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Sánchez da un golpe de mano que subleva a Ejecutiva y barones

Tomás Gómez, acompañado de Antonio Miguel Carmona
Tomás Gómez, acompañado de Antonio Miguel Carmonalarazon

No lo consiguió José Luis Rodríguez Zapatero ni la debacle electoral de las europeas, pero ayer Pedro Sánchez dio el primer paso para deponer del trono madrileño a Tomás Gómez, «Invictus».

No lo consiguió José Luis Rodríguez Zapatero ni la debacle electoral de las europeas, pero ayer Pedro Sánchez dio el primer paso para deponer del trono madrileño a Tomás Gómez, «Invictus». Este sobrenombre acuñado tras su incontestable currículum de victorias en las primarias socialistas le precede y haciendo gala del mismo, prometió emprender una nueva batalla. «Esto no ha hecho más que empezar», amenazó.

El secretario de Organización, César Luena, se encargó de hacer público lo que era una evidencia. La dirección federal decidía la disolución de la Ejecutiva del Partido Socialista de Madrid, así como de sus órganos de control, y nombraba una gestora presidida por el ex líder del PSOE madrileño, Rafael Simancas. Apenas una hora más tarde, el ya destituido secretario general de la federación madrileña, Tomás Gómez, se declaró en rebeldía ante la decisión de la Ejecutiva. «Si no rectifica presentaré una querella porque mi honorabilidad está por encima de todo», afirmó Gómez a LA RAZÓN.

Para la dirección federal procedimientos judiciales como la «operación Púnica» o el caso del tranvía de Parla, así como la «inestabilidad orgánica» existente en los territorios de Leganés, Parla o Aranjuez, han minado la imagen del PSOE causando un grave perjuicio al partido. La sombra del tranvía es alargada y la de la imputación persigue a Tomás Gómez desde que se destapara la existencia de una investigación de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía sobre un posible delito de prevaricación en el sobrecoste del mismo. Ante esta argumentación Gómez es contundente en su respuesta: «No seré imputado por el tema del tranvía. El Ayuntamiento no adjudicó nada, fue el Consorcio del Transporte». En la Ejecutiva Federal se considera que la decisión de Sánchez «será buena para el partido y para el territorio». Gómez niega la mayor y afirma que «esta operación también pretende debilitar a Susana Díaz. Cuánto tardará el PP en pedir a Sánchez que actúe en Andalucía de la misma manera», se pregunta, «si yo no estoy imputado y ella tampoco».

El malestar entre Pedro Sánchez y Tomás Gómez venía en aumento desde hace unas semanas. Un responsable territorial señaló a LA RAZÓN que el secretario general del PSOE le «había comentado hace unos días que le estaba dando vueltas a qué hacer en Madrid». Hoy se lo ha comunicado por teléfono como a todos los líderes territoriales. «Se lo ha comunicado, no les ha consultado», afirmó un diputado socialista muy molesto con la decisión del líder del PSOE. De hecho, Luena fue cauto al afirmar que «la mayoría apoya la decisión», pero «una mayoría no son todos». La líder andaluza Susana Díaz se ha puesto de perfil afirmando que su única responsabilidad es Andalucía.

La decisión de Sánchez es «un gesto de autoridad» para los partidarios del secretario general pero es considerado un «abuso de poder» para las fuentes socialistas contrarias a la disolución de la Ejecutiva madrileña consultadas por este diario. «Se le ha fulminado sin explicaciones. Hoy pierde más Pedro que Tomás», destaca un diputado socialista. Este «gesto de autoridad» es dudoso si se tiene en cuenta que Pedro Zerolo y Eva Matarín, ambos de la Ejecutiva federal, han dado su apoyo expreso a Tomás Gomez. Otros miembros de la misma también han expresado a LA RAZÓN su malestar con la decisión del secretario general. «No es un tiro en el pie, es un tiro en la sien», comentan críticos.

Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid, también fue explícito en su diagnóstico de la situación. «Alguien que ha ganado con mi voto no puede ser destituido sin mi voto». El ambiente en el PSOE se está haciendo irrespirable. Hay malestar en los barones, hay malestar en la Ejecutiva y no se consigue cerrar ni una sola crisis. Tampoco en el entorno del candidato a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, entienden esta decisión y dirigentes socialistas la califican de «cacicada o golpe de Estado».

Tomás Gómez señala al ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba como el responsable de esta operación. «Ha convencido a Pedro Sánchez, que le ha escuchado desde su debilidad», afirma. Tanto Simancas –cuyo mano derecha durante su etapa al frente del PSM, Antonio Romero, está imputado por las tarjetas «black»– como Ángel Gabilondo –que suena para nuevo candidato– son hombres del anterior secretario general. «Alfredo siempre ha vendido que Gómez es el causante del deterioro del PSM pero siempre oculta que con él al frente, el PSOE ha registrado el peor resultado de la historia», aseguran estas mismas fuentes. Despierta ciertas suspicacias, además, que Gabilondo tenga prevista una conferencia para el próximo martes. «Pedro sólo quiere conseguir territorio, poner a candidatos afines y marcar perfil ante Susana Díaz», comenta un dirigente, otrora alienado con Sánchez. Otro barón territorial trata de ser más comprensivo «si ha tomado esta decisión sus razones tendrá».

El partido convocará, en los próximos días, a la Comisión Federal de Listas para que evalúe la «idoneidad de Tomás Gómez como candidato a la Comunidad de Madrid», un mero formalismo, pues el secretario de Organización ya destacó ayer que «es obvio» que tal idoneidad no existe para ellos. Si Gómez se ha propuesto presentar batalla tendrá a Ferraz enfrente. «Las resoluciones de la Ejecutiva federal se cumplen y se hacen cumplir», señaló Luena ante la rebeldía del depuesto secretario general del PSM.