Ciudad Lineal
Metropolitano pierde el partido
La estación será renombrada para evitar confusiones con la de Estadio Metropolitano.
La estación será renombrada para evitar confusiones con la de Estadio Metropolitano.
La estación Estadio Metropolitano, en la línea 7 de metro, ha derrotado a su «homónima» de la línea 6, Metropolitano, al menos en el campo de lo lingüístico. Podría decirse, además, que ha sido «por alusiones». Y es que la recién llegada va a robarle la denominación a la parada de la línea circular para evitar confusiones entre los extranjeros aficionados al fútbol. Así lo anunció la compañía que dirige el suburbano el pasado domingo, argumentando que algunos viajeros acuden a ella creyendo que van a la de Estadio Metropolitano, la nueva sede del Club Atlético de Madrid, que en realidad está ubicado en la línea 7, concretamente en el Barrio de Rosas, dentro del distrito de San Blas-Canillejas desde 2017 y a 13,9 kilómetros de distancia por la M-23, que se alargarían a 18,5 kilómetros en caso de escoger la M-40.
Metro Madrid hizo pública esta decisión coincidiendo con otro cambio de nombre, el de la estación de Atocha, en la línea 1, que será rebautizada como Estación del Arte, también para evitar equívocos a aquellos viajeros que en realidad deberían dirigirse a la estación colindante, Atocha-Renfe. No obstante, aún no se ha propuesto una denominación alternativa para la estación de Metropolitano. Con este motivo, LA RAZÓN acudió ayer a la madrileña Avenida de Gregorio del Amo, en el distrito de Moncloa-Aravaca, para consultar sobre este cambio a sus residentes.
En el barrio donde se ubican los dos accesos de Metropolitano, abundan las instituciones académicas –la Facultad de Educación, la Escuela de Organización Industrial o el Rectorado de la Universidad Politécnica– y sanitarias, así como una buena parte de los colegios mayores universitarios de la Ciudad Universitaria de Madrid. Por ello, «debería llamarse algo así como “Colegios Mayores”», propuso a este diario un estudiante del Máster Interuniversitario en Relaciones Internacionales y Diplomacia, ofertado por la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, que también se ubica en el barrio. Según expresó, le hubiera ahorrado «algún que otro quebradero de cabeza» al mudarse a la capital. A esta propuesta se sumaron la mayoría de los universitarios encuestados, así como también un camarero de una chupitería muy concurrida por los estudiantes: «Es que es lo que hay aquí y también lo que conoce la gente: residencias y más residencias».
Pero esto no es del todo cierto. Metropolitano también cuenta con la histórica casa del Premio Nobel Vicente Aleixandre, situada a escasos metros de uno de sus accesos, en un entorno tranquilo y cerca de la Clínica Santa Elena donde el poeta acabó sus días. «Antes la vivienda se llamaba “Velintonia”», nos explicó Carmela, una vecina de la calle que lleva su nombre. «Podría ser una buena opción si no fuera porque lleva cerrada la tira de años». Si bien lleva cerrada a cal y canto desde que Aleixandre murió en 1984, el año pasado la Asamblea de Madrid estudió la posibilidad de proteger el inmueble y renombrarlo como «La Casa de la Poesía». No obstante nunca se llegó a un acuerdo con los herederos, por lo que esta denominación no podría barajarse.
En cualquier caso, la polémica está servida y el barrio se divide entre la comprensión y quienes ya comienzan a referirse a esta decisión como un «Vodafone-Sol versión 2.0». «¡Qué manía con cambiar de nombre a las cosas!», manifestó la dueña de un negocio local. «¿Ahora a Garrido también le va a dar el “síndrome Carmena”? ¿Y quién me paga esta correción en las tarjetas de visita? ¿Cuánto nos van a costar los nuevos planos? ¿Y la cartelería?», se preguntó. Mientras, otros vecinos dotaron a este cambio de «más sentido» que el que realizó Metro durante la presidencia de Cristina Cifuentes, cuando se sustituyó «Campo de las Naciones» por «Feria de Madrid». Además, «más de uno acababa en Metropolitano para ir al fútbol y en Estadio para ir a Hacienda. Con esto de la Champions, he visto a más de un “guiri” perdido por aquí...». Por su parte, los aficionados del Atlético de Madrid se mostraron indiferentes y entre los encuestados sólo surgía la siguiente pregunta: «¿Para cuándo “Vicente Calderón” en vez de “Pirámides” ?».
¿Qué fue primero, el estadio de fútbol o la estación de metro?
Anterior al Vicente Calderón existió un estadio para los atléticos. Su construcción corrió a cargo de la la Sociedad Stadium Metropolitano, fundada en el año 1922 y cuyo proyecto era dotar a Madrid de un estadio digno a nivel internacional, ya que la capital sólo contaba, por aquel entonces, con el velódromo de Ciudad Lineal, donde jugaba el Real Madrid. Entre 1923 y 1924, se dictaron órdenes para que los estadios no tuvieran vallas de madera. El recinto del Atlético no cumplía con esta norma, y así fue como la Sociedad Stadium Metropolitano adquirió unos terrenos dentro del Parque Urbanizado, a unos 900 metros de Cuatro Caminos, por la Avenida de Reina Victoria. El día 13 de mayo fue inaugurado el estadio, con un enfrentamiento entre la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, ganando este último por 2 a 1. Finalmente, el Athletic Club firmó una escritura de cesión o compra del estadio y terrenos aledaños, en junio de 1924. Ya en 1987 y, en recuerdo de esta sociedad, se nombró «Metropolitano» a esta parada del suburbano.
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