Botellones

Los vecinos del Orgullo: «El escándalo es brutal; nos estamos pagando hoteles para pasar la semana”

Tras el «descanso» que supuso para ellos 2020, aseguran estar viviendo de nuevo una «escandalera brutal» en Chueca

Botellón en la plaza Pedro Zerolo de Madrid durante las fiestas del Orgullo 2021
Botellón en la plaza Pedro Zerolo de Madrid durante las fiestas del Orgullo 2021EUROPA PRESSEUROPA PRESS

No puede decirse que los vecinos no lo vieran venir o que no avisaran de que algo así pudiera suceder. Como en los días inmediatamente anteriores, la plaza Pedro Zerolo se convirtió en un macrobotellón durante la noche del pasado jueves. Cientos de personas se congregaron desde primera hora de la noche en este entorno y sus calles aledañas para beber alcohol en grupo, la mayoría sin mascarilla y sin respetar distancias de seguridad. ¿El resultado? Sobre la una de la madrugada, la Policía Municipal tomó la decisión de desalojar la plaza y protagonizó varias cargas. Una persona fue detenida por lanzar objetos a los agentes.

Después de un 2020 de «absoluta tranquilidad», en el que todos los festejos quedaron suspendidos debido al estado de alarma, los vecinos vuelven a denunciar una situación con la que llevan conviviendo más de una década: las fiestas incontroladas que se suceden en el barrio coincidiendo con las fiestas del Orgullo. «Viene sucediendo desde el viernes de la semana pasada. Y cada día va a peor», afirman desde la Asociación de Vecinos de Chueca. Y recalcan: «Esto no tiene que ver con lo que significa el Orgullo. En este caso hablamos de un perfil muy incívico, que viene a la zona dispuesto a liarla».

Así, desde hace más de una semana sufren una «escandalera brutal. Hay gente que llega con altavoces muy potentes, arrastrados por un carril. Algunos salimos a las 7:00 de la mañana para ir a trabajar y todavía están allí». Pastillas para dormir, tapones para los oídos y, para quien pueda permitírselo, una huida masiva de Chueca para poder descansar durante esos días. «Hay vecinos que han decidido irse a un hotel para pasar allí esta semana. Es muy fuerte que tengas que pagarte de tu propio bolsillo un alojamiento», aseguran desde la asociación.

Los vecinos creen que la situación de Chueca se ha «descontrolado» y «se le ha ido de las manos» a los distintos Ayuntamientos con el paso de los años. Recuerdan que fue el Consistorio de Manuela Carmena el que autorizó la suspensión de los niveles máximos de emisión sonora en los eventos enmarcados en las fiestas del Orgullo en Madrid (MADO). Unos actos que el Consistorio consideraba un «festejo popular» de «especial interés» y que, por tanto, precisaban de cierta flexibilidad. Sin embargo, la asociación denunció que, en el caso de ser declarado un «festejo popular», el MADO debería licitarse a través de concurso público, cosa que no ocurrió. De ahí que llevaran esta suspensión de los niveles de ruido a los tribunales.

A pesar de la relajación de las medidas sanitarias, este año no se ha autorizado ese aumento en el límite de decibelios permitidos. En otros motivos, porque Centro es una de las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE) de la capital. Sin embargo, sí que permanece la sensación de impunidad: ha calado en la gente la impresión de que, durante la semana del Orgullo, no hay normas en entornos como los de la plaza de Chueca o la de Pedro Zerolo. De hecho, los vecinos recuerdan que los botellones son ilegales ahora... y lo eran también antes, cuando las reuniones multitudinarias estaban permitidas, incluidas las del Orgullo. Así lo dicta La Ley de Drogodependencias de 2002, que prohibe el consumo de alcohol en la vía pública. Solo se contempla una excepción: los festejos patronales que fije el Ayuntamiento, y que le dan la posibilidad de perimetrar una zona determinada para el consumo. Sin embargo, se daba aquí la misma circunstancia que en los niveles de ruido: para ser una fiesta popular, su organización debía salir de una concurrencia pública. De ahí que el Ayuntamiento «no solo mirara para otro lado; también puso las infraestructuras» para convertir Chueca en un «macrobotellón».

Al ruido y la juerga hasta altas horas de la madrugada hay que sumar un factor de riesgo hasta ahora inédito en las fiestas del Orgullo: «La gente en las plazas ni está con mascarilla, ni está a metro y medio de distancia... Vamos a tener un montón de contagios en la zona y eso puede provocar muchísimas muertes. Además, cada vez están llegando más turistas del extranjero. Y cada uno puede venir con su propia ’'variante’'».

Mientras, desean que la Policía no actúe con la «pasividad» de años anteriores. A la espera de que se controle la situación, algunos optan por subir el aire acondicionado y que el sonido amortigüe la escandalera de la calle.