El primer día de trabajo de la Comisión de Evaluación (segundo en Madrid) estuvo cuajado de anécdotas que, para variar, van más allá de los clásicos despistes y colas de los recién llegados. Del «calor» de la sala de prensa, en la que los periodistas trabajan literalmente codo con codo para aprovechar al máximo el espacio, los medios de comunicación y los ponentes de la candidatura tuvieron que contestar a las preguntas de la Prensa en un rincón helado bajo una escalera, a la intemperie y con un viento siberiano. «Me voy que hace un frío espantoso», confesó el presidente, Mariano Rajoy tras atender pacientemente durante cinco minutos las preguntas de los medios mientras las ráfagas de viento le arruinaban el peinado. La misma suerte corrieron los siguientes ponentes que, ateridos, mantuvieron el tipo mientras los temblorosos periodistas apenas atinaban a apuntar algo coherente con los dedos helados. Finalmente, la organización optó por trasladar las comparecencias a una sala más estrecha pero con calefacción, donde una eficaz traductora repetía las preguntas y respuestas para los medios extranjeros, independientemente de que éstos asaltaran después a algún colega para que les chapurrease en inglés alguna traducción más. Precisamente los medios internacionales los que protagonizaron la última anécdota del día, pidiendo a los compañeros que les hicieran fotos en el templo del Real Madrid.