Homenaje
Un árbol de acero por los que salvan vidas
La Fundación AMA ha donado al Ayuntamiento de Madrid una obra del escultor Jaume Plensa como monumento en memoria de los profesionales sanitarios que han luchado y luchan contra la Covid-19
Durante meses, cada tarde a las 20:00 en punto, los balcones y ventanas de cada ciudad o aldea, por recóndita y despoblada que estuviera, se convertían el altavoz de quienes, sin salir de casa y desde el más absoluto respeto, necesitaban darles las gracias a todo aquellos que siguieron levantándose cada mañana para ir al trabajo: los sanitarios. Aquellos aplausos al unísono que durante unos minutos conectaban a los vecinos de cualquier rincón del país en un mismo gesto de agradecimiento quedarán para siempre grabados en el recuerdo de los que lo vivieron, pero, por si un día fallara la memoria, en Madrid, esas ovaciones se han materializado en forma de árbol de acero. Y es que, gracias a una donación de la Fundación Agrupación Mutua Aseguradora (AMA), desde hace unos días, la plaza de los Sagrados Corazones en el distrito de Chamartín luce con más vida que nunca, con una escultura del artista barcelonés Jaume Plensa coronada con un enorme corazón rojo que apela, precisamente, a los que durante este año de malas noticias dejaron de latir en el ejercicio de su deber a contracorriente frente una pandemia que pilló a un mundo entero por sorpresa.
La iniciativa fue ideada por la Organización Médica Colegial (OMC) y los Consejos Generales de Colegios de Farmacia, Odontología, Veterinaria, Enfermería y Fisioterapia y ha sido posible por medio de la donación de la Fundación AMA y del trabajo altruista del artista, que ha cedido su idea creativa sin pedir nada a cambio. La obra lleva el título de «Árbol de la vida» y, pese a ser un monumento en memoria del personal sanitario fallecido en los últimos meses en su lucha contra la Covid-19, rezuma la misma vitalidad que la melodía desordenada de palmas que daban la hora al caer la tarde y siempre puntuales inundando las calles de todo el país hace no tanto tiempo.
Una estructura de acero de más de siete metros y medio de altura y seis toneladas de peso que fue inaugurada el viernes 18 de diciembre por el Rey y la Reina en un acto al que asistieron otras muchas autoridades: el ministro de Sanidad, Salvador Illa; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso; las delegadas de las áreas de Cultura, Turismo y Deporte y de Obras y Equipamientos, Andrea Levy y Paloma García; el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida; la vicealcaldesa, Begoña Villacís; la concejala del distrito de Chamartín, Sonia Cea; y el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Serafín Romero. Por supuesto, tampoco faltaron al acto el autor de la obra y el presidente de la Fundación AMA, el doctor Diego Murillo que, tras un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del coronavirus, resaltó durante su discurso que a los profesionales sanitarios les debemos esto y más por «su abnegado compromiso con la sociedad», siendo lo mínimo que merecen el reconocimiento de las personas a las que sirven, también, y como dijo el presidente de la fundación, «para que las generaciones venideras sean conscientes de lo que significó esta pandemia en nuestro país». Porque, aunque ahora parezca imposible, un día este 2020 será historia.
El evento, cargado de emociones, lo cerró la imponente voz de Luz Casal, que acabó de conmover a los presentes interpretando uno de sus mayores éxitos, al tiempo que el más adecuado en ese escenario: «Entre mis recuerdos».
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