Siniestros

Mercamadrid: un año para reabrir los puestos calcinados

Los comerciantes pedirán ayudas económicas al Ayuntamiento para poder hacer frente a las pérdidas mientras buscan un lugar donde reubicarse

Vista del estado de la nave de frutas siniestrada de Mercamadrid.
Vista del estado de la nave de frutas siniestrada de Mercamadrid.Alberto R. RoldánLa Razón

Los puestos situados en la media nave que se salvó de las llamas en el incendio de Mercamadrid del pasado fin de semana, reabren hoy. Esa es la previsión. Se trata de seis empresas que contaban con puestos en la zona sur porque las once restantes, situadas en la zona norte, están completamente calcinadas y convertidas en un amasijo de hierros y estructuras quemadas. De hecho, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ayer firmó oficialmente la declaración de emergencia en Mercamadrid. Se trataba de un trámite necesario para agilizar los trabajos de demolición, que afectan a 26 puestos en 5.000 metros cuadrados. Y es que la mayor plataforma de España de distribución, transformación y logística de alimentos frescos se ve inmersa, inevitablemente, en lo que es ya un proceso de quiebra parcial que implica la demolición, reconstrucción y rehabilitación de lo que supone un 1% de las infraestructuras totales.

Ahora, es la dirección de Control de la Edificación, del área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid la que se encarga de asumir en control de todos los trabajos que se vayan a realizar de ahora en adelante, según detalló ayer la propia vicealcaldesa.

Mientras, los afectados viven con desolación las consecuencias del incendio inesperado desatado a las 19:30 horas del sábado pasado, justo cuando apenas hacía unas horas antes habían estado en plana actividad y se presentaba un día de fiesta por delante. Entre estos comerciantes se encuentra Juan, dueño de cinco puestos y tercera generación de comerciantes que vive con impotencia cómo se le va el negocio. De hecho, hacía poco más que dos años que había comprado los derechos de traspaso de dos puestos (supone un desembolso de 200.000 euros de media cada uno, aproximadamente) y había realizado una reforma integral de los mismos.

Plazos

Los comerciantes tienen claro que recuperar su actividad a niveles como los que habían alcanzado hasta ahora, tardará al menos un año o año y medio. Hacen sus cuentas y calculan que los trabajos de demolición de la media nave calcinada supondrán tres meses de trabajo, como mínimo, y luego vendrán las labores de construcción, que también llevarán su tiempo, aunque Villacís ayer se comprometió a acometer los trabajos «lo antes posible», aunque se trata de una superficie afectada importante: 5.000 metros cuadrados y 26 puestos.

También se comprometió a dar una alternativa a los afectados: «No vamos a dejar de trabajar para que tengan su nave», sentenció. Pero muchos comerciantes buscaban ayer donde instalarse para poder reanudar en la medida de lo posible su actividad después del impacto del siniestro.

«Queremos puestos dentro del mercado, pero no hay espacio. Hay algunos compañeros ubicados por fuera, no dentro de las naves de fruta, y nos vamos apañando como podemos. A mí hay un compañero que me ha dejado puestos, pero hay a quien se le ha ofrecido un trozo de muelle, pero ese no es lugar y, aunque Mercamadrid está haciendo un gran esfuerzo, aún hay personas que tenían sus puestos en la zona cero del incendio que están aún por reubicar», señala uno de los afectados a LA RAZÓN.

Vista del estado de la nave de frutas siniestrada de Mercamadrid
Vista del estado de la nave de frutas siniestrada de MercamadridAlberto R. RoldánLa Razón

Pero además de una nueva localización, ahora habrá que afrontar las pérdidas económicas que sufren los comerciantes a consecuencia del parón de actividad, aunque todavía no han sido cuantificadas. Algunos, de hecho, ya venían notando la crisis y ahora se suma este desafortunado incidente. «Estamos buscando soluciones porque a mí no me entra ni la mitad de género y mucho lo pido en origen para que se sirva directamente a los clientes», añade.

Los afectados también temen que los seguros tarden tiempo en ponerse de acuerdo. «Teníamos una actividad muy dinámica, hay pagos pendientes a proveedores y, si no tenemos la misma actividad que antes, vamos a necesitar ayudas porque yo pedí dos préstamos y hay que pagarlos».

Precisamente, Asomafrut, la Asociación de Mayoristas de Frutas y Hortalizas, está dispuesta a canalizar esta petición al Consistorio madrileño y a ofrecer toda la ayuda que esté a su alcance para minimizar el impacto de la tragedia habida cuenta que los flujos comerciales para los afectados no serán los mismos durante un tiempo.

«Las empresas van a necesitar ayuda económica del Ayuntamiento de Madrid para no cerrar porque la actividad de los afectados no será la misma», explica el gerente de la asociación, Santiago Blázquez. Y es que muchos detallistas ya se habían acostumbrado a comprar en determinados puestos y los afectados creen que un cambio de ubicación no les favorece a la hora de mantener el negocio. Blázquez detalla que la asociación «apoyará a los afectados e iniciará los expedientes que procedan. Incluso hemos dejado sitio en nuestra oficina para el que lo necesite, pero pedimos ayudas para los afectados y que se intenten acortar los trámites en la medida de los posible para que los afectados puedan volver a trabajar».

Investigación

Mientras, siguen los trabajos de investigación sobre las causas que pudieron desatar el incendio. Las primeras pesquisas apuntan a que un cortocircuito pudo ser el desencadenante del fuego, aunque muchos se preguntan cómo fue posible que las llamas se propagasen con tanta celeridad para dejar devastada la instalación en apenas unos minutos.

Ahora, también hay quien se plantea que, si se hubiesen renovado las instalaciones o se hubieran rehabilitado (datan de los años ochenta), probablemente los daños pudieran haber sido menores.

En medio de la desolación, también hay quien cuestiona si la seguridad de Mercamadrid es suficientemente eficaz como para prevenir situaciones como la ocurrido. «Hay una empresa contratada, pero hace unos años vinieron a robar y no se enteraron», dice un comerciante.