Arquitectura
Un palacio del XVIII reinventado en hogar de artistas
El conjunto monumental de Goyeneche, en Nuevo Baztán, contaría con 15 espacios para alojar a creadores internacionales. Se invertirían 12 millones de euros.
El conjunto monumental de Goyeneche, en Nuevo Baztán, contaría con 15 espacios para alojar a creadores internacionales. Se invertirían 12 millones de euros.
A unos 30 kilómetros de Madrid, en Nuevo Baztán, se ubica una de las joyas de nuestro barroco: el Palacio de Goyeneche. Ideado en un descampado por Juan de Goyeneche, político y periodista, y proyectado por José de Churriguera entre 1709 y 1713, nació como complejo para dar cabida a un sector industrial tan floreciente como pujante: fábricas de cristales, sombreros, pieles...; telares de seda y lana... Maestros extranjeros enseñaban el oficio a los artesanos españoles, dando pie a un próspero flujo de conocimiento. Más de 300 años después, este monumental complejo, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980 y BIC en 2000, y restaurado a finales de 2018, podría recuperar aquella esencia de colaboración e intercambio, acogiendo a una industria diferente pero igualmente valiosa: la cultural. Ése es el deseo de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid: hacer del Palacio de Goyeneche, hoy en desuso, una pequeña Ciudad de las Artes que acoja a creadores internacionales para poder desarrollar sus carreras. Un proyecto para el que se invertirían 12 millones de euros y cuyas obras se desarrollarían durante la próxima legislatura, en el caso de que el PP renueve su mandato.
El plan se inspiraría en programas habituales en países de nuestro entorno: la Academia de España en Roma, el programa alemán DAAD o la francesa Camargo Foundation, entre otras. Como explica el responsable de la Consejería, Jaime de los Santos, el Palacio se estructura en tres grandes ámbitos. El primero, integrado por un edificio en forma de «ele» y construido en torno a la antigua Plaza de Fiestas, cuenta con dos alturas y albergaría 15 residencias para artistas. De ellas, ocho serían vivien-das–estudio; cuatro viviendas-taller y otras tres apartamentos de entre 40 y 60 metros cuadrados. Esta zona contaría con patios de uso de los residentes, que permitirían la vida en comunidad y la realización de actividades al aire libre. El edificio albergaría también un centro de interpretación, las cocinas, el comedor y la lavandería para los artistas.
El segundo se organiza en torno a un patio central, y presenta una secuencia de estancias conectadas, típica de los palacios renacentistas y barrocos. En este edificio se han proyectado otras tres estancias para invitados, las oficinas de administración e institucionales, una biblioteca y un espacio multiusos con funciones divulgativas.
Por último, el edificio que Churriguera diseñara para albergar parte de los talleres y fábricas, y que se utilizó también como caballerizas, ahora recupera su función, en este caso, como sede de la producción artística y fabricación digital de uso específico para los artistas en residencia.
De los Santos afirma que, además de la recuperación del edificio, esta apuesta del Gobierno de la Comunidad busca «dinamizar la creación artística, brindando oportunidades a los creadores, impulsando la descentralización cultural y el reequilibrio territorial a través de la Cultura». Sin olvidar tampoco el interés turístico y la promoción que suscitaría para el municipio de Nuevo Baztán. «Es hora de que un tesoro como este ocupe un puesto protagonista en el mapa cultural europeo», defiende el consejero.
Y es que esta modernización del complejo respetaría su esencia. El proyecto ha contado con un estudio pormenorizado de su pasado. De hecho, la Comunidad publicó «Nuevo Baztán: la utopía colbertista de Juan de Goyeneche», editada por Cátedra y escrito por Beatriz Blasco-Esquivias, catedrática de la Universidad Complutense.
✕
Accede a tu cuenta para comentar