"No crece la hierba"

Los ecologistas castigan a la alcaldesa de Getafe al otorgarle el “premio” Caballo de Atila

Acusan a la regidora, la socialista Sara Hernández de “ignorar las denuncias sobre el mal funcionamiento del macrovertedero de Pinto-Getafe”

La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández
La alcaldesa de Getafe, Sara HernándezRodrigo JiménezAgencia EFE

La asociación Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid ha otorgado este año su premio Caballo de Atila a la alcaldesa de Getafe y presidenta de la Mancomunidad del Sur, Sara Hernández (PSOE), por “ignorar las denuncias sobre el mal funcionamiento del macrovertedero de Pinto-Getafe”.

Con esta irónica distinción, desde el colectivo ecologista se pretende “recompensar los esfuerzos de aquellas personas que, como la alcaldesa de Getafe, dedican interesadamente tiempo y trabajo a destruir el medio ambiente de esta comunidad autónoma”, señalan.

“Hernández, como presidenta de la Mancomunidad del Sur, es la gran merecedora de este premio Caballo de Atila. Tal como aquel mítico caballo, por donde Sara Hernández pisa, no crece la hierba, solo crece la degradación del medio ambiente y la indignación de los habitantes del sur de Madrid”, añaden.

Desde Ecologistas en Acción denuncian nuevamente la construcción de seis nuevas macroplantas en el vertedero de Pinto-Getafe, un proceso que se “ha iniciado de espaldas a la ciudadanía, sin llevarlo a votación en la asamblea de la Mancomunidad del Sur, y con la oposición de sus vicepresidentes que, o bien se han posicionado públicamente en contra o bien han dimitido directamente”.

“Sara Hernández lleva sin convocar ninguna asamblea de la Mancomunidad desde hace más de ocho meses, en su afán por avanzar de manera encubierta en este pernicioso plan para condenar el futuro del Sur de Madrid”, indican desde la asociación, donde insisten en criticar “la cerrazón de esta política socialista”.

Además, acusan a la regidora getafense de “despreciar a la opinión pública de los vecinos del Sur de Madrid” por su apuesta “por la perpetuación de un sistema de gestión caduco e irresponsable, que lleva más de 36 años castigando al medio ambiente y a la salud de los vecinos del sur de Madrid”.

En marzo cientos de vecinos volvieron a manifestarse contra “las continuas y graves irregularidades en emisiones a la atmósfera, contaminación de suelos y degradación de espacios naturales con el consiguiente grave menoscabo de la calidad de vida de esta zona de la Comunidad de Madrid”.