Historia
La puerta del hospital de La Latina, que pintó Sorolla, y acabó en la Ciudad Universitaria de Madrid
Una entrada a la institución creada por Beatriz Galindo, que acabó derruida a principios del siglo XX para facilitar la ampliación de la calle Toledo
Ella era “puellae doctae”. Beatriz Galindo, La Latina. Escritora, humanista, maestra de latín y gramática de Isabel la Católica, y su esposo, Francisco Ramírez mandaron construir en 1499 un hospital. De aquel edificio, de estilo gótico flamígero y ubicado en la actual calle de Toledo esquina con la Plaza de la Cebada, sólo se conserva la portada principal, la escalera y los sepulcros de los fundadores. En 1960, la portada fue desmontada y reconstruida en los jardines de la Escuela Superior de Arquitectura de la Ciudad Universitaria. Y menos mal dirían algunos, en una época de desarrollismo en el que la piqueta se llevó por delante una buena parte de ejemplos arquitectónicos de diferentes estilos. Y para muestra, ahí no están ya algunos de los más afamados palacios y casonas que adornaban la Castellana.
A lo que vamos. El nombre real de este edificio que nos ocupa era Hospital de la Concepción de Nuestra Señora, aunque popularmente se le conocía como Hospital de la Latina y también como Hospital de la Concepción, debido a que su fundadora Beatriz Galindo era conocida con el apodo de La Latina.
El hospital contaba con dos zonas diferenciadas para enfermos, una para seglares y otra para religiosos. Durante la Guerra de Independencia fue utilizado como hospital militar. Uno de los elementos más notable era su portada, obra del maestro Hazan, que cuenta con un arco apuntado, tres esculturas en la parte superior coronadas con doseles góticos y los escudos de los fundadores del hospital.
Cabe decir que Maese Hazan no deja de ser buena muestra también de la Castilla de aquella época. Este hombre era alarife, o maestro de obras. También hispano-musulmán. La escalera que comentábamos se salvó de la piqueta, se halla en la Casa de don Álvaro de Luján, en la Plaza de la Villa, en este caso la construcción civil más antigua de Madrid, sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, lugar al que fue trasladada junto con los sepulcros de Beatriz Galindo La Latina y su esposo Francisco Ramírez, actualmente en el Museo de Historia.
La escalera, una joya plateresca, se encuentra tras la puerta mudéjar, en arco de herradura, otro tesoro único en Madrid, cuyo origen también se remonta a los finales del siglo XV.
Podemos conocer cómo era el edificio antes de su derribo, que tuvo lugar hacía 1904, gracias a fotografías antiguas y al cuadro que Joaquín Sorolla pinto durante su segunda estancia en Madrid, en 1883 y que actualmente se puede contemplar en el Museo de Historia de Madrid. Un espacio este último que, una vez más, es clave para documentar el proceso histórico de la ciudad desde el establecimiento de la capitalidad en 1561 hasta los primeros años del siglo XX.
De aquel “desguace” arquitectónico se puede contemplar en la entrada de la Escuela de Arquitectura de Madrid la parte más renombrada de aquel hospital de La Latina. Hasta allí fue llevada y levanta en el curso 1959-1960. Y allí sigue. Siendo ejemplo para las futuras generaciones de alarifes.
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