Efeméride

El Madrid de Federico García Lorca: un recorrido siguiendo la huella que dejó el poeta en la capital

De la Residencia de Estudiantes al número 96 de la calle de Alcalá, estos son los lugares marcados por Federico García Lorca en el mapa de la ciudad

Monumento erigido en 1984 en la plaza de Santa Ana con motivo del décimo quinto aniversario del primer estreno de «Yerma».
Monumento erigido en 1984 en la plaza de Santa Ana con motivo del décimo quinto aniversario del primer estreno de «Yerma».Banco de imágenes

Se cumplen 85 años del asesinato de Federico García Lorca (1898-1936), un poeta atado para siempre a la tierra que le vio nacer, pero que no dejó nunca de buscar nuevas raíces allí donde le empujó su ambición literaria. Adscrito a la generación del 27 y recordado como el mejor dramaturgo español del siglo XX, Lorca mantuvo intactos sus lazos con el mundo rural de sus recuerdos de infancia en el pequeño municipio granadino de Fuente Vaqueros a través de una obra que, sin embargo, desarrolló en buena parte en la ciudad que le vio crecer como intelectual y como artista: Madrid. Llegó a la capital en noviembre de 1919 y aquí dejó una huella que el tiempo no ha sido capaz de borrar.

1. La Residencia de Estudiantes:

Traerle a Madrid a los 21 años sería más favor que traerle al mundo, le dijo a su padre José Mora Guarnido, uno de los fundadores de la tertulia de «El Rinconcillo» del Café Alameda de Granada y buen amigo de Federico García Lorca. Era marzo de 1919 y él, como tantos otros miembros del grupo, se había trasladado ya a la capital y esperaba con estusiasmo que Lorca pudiera seguir pronto sus pasos. Ocho meses después, Fernando de los Ríos convenció por fin a los padres del poeta para que le dejaran salir de Granada y seguir con sus estudios en la Residencia de Estudiantes de Madrid, dirigida por Alberto Jiménez Fraud.

Aquel hervidero intelectual supuso un excelente caldo de cultivo para el desarrollo de Lorca, que vivió en este edificio situado en los Altos del Hipódromo o «la Colina de los Chopos» hasta 1926. Allíconoció a muchos de los más importantes escritores e intelectuales del país, como Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí.

2. Los cafés de tertulia:

Los debates de los estudiantes continuaban más allá de las paredes de la residencia en los cafés de la ciudad. Entre los favoritos del joven Federico García Lorca estaban dos: el Café Lion, situado en el número 59 de la calle de Alcalá,allí donde ahora hay un pab irlanés y que en el siglo XX era un lugar de encuentro y discusión para intelectuales de distinto pensamiento político; y el Café Gijón, que hoy sobrevive en el número 21 del paseo de Recoletos y en cuyas sillas también pasaron largas horas personajes como Benito Pérez Galdós o Ramón del Valle-Inclán.

Federico García Lorca posa en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1919, recién ingresado.
Federico García Lorca posa en la Residencia de Estudiantes de Madrid en 1919, recién ingresado.Fundación Lorca

3. Del Teatro Eslava al Teatro Español:

Un 22 de marzo,el dramaturgo andaluz estrenó su primera obra teatral en 1920 en el Teatro Eslava, hoy en día la discoteca Joy Eslava: «El maleficio de la mariposa», que fue un fracaso absoluto para el autor. Escrita en verso, la la obra estaba protagonizada por cucarachas y una mariposa, lo que, para la época, resultó demasiado rompedor. Pero, lejos de desmotivarse tras este golpe al inicio de su carrera, Federico García Lorca continuó trabajando hasta que elTeatro Español le otorgó un triunfo arrollador con el estreno de «Yerma» en 1934.

4. De la Universidad Computense al Ateneo:

La aportación más importante de Lorca a la política cultural de la República fue la organización del teatro universitario La Barraca, grupo que dirigió junto con Eduardo Ugarte y que representó obras de teatro clásico español en los pueblos más recónditos del páis. Y aunque se trató de un proyecto itinerante, la presentación durante el verano de 1932 se llevó a cabo en la Universidad Central, ahora Universidad Complutense. Cuatro años después, La Barraca dio también su último adiós en la capital durante la primavera de 1936, cuando realizó su última función en el Ateneo.

5. Su casa en Alcalá 96:

Custodiado por la calle de Narváez y la avenida de Felipe II, un imponente edificio verde erigido en el número 96 de la calle de Alcalá conserva actualmente una placa que rememora el paso del poeta granadino por su séptima planta. Durante su etapa de mayor estabilidad económica y desde esta que fue la última casa en Madrid del dramaturgo, en la que vivió entre los años 1933 y 1936, Federico García Lorca escribió «La casa de Bernarda Alba».Y lo hizoteniendo unas vistas privilegiadas delcentro de la capital.

7. Su recuerdo en Santa Ana:

«Madrid, a Federico García Lorca». A veces no hay que decir mucho más, y eso es todo lo que recoge la inscripción de la estatua que, en su recuerdo, ocupa la plaza de Santa Ana desde 1984. Realizada en bronce, representa la figura de cuerpo entero en tamaño natural del granadino, vestido con traje de chaqueta y sujetando entre sus manos una alondra que parece estar a punto de echar a volar hacia el Teatro Español, punto rodeado en un intenso color rojo sangreentre todos los marcados por el poeta en el mapa de Madrid.