supieran inglés, con el ánimo de facilitar la relación con sus clientes extranjeros. Pero la asignatura pendiente era, y es, corregir las formas en el vestir de los taxistas. A través de las distintas asociaciones profesionales, se les conminó a que cambiaran sus hábitos en la imagen estética, acabando con prendas como la camiseta de tirantes, el chandal, las bermudas, los pantalones cortos deportivos o las chancletas en el calzado.

Ante la falta de voluntad general para cambiar la imagen del taxista, la Federación Profesional de Taxi de Madrid tomó la iniciativa de instar al Ayuntamiento a que estableciera la obligatoriedad del uso uniformes para los trabajadores del sector, incluso el presidente de esta Federación, Julio Sanz, dijo que irían más allá de lo adoptado por los taxistas de Barcelona, que ya habían puesto limitaciones a la vestimenta, incluso establecido sanciones de entre 60 y 250 euros, a los que vistieran de forma adecuada.

Para llevar a buen puerto esta idea, deberían sumarse todas las asociaciones del sector y que el Ayuntamiento lo ratificara. Según Sanz, «sería necesaria la ayuda de la administración, ya que la única forma de garantizar el cumplimiento, es dándole carácter de obligatoriedad para todos los taxistas de Madrid». Pero no ha sido posible el acuerdo unánime, ya que algunos profesionales se han negado a volver al pasado, cuando en Madrid era obligatorio el uso de uniformes.

Ante esta situación, la Federación Profesional del Taxi, ha tomado otra iniciativa: si no puede ser que todos los taxistas de Madrid vayan uniformados, romper el fuego con 1.200 afiliados a Tele Taxi, a modo de experiencia piloto. Tal iniciativa debe ser decidida en asamblea el próximo lunes, así como el modelo de uniforme, que según no ha contado su presidente, Julio Sanz, sería muy sencillo y ligero, nada de gorras y corbatas, como era exigible antaño. El Ayuntamiento se mantiene a la expectativa y espera a que haya unanimidad en el sector para tomar decisiones, aunque todos son conscientes de la necesidad de mejorar las formas en el vestir de estos hombres del volante.

Obligatorio en 1947

Los más viejos de este lugar llamado Madrid, y los nos tan mayores, habrán conocido a los taxistas madrileños vestidos con uniforme, y si no, se puede recurrir a la hemeroteca, a los archivos fotográficos, para ver esas imágenes entrañables, pero siempre polémicas por las discrepancias entre los profesionales del sector. Ya, en 1939, los taxistas madrileños llevaban como uniforme, de forma voluntaria, una prenda que llamaban «guardapolvos», una especie de bata azul. Acaban de cumplirse 70 años (1947), de la entrada en vigor de la ordenanza municipal que obligaba a los taxistas a ir vestidos con uniforme durante su jornada de servicio. La ordenanza iba acompañada de un cuadro sancionador para quienes la incumplieran, incluso era tan estricta en su aplicación, que multaba por el simple hecho de llevar desabrochado un botón de la camisa.

El uniforme obligatorio, y decidido su diseño por el Ayuntamiento, estaba compuesto por pantalón azul, chaqueta del mismo color, camisa blanca, corbata negra y gorra de plato, también azul. Dicen que fue una decisión personal del entonces alcalde de la capital, José Moreno Torres.

Cuentan de este alcalde, que tenía obsesión por las formas en el vestir. En uno de sus bandos recordó, que en los lugares públicos, no se podía ir en mangas de camisa: «Algunas personas, porque les estorba la prenda, se quitan las americanas en cafés y otros locales sin ningún respeto para con sus conciudadanos. El Municipio espera que el tono de advertencia del bando sea suficiente, ya que de no ser así, se procederá por los agentes de mi autoridad contra lo que se queden en mangas de camisa». También era obligatorio para los varones llevar corbata en la salas de fiestas. En algunas de esta salas, y para alivio de los despistados, había un servicio de alquiler de corbatas, al precio de una o dos pesetas, según la calidad de la misma. La ordenanza que obligaba a ir uniformados, no cayó bien entre los profesionales del sector, sobre todo en verano, cuando tenían que soportar los rigores del estío encorbatados y tocados con gorra. El alcalde no rebajó la dureza de la ordenanza.