Latina

Secuestro y violación en un trastero de Latina

Los vecinos de la calle Castroserna se sorprendieron ayer al averiguar que una mujer había estado encerrada en un trastero del número 6
Los vecinos de la calle Castroserna se sorprendieron ayer al averiguar que una mujer había estado encerrada en un trastero del número 6larazon

En el Día Internacional contra la Trata y la Explotación Sexual se ha hecho público un extraño suceso ha sacudido el distrito de Latina. Un hombre secuestró a una mujer durante cuatro días, la violó y trató de prostituirla. Los hechos tuvieron lugar el fin de semana pasado cuando al parecer, un joven rumano de 19 años mantuvo encerrada en un trastero a una compatriota de 33 años a la que, supuestamente, forzó sexualmente e incitó a la prostitución en la Casa de Campo. La Policía Nacional ha detenido al hombre después de que su víctima lograra hacerse con su teléfono móvil en un momento de su encierro y avisara a los servicios de Emergencia para que la rescataran.

Según el relato policial, la mujer había conocido a su secuestrador unos ocho días antes en el entorno de Príncipe Pío. Al parecer, su situación personal era problemática y no tenía alojamiento, por lo que aceptó la propuesta del joven para pasar unos días en su casa. De este modo, de manera voluntaria trasladó sus pertenencias a la vivienda del joven, en la calle Castroserna número 6, en el distrito de Latina.

Sin embargo, al llegar al domicilio descubrió que se trataba de un trastero amueblado con un colchón y una mesita y estaba iluminada por una única bombilla cuyo suministro eléctrico procedía de un empalme ilegal. Con todo, la mujer explicó a los policías que durante los primeros tres días la relación fue cordial pero, en la cuarta jornada, comenzó su pesadilla. El joven intentó mantener relaciones sexuales con ella y, ante su negativa, la forzó tanto oral como vaginalmente durante varios días.

Durante este lapso de tiempo mantuvo encerrada a la mujer, que tan sólo contaba con dos cubos para poder hacer sus necesidades y dependía de su agresor para poder alimentarse. Las violaciones continuaron pese al rechazo de la mujer hasta el punto que su agresor la intentó convencer para que se prostituyera. Debido a la cercanía del domicilio con la Casa de Campo, el hombre la trasladó al entorno de Lago, donde habitualmente se ejerce la prostitución y trató de obligarla a aceptar clientes. En este lugar mantuvieron una fuerte discusión puesto que ella se negaba en redondo a vender su cuerpo por lo que, tras su negativa, regresaron al trastero donde continuaron las agresiones.

Por suerte, en un descuido, la mujer logró hacerse con el teléfono móvil de su secuestrador y encerrarse en el trastero, tras lo cual avisó a la Policía. Los agentes la encontraron muy nerviosa, en estado físico muy desmejorado y con golpes visibles por la zona pectoral, brazos y piernas. Lo primero que hizo la víctima, cuando llegó la patrulla, fue indicarles la dirección hacia la que había huido el individuo, así como facilitarles su descripción.

Relación consentida

Tras localizarle en una calle colindante, la Policía Nacional le detuvo como presunto responsable de delitos de detención ilegal, agresión sexual y tentativa de prostitución coactiva. El joven fue puesto el pasado domingo a disposición judicial. Agentes del Servicio de Atención a la Mujer (SAM), dependiente de la Brigada Judicial de Madrid se han hecho cargo de la investigación que, cuanto menos, suscita dudas.

Lo extraño de la historia se revela, no sólo por la diferencia de edad de víctima y agresor, sino por el relato de los vecinos de la zona, que conocían a ambos y que se han sorprendido al conocer la noticia del supuesto secuestro. Al respecto, no estaban completamente de acuerdo con la versión que la supuesta víctima había dado tanto de su secuestrador como de las condiciones en las que fue agredida. Según afirmaron, la mujer era conocida en el barrio, por el que solía deambular puesto que no se le conocía alojamiento. Asimismo, varios de quienes la habían visto por las calles del entorno de donde estuvo secuestrada señalaron que «era una borracha conocida».

Es más, muchos señalan que no hubo secuestro como tal, puesto que la mujer tiene bastantes más años que su supuesto agresor, de tan sólo 19 años y, además, tenía una relación con él. De hecho, varios vecinos aseguraron que era ella quien le había agredido a él en numerosas ocasiones y que era el secuestrador quien la mantenía. «Además, la habitación en la que estaba encerrada tiene las paredes de papel, si hubiese gritado alguien habría llamado a la Policía», aseguró una vecina.