Semana Santa
Las Tres Caídas: la procesión más joven vuelve este Miércoles Santo a las calles de Madrid
De 2017, es la última hermandad en ser nombrada como tal. Fue fundada por siete amigos, que desde hacía tiempo tenían esa vocación, ese pálpito. “Te vienen recuerdos de hermanos que ya no están y que han trabajado mucho por esta hermandad”
En su camino al calvario, dicen los evangelios que Jesús sufrió tres caídas. Para continuar, tuvo que ser ayudado por Simón de Cirene, quien tomó la cruz hasta el Gólgota. Este momento de la Pasión es al que alude la Hermandad de las Tres Caídas, la última en ser nombrada como tal en Madrid. «Nacimos en 2017, así que la juventud y actualidad es lo que ahora mismo caracteriza a nuestra hermandad», dice a LA RAZÓN Julio Rivera, hermano mayor de las Tres Caídas. La hermandad está fundada por siete amigos, que desde hacía tiempo tenían esa vocación, ese pálpito. «En una comida familiar lo propusimos, y qué mejor que las tres caídas del Señor, fundada en la vocación de la esperanza». Eligieron esta vocación de la Esperanza porque a los fundadores «siempre nos había llegado al corazón la Hermandad de las Tres Caídas y Esperanza de Triana. Además, esta no tenía su representación en Madrid, así que lo vimos oportuno».
Es el sábado previo a Semana Santa, y los hermanos –cofrades durante el próximo periodo– se han dado cita en la parroquia de San Andrés, en el centro de Madrid. Van a proceder al retranqueo, que «es cuando ya el paso está montado totalmente, con el Señor sobre él». Esta suerte de ensayo general consiste en caminar por dentro de la parroquia para comprobar que está todo correctamente colocado, que no se cae nada y que el peso del paso puede trasladarse bien.
Como no podría ser de otra manera, la solemnidad da paso a la emoción por volver a la calle. «El Covid ha dejado su huella, como en todo», reconoce el hermano mayor. Sin embargo, con solo siete años de vida y una pandemia que ha «truncado» los últimos dos, no han podido evitar que las ganas de hacer cosas y de seguir creciendo y afianzándose fueran más fuertes que la pandemia. «No lo hemos percibido ni siquiera como algo realmente complicado para la vida de la hermandad, donde hemos seguido haciendo cosas, pero de una manera diferente, adaptándonos a la situación y haciendo lo que veíamos en otras organizaciones», señala. De hecho, lo más importante era no perder el contacto y la cercanía. «En la época más fuerte de la pandemia hacíamos, el último domingo de cada mes, nuestras reuniones por Zoom: un domingo lo llevábamos los hermanos mayores, otro, por ejemplo, capataces tanto de Madrid como de otras ciudades. Las charlas duraban una hora, y así estuvimos casi 6 meses, hasta que llegó la primavera de 2021».
Con dos ensayos
«El año pasado sí que hubo Semana Santa, al igual que todos los años. Lo que no se pudo es sacar los pasos a la calle», apunta. «Cada hermandad expuso un poco como pudo los pasos. En nuestro caso lo que hicimos fue un altar dentro de la parroquia de San Andrés. Sacamos los dos titulares fuera de su capilla, la cruz de guía, el bacalao…». Los pasos no fueron a la calle, sino que, por primera vez, la calle fue a los pasos. «Hubo unas colas para verlo todo realmente impresionantes, muy difíciles de ver fuera de ciudades muy cofrades como Sevilla», recuerda Rivera.
Este sábado, para el retranqueo, ha sido uno de los pocos momentos en el que han tenido un ensayo este año de cara a la Semana Santa. «Hemos ensayado dos domingos solamente, y hace dos semanas, porque quien cogiera el Covid estos días se podía quedar sin salir», explica. «Ahora que estamos a punto de volver a salir a la calle no podemos estar más emocionados», añade el hermano mayor: «Para bien y para no tan bien. Te vienen recuerdos de personas, de hermanos que ya no están con nosotros, que han trabajado mucho por esta hermandad y que no la van a ver salir a la calle de nuevo, con todos los estrenos que tienen este año: desde los apliques de las imágenes hasta la nueva marcha que estrena la banda. Para ellos también es muy importante este momento, porque no han parado tampoco durante la pandemia. De hecho, hacían también sus reuniones por Zoom para seguir ensayando», añade Rivera. La banda, a la que llaman cariñosamente «la novena trabajadera», se unió a ellos cuando aún constituían una «pro hermandad». Por aquel entonces, la banda La Caída de El Escorial contaba con 30 años de historia, y se pusieron en contacto con la junta directiva de la hermandad. Fueron ellos, el 16 de septiembre de 2017, quienes marcaron la salida desde la catedral de la Almudena y guiaron los pasos en su presentación al pueblo de Madrid, y han sido ellos los que este Miércoles Santo les han vuelto a guiar en su caminar por las calles de la ciudad para reencontrarse con ese pueblo madrileño que, cuando no pudieron salir a la calle, como el Cireneo, acudieron a ellos.
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