Bosques verticales en los rascacielos de Dubái, la última sensación en la construcción de lujo

En la actualidad, Dubái es uno de los lugares del mundo más conectados con el lujo. La casi infinita potencia económica del más importante de los siete Emiratos Árabes Unidos le sitúa en el primer plano planetario en todo lo que tiene que ver con exclusividad, desarrollo, imaginación y espectáculo. Sus rascacielos son, para muchos, ejemplo de progreso y para otros, símbolo de ostentación desmedida. Pero el dinero no se detiene ante nada y esa parte del mundo, ahora también en el foco con la disputa del Mundial en el vecino Catar, seguirá siendo una referencia para millones de personas en todo el globo.

Sin embargo, hasta allí llegan las necesidades de combinar la espectacularidad y el desarrollo con la sostenibilidad. Dentro de las actividades de la conferencia sobre el cambio climático COP27, que se ha celebrado en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh, se presentó una propuesta absolutamente rompedora que modificaría, para bien, el skyline de Dubái. Se trata de una particular adaptación del concepto Vertical Forest, obra del prestigioso arquitecto italiano Stefano Boeri, que proyecta la construcción de dos rascacielos dispuestos en forma de V y conectados por un podio compartido.

Los dos edificios, uno de 190 metros y el otro de 150, se cubrirán con miles de maravillas verdes, concretamente 2.640 árboles y 27.600 arbustos en las fachadas, junto con un sistema de invernaderos y jardines hidropónicos, diseñados para cultivar plantas en una formación vertical mediante el uso de soluciones de nutrientes minerales a base de agua y no de tierra. También habrá espacio para la instalación de sistemas de desalinización y recuperación de aguas grises, así como superficies fotovoltaicas que aportarán energía limpia a los rascacielos.

La propia firma de arquitectos italiana detalló el proyecto “que representa el primer prototipo de Bosque Vertical para el área del Medio Oriente y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés), con el objetivo de integrar los beneficios de la silvicultura urbana como la absorción de partículas finas de polvo, la regulación del microclima y la reducción del efecto invernadero”.

Lo único que por el momento se desconoce de este espectacular proyecto de construcción es su fecha de puesta en marcha, aunque los responsables de Stefano Boeri Architetti confían en que no se demore demasiado en el tiempo.