Relojes
Una joya única de Cartier rompe la banca en la subasta de Sotheby’s
El mítico reloj “Cheich”, inspirado en el Paris-Dakar, fue adquirido por 1,1 millones de dólares, convirtiéndose así en la pieza más valorada de la historia de la firma francesa.
Las expectativas eran altas, pero quedaron superadas con creces. El reloj de Cartier conocido como Cheich e inspirado en el mítico París-Dakar, fue subastado por 1,1 millones de dólares en Sotheby’s, convirtiéndose así en la pieza más valorada de la histórica firma del sector del lujo. El complemento era la pieza estrella de un evento que, en su conjunto, logró una recaudación total de 3 millones de dólares en ventas y que ya es considerado como la venta de relojes exclusivos más importante celebrada nunca en París.
El Cheich recibe ese exótico nombre porque así es como se conoce la tela que se coloca alrededor de la cabeza para protegerse en el desierto del sol y la arena, cuenta con capas que recrean los pliegues de la prenda a través de una combinación de oro blanco, amarillo y rosa. Es una de las indumentarias más propias de ese desierto norteafricano por el que durante muchos años discurrió la París-Dakar, la más mítica de las competiciones automovilísticas.
El fantástico reloj salió de la mente de Alan Dominique Perrin, director de Cartier en los 80, en colaboración con la del histórico Thierry Sabine, fundador de la carrera. En un principio se fabricaron únicamente cuatro unidades ya que la producción se detuvo en seco en 1986 debido a la prematura muerte del propio Sabine. La idea de Perrin era la de hacer entrega del reloj a aquel piloto que ganara la prueba en dos ocasiones consecutivas y con el mismo automóvil. A lo largo de los años se llegaron a entregar dos relojes Cheich, uno para hombre y otro para mujer, y las dos piezas restantes permanecerían en los almacenes de Cartier.
Cuando se preparaba la subasta que se ha llevado a cabo este últimos fin de semana, los organizadores estimaban conseguir por la venta del exclusivo reloj una cifra entre 200.000 y 400.000 dólares. Al final, el interés por hacerse con una pieza absolutamente única ha desencadenado una puja millonaria, que ha concluida con la astronómica cifra de 1,1 millones de dólares.
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