Patrimonio

Las zonas de Madrid salvadas de la ruina en los últimos 40 años

La Empresa Municipal de Vivienda y Suelo conmemora su aniversario recordando su labor en la supervivencia de varias obras clave del patrimonio madrileño

Fachada de la Iglesia de las Calatravas, templo que acoge una de las joyas del barroco
Fachada de la Iglesia de las Calatravas, templo que acoge una de las joyas del barrocoLa Razón

Cuando escuchamos –y más aún los periodistas– las siglas que conforman la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) se nos vienen a la cabeza de forma instantánea promociones, alquileres y pisos de protección oficial. Y así es. A lo largo de sus recién cumplidos cuarenta años de historia, esta empresa pública perteneciente al Ayuntamiento de Madrid ha rehabilitado 162.300 viviendas, ha invertido 2.540 millones de euros en obra nueva y regeneración, ha gestionado 31.000 alquileres entre particulares y ha construido casi 30.000 viviendas protegidas a precios asequibles. Sin embargo, la EMVS ha desarrollado también una impagable labor patrimonial en estas últimas cuatro décadas. Una rehabilitación de algunos de los edificios más emblemáticos del centro de la ciudad, seriamente dañados por el paso del tiempo. De ello da fe la exposición fotográfica «40 años creando hogares, transformando Madrid», que hasta la semana pasada permaneció en la biblioteca Eugenio Trías, inaugurada en septiembre por Álvaro Gonzalo y Diego Lozano, presidente y consejero delegado respectivamente de la EMVS. ¿Cuáles son los entornos de la capital que se han visto beneficiados durante estos años por la labora de la empresa pública?

Plaza de Santa Ana

La plaza de Santa Ana, en el céntrico barrio de Huertas, no siempre fue como hoy la conocemos. Hoy es un eje cultural (sede del Teatro Español), de ocio (con numerosos bares y restaurantes) y turístico de relevancia para la capital. Sin embargo, antes de la rehabilitación a la que se sometió a principios de este siglo, se trataba de un especio desordenado, donde las áreas de juegos infantiles, el tráfico privado y los bares se mezclaban de manera confusa. Además, el estado del pavimento sufría importantes daños, con zonas desgastadas y losas levantadas. Y el alumbrado público era insuficiente. Así, en 2002 se intervino sobre una superficie de 6.851 metros cuadrados y una inversión de 1,6 millones de euros. De este modo, se dotó a la plaza de una visión unitaria.

Corrala centenaria de la calle Tribulete
Corrala centenaria de la calle TribuleteAyuntamiento de Madrid

Las corralas de Lavapiés

La plaza de Lavapiés ha cambiado en estos últimos veinte años. Además de renovar el entorno, el Ayuntamiento regeneró en 2001 y 2002 las fachadas de 20 edificios y 37 locales comerciales que daban a la plaza. El objetivo era que los inmuebles recuperasen su imagen de estado original aplicando diversos tratamientos con materiales propios de la época de construcción. Además, se puso en valor los edificios residenciales más emblemáticos del barrio: las corralas. Se actuó en casi 40, entre ellas la que situada en la Tribulete 12, construida en 1839 y sin duda la corrala más famosa de Madrid, patrimonio nacional desde 1977.

Iglesia de las Calatravas

El patrimonio religioso también ha sido objeto de renovación. La Mayor. Laoró las iglesias más «castizas» de la capital: San Cayetano, San Lorenzo, San Ginés, San Pedro el Real («La Paloma»), la capilla del Obispo... Las iglesias de la Buena Dicha, de Santiago, de San Marcos, de San Sebastián y de las Calatravas también se han beneficiado de su labor. En el caso de esta última, situada en el número 25 de la calle Alcalá y de casi cuatro siglos de antigüedad, se trata de la única parte que sobrevivió del antiguo convento de la Concepción Real. Además, cuenta en su interior con una de las obras maestras del barrocho: el retablo mayor obra de José de Churriguera.

El reformado salón de la Real Casa de la Panadería
El reformado salón de la Real Casa de la PanaderíaAyuntamiento de madrid

Real Casa de la Panadería

Todo visita a la capital tiene su parada obligatoria en la Plaza Mayor. La EMVS afrontó en su entorno (124 edificios y 1.190 viviendas) un importante programa de rehabilitaciones. Entre ellas, el acondicionamiento del Salón Real de la Casa de la Panadería, construida en 1590 dentro de la Plaza Mayor. Utilizado por los reyes para presenciar los festejos que se celebraba en la plaza, los técnicos municipales restauraron las pinturas de la sala, los zócalos y se reconstruyó el espacio original. Por último, se colocó una nueva iluminación en las bóvedas del techo que hacen lucir a esta majestuosa sala con el esplendor de antaño.

Plaza de Oriente

El Eje Huertas-Las Letras fue otro de los proyectos de calado en el centro histórico de Madrid, que sirvió de nexo de conexión entre el Paseo del Prado y la Plaza de Oriente. De hecho, los accesos a esta última, y que constituye el entorno del Palacio Real, se vieron mejorados a través de un recorrido turístico peatonal entre el Barrio de Las Letras y el Madrid de los Austrias. Además, gracias a esa iniciativa, contamos hoy con una sucesión de plazas, espacios urbanos singulares o lugares de encuentro de los ciudadanos, como Platerías Martínez, Matute, del Ángel, Jacinto Benavente, Santa Cruz y Provincia.

Teatro Pavón

El teatro Pavón volvió a subir de nuevo el telón hace pocas fechas, después de un período incierto marcado por la crisis sanitaria. En 2025 se cumplirán cien años desde que fuera inaugurado por el rey Alfonso XIII. Construido por el arquitecto Teodoro de Anasagasti y Algán, fue en sus inicios centro de referencia para dos importantes géneros: la «revista» y la canción española. Allí estrenaron algunos de sus más famosos éxitos Celia Gámez, Manolo Caracol o Antonio Molina. En 1940 fue convertido en cine. Y, aunque varios empresarios intentaron, sin éxito, abrir el teatro, no fue hasta 1999 cuando la Compañía Zampano lo compró y pudo rehabilitarlo gracias a los fondos de la Fundación Caja Madrid y la dirección facultativa de los técnicos de la EMVS. El edificio ya había sufrido dos reformas, en 1953 y 1978, pero la realizada en 2000 permitió recuperar en la fachada los esgrafiados encintados por revocos, reproduciendo los despieces de ladrillo que existían en su origen. También se construyó el torreón que había originalmente en el techo de forma idéntica al primitivo, con la superficie acristalada e iluminada del letrero.