Proyecto
Al rescate del castillo del Retiro de Madrid: tres millones de euros para convertirlo en un museo
Este edificio será reformado para albergar el Museo Meteorológico, recuperará su imagen original, incluyendo la almenara superior, e incluirá un mirador transparente
Está ubicado en la zona más alta del parque del Retiro. No se conoce su fecha exacta de construcción, aunque sí consta que las obras finalizaron en algún momento entre 1848 y 1850. Y, desde su apertura, se destinó a un uso científico a pesar de su aspecto exterior. Estamos hablando del castillo (o castillete) meteorológico, al que se accede desde el Paseo del Duque Fernán Núñez y está ubicado exactamente en el número 2 del Paseo de Uruguay. Actualmente se encuentra desocupado y en avanzado estado de deterioro. Situación que pronto será subsanada porque el Ministerio de Transición Ecológica, que es la titular del edificio al estar adscrito a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ha aprobado una partida de 3,7 millones de euros para su reforma. El objetivo es que el castillete se convierte en la sede del nuevo museo meteorológico. El proyecto se adjudicará a través de un concurso, cuyo plazo de presentación de ofertas finaliza este jueves. El uso que recoge el PGOU para este espacio es de equipamiento público.
El porqué de la elección de este enclave para alojar al nuevo museo tiene mucho que ver con su origen. No en vano, el castillo albergó el primer telégrafo óptico del Observatorio Astronómico y el primer edificio del Instituto Meteorológico. Fue el 2 de noviembre de 1888, cuando el Ayuntamiento cedió el edificio al recién creado Instituto Central Meteorológico, que tuvo en el catillo, hasta 1913, su único local. Hasta 1963, además, fue la sede oficial de esta institución. A partir de ese año, el edificio encaró sucesivas reformas y remodelaciones. Algunos de estos cambios se realizaron para que alojara en su interior equipos e instalaciones del Observatorio Geodésico, lo que provocó, por el peso de esas nuevas instalaciones, el hundimiento de la cubierta, que necesitó una reparación a fondo. Otras de las reformas que se han llevado a cabo en estas décadas han afectado a la morfología del castillete. Es el caso, por ejemplo, de las obras que implicaron que se levantara un cuerpo adosado a su fachada oeste o la modificación de la geometría de los huecos también de la fachada.
El plazo de ejecución de los trabajos que se prevé en los pliegos del contrato es de 18 meses. El adjudicatario de la obra deberá transformar este espacio en un museo teniendo en cuenta, precisamente, el origen del castillete. En ese sentido, según consta en la documentación a la que ha accedido LA RAZÓN, el eje del proyecto pasa por «la recuperación de la imagen original del edificio incluyendo la almenara superior e inferior, la geometría original de los huecos, nuevas carpinterías de madera maciza y la sustitución del revoco de cemento por uno tradicional de mortero de cal grasa». Ese trabajo se verá coronado por un nuevo espacio: un ligero y transparente mirador.
En lo que tiene que ver estrictamente con la habilitación del interior como espacio museístico el Ministerio plantea el diseño de «un recorrido perimetral al área central del castillete», con el objetivo de que los visitantes circulen «rodeando el espacio expositivo», al cual se pretende dotar de «continuidad a lo largo de todas las plantas, al plantear en el centro una zona resuelta con vidrio». De manera que, añade la memoria del proyecto, desde «el acceso en planta baja» esté presente «la profundidad del ascenso hacia el punto más alto del edificio, donde está situado el mirador, desde dónde se divisa el horizonte al que conectar. Todo el recorrido museístico está resuelto en el volumen original del castillete y finaliza en el mirador, que descansa también sobre la estructura original. Este diseño permitirá que el mirador ofrezca al visitante la oportunidad de contemplar el cielo, el horizonte y en entorno del parque desde un punto privilegiado, por su altura, del Retiro y, al mismo tiempo, el interior del propio castillete, a través del suelo central de vidrio que se instale. Suelo, que, además, permitirá observar la estructura original de madera que se recupera e integra como elemento que ayude a comprender y explicar la historia del edificio.
En la torre noreste está ubicada una escalera de caracol que conecta todas las plantas, incluida la planta de cubierta. El proyecto de reforma del castillete recoge la conservación de este elemento. En este sentido, el recorrido principal a través del futuro museo se plantea también como recorrido de evacuación del edificio, incorporando una escalera de nuevo trazado, que estructura las circulaciones del edificio. Y, según señala la memoria, «en la torre noreste se mantiene la escalera de caracol existente de forma que sigue presente esa idea que todos tenemos de forma que sigue presente esa idea que todos tenemos de ‘’escalera que sube hasta lo más alto de la torre’'». En todo caso, el uso que pueda darse a la escalera de caracol será limitado dadas sus condiciones de accesibilidad. La torre suroeste, por su parte, será aprovechada para la instalación de un nuevo ascensor que conecte todas las plantas y, así, resuelva los problemas en materia de accesibilidad del edificio. En la torre sureste se ubicarán los trazados de las instalaciones relativas al funcionamiento del edificio. Y, por último, tanto la torre noroeste como el cuerpo adosado a la fachada oeste quedarán incorporados al espacio museístico. La planta sótano se destinará a aseos e instalaciones.
El edifico del castillete meteorológico es un edificio aislado, que se encuentra situado en una parcela dentro de los terrenos con los que cuenta la delegación territorial de Aemet en El Retiro, en los que se localizan varias edificaciones. Esta parcela asignada tiene una superficie aproximada de 120 metros cuadrados. La edificabilidad total para el uso del castillete como Museo Meteorológico es de 358,90 metros cuadrados.
El actual concurso para la reforma del castillete llega casi 15 años después de que ya se intentará remodelar el inmueble. En agosto de 2007, se llegó a conceder licencia urbanística de Reestructuración General para el edificio, en base al proyecto de remodelación firmado por la arquitecta Belinda Tato. Dicha licencia, sin embargo, fue archivada por caducidad al no iniciarse las obras en el plazo establecido.
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