Madrid

Emprendemos la ruta del pisco por Madrid, ¿te apuntas?

Jhosef Arias lidera La Tribu para poner en valor la culinaria peruana. Veinte locales ofrecen hasta el día 15 sus platos icónicos para comer con el destilado

El cocinero Jhosef Arias
Dvd 970 8/10/19Jhosef Arias, chef peruano y propietario del restaurante Pisco Mar en el Madrid de los Austrias.KIKE PARA.KIKE PARA

Hasta el día 15, la capital sabe a Perú. ¿El motivo? Veinte locales nos permiten descubrir la diversidad de la gastronomía del país a través de sus platos más icónicos y del pisco, el destilado de uva por excelencia convertido en Patrimonio Cultural.

Se trata de una iniciativa, que se ha puesto en marcha de la mano de La Tribu y está dirigida por Jhosef Arias, quien ha reunido, por primera vez, cocineros con el objetivo de poner en valor la cocina y la cultura de uno de los países más importantes del mundo en términos culinarios e históricos al contar con costa, sierra, desierto y selva: «Hemos querido unirnos para trabajar juntos en otras acciones en un futuro», dice Arias, convencido de que los españoles ya estamos familiarizados con el pisco: «Esta ruta ayuda a seguir dándolo a conocer y así la gente sepa distinguir qué es un pisco y saber que hay ocho tipos de uvas pisqueras. Además, la D.O confirma que debe tener entre 38 y 45 grados y cada pisco es válido para elaborar un cóctel o para saborearlo solo».

Lo que le apasiona es «su sabor afrutado, su frescura y que se puede juntar con otras frutas. El chicano es su combinado preferido que, además de pisco, lleva ginger ale, lima y unas gotas de angostura. Para acompañarlo con un ceviche, unos tiraditos o con unas ensaladas: «El pisco sour es otro trago con el que abrir apetito, mientras preparamos una parrilla peruana», añade. Nos aconseja probarlo primero solo, siempre a una temperatura que no supere los cuatro grados, servido en una copa alta en la que pueda respirar y tomarlo a pequeños sorbos. Así hicimos con el destilado de Bodegas Tacama, la primera viña de Sudamérica, y su pisco Demonio de los Andes.

Cebiche, lomo saltado, ají de gallina, causa limeña, tiradito, arroz chaufa, sudado de pescado, tallarín saltado, seco con frijoles, rocoto relleno, sopa wantán o papa a la huancaína son algunas de las elaboraciones que los clientes se encontrarán en este recorrido en el que se ofertará una tapa peruana y un cóctel a base de pisco por 10 euros. Es la mejor manera de recorrer la cultura culinaria peruana, reflejada a través de la cocina limeña, la tradicional criolla, nikkei (la cocina fusión japo-peruana), la chaufa (la cocina fusión chino-peruana), de los Andes o la Selva: «Queremos que La Ruta del Pisco se celebre de forma anual y pueda ser la primera acción de muchas. Nuestra gastronomía nos brinda la oportunidad de poder enseñar lo que somos y lo que hacemos», explica el Arias. Es el momento de atreverse con el amansaguapo, el mojito de pisco, el cóctel de los incas, el geisha o la machasqa, entre otros. Para armonizarlos, qué mejor que una causa de remolacha de soltero arequipeño, las vieiras a la chalaquita nikkei o acebichada, la clásica pulga de chicharrón de cerdo con chips de camote, la pachamanca, la causa de langostino o la causa limeña.

Vieiras a la chalaquita

Adéntrense en cualquiera de los locales del Grupo Jhosef Arias, que ya son cinco. Además de Piscomar y Callao24, Hasaku es la prueba irrefutable de la riqueza de la gastronomía nikkei, de ahí que el cóctel Geisha acompañe al tartar de atún. En Humo, sin embargo, los pollos a la brasa son los reyes y las parrillas, las estrellas; y a ADN Origen Perú vamos a conocer la culinaria de mercado, así que si se apuntan al plan, aquí la causa limeña llega junto a un cóctel chicano.

Además, Arias cuenta con un laboratorio de I+D+I llamado «BoldKitchen». Si en Distrito Ceviche el pisco infusionado con jengibre toma la mesa junto al mejillón Chalaca, en Rokoto se bebe machasqa y se come chicharrón de cerdo y en Xolo Nikkei, el tataki de panceta está más rico si se disfruta junto al cóctel Guacamayo. En Sakura Maru optan por una piña acholada y unas vieiras a la chalaquita.