El discurso

Isabel Díaz Ayuso: «Sánchez se ha convertido en el Le Pen de la izquierda en Europa»

La presidenta de la Comunidad de Madrid señala en La Razón de... que «es preciso que el PP reforme y afiance nuestras instituciones con convicción y entorno a sus ideas»

Una región brava, próspera, acogedora, solidaria, que defiende la libertad, que combate el nacionalismo, la arbitrariedad y las imposiciones. Una región que es, en definitiva, «un proyecto de vida que es el que queremos para España». Así definió este lunes Isabel Díaz Ayuso a Madrid en la sede de LA RAZÓN. Ante una nutrida representación de la política, la empresa, los medios de comunicación y la cultura del país, reivindicó todo aquello que representa Madrid. «La locomotora económica y anímica de España». Un modelo que contrapuso al que lidera para España el Gobierno de Pedro Sánchez. En su intervención inicial, la presidenta madrileña criticó sin medias tintas a la coalición de PSOE y Podemos por el intento de ambas formaciones de «enviar a nuestra Nación de siglos al desguace, para venderla por piezas en beneficio propio».

Junto a esa enmienda a la totalidad al Gobierno de Sánchez esbozada por Ayuso, la presidenta madrileña dejó claro que existe alternativa: «España necesita otro modelo, basado en el liberalismo español, reformista, casa común de todos los que, más allá de ideologías, aman a España, creen en que cada persona es única y ha de ser libre, heredera de la gran obra de la Transición, de la prosperidad, el consenso y la concordia. De lealtad a las instituciones». Un modelo liderado por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el que, recalcó Ayuso, a la buena gestión se debe sumar el fortalecimiento de las instituciones sometidas ahora a la erosión del Ejecutivo de Sánchez: «Es la hora de que el Partido Popular no solo salve las catástrofes económicas de la izquierda, sino que deje su impronta en los asuntos de fondo de la vida nacional. Es preciso que el PP reforme y afiance nuestras instituciones con convicción en sus ideas». La urgencia de que Feijóo llegué a La Moncloa se deriva, añadió, de la necesidad de emprender reformas que eviten a los españoles los males provocados por la acción legislativa del Gobierno, como, por ejemplo, con motivo de «las leyes de Memoria histórica o democrática, que hay que derogar, porque destruyen la Historia y minan la convivencia democrática. O como las últimas leyes educativas, que abocan a una generación al fracaso». También puso sobre la mesa otros retos que el Gobierno de Madrid ya está afrontando «como el del invierno demográfico: si no nacen niños, la sociedad, la solidaridad intergeneracional, y la misma alegría de vivir desaparecerán; sin niños y familias, estaremos condenados a la soledad y la pobreza». La mejor fórmula para afrontar todas estas cuestiones, aseguró Ayuso, haría bien el país en «desalojar, en las próximas elecciones, del Gobierno a los que viven para sostenerse en el poder inventando agravios y problemas que no existen; y dejar paso a quienes, como Feijóo, van a ocuparse de unir a todos para solucionar los problemas que sí existen, antes de que acaben con nosotros». Fundamentalmente porque ni la Comunidad de Madrid ni el conjunto del país «pueden ser el laboratorio ideológico de ningún totalitario. Pronto miraremos atrás con alivio y con incredulidad al pensar que pudimos llegar a eso». Será en ese momento, según el relato de Ayuso, cuando toda España pueda tener un Gobierno similar al que ella preside: «La Comunidad de Madrid ha estado y está en el punto de mira porque es motor y espejo del Gobierno que España se está perdiendo. Con nosotros podrán contar siempre: afianzando el Estado de derecho, la unidad nacional, abiertos a todos, innovando y reformando sin dejar a nadie atrás».

«Esto no es Venezuela»

Ayuso quiso recordar a Sánchez y a sus socios que no viven «en la Venezuela chavista sino en España». En esta línea, cargó contra las «leyes de ingeniería social» que impulsa el Gobierno, «una nefasta ley de educación y otra de universidades», además de tres normas que atentan contra «el núcleo de nuestra libertad, convivencia y prosperidad»: la ley de Vivienda, la ley de seguridad y la ley Trans.

«Descapitalizar España, descabezar la Nación, y controlar la Justicia». Son, a juicio de Ayuso, tres de los objetivos de Sánchez en su intento por «ocupar todas las instituciones, y dejar sin contenido los pilares de nuestro diseño constitucional». En este camino por controlar la Justicia, Ayuso puso como ejemplo el chantaje al que somete al PP para renovar el CGPJ: «No puede haber pacto si hay jueces de Podemos en el Consejo: son gasolina. No se puede servirle en bandeja a Podemos acabar de un solo tiro con el PP y el CGPJ y la Administración de Justicia». Respecto a si el Partido Popular debe retomar las negociaciones con el PSOE para renovar el Poder Judicial, Ayuso dejó clara su posición: «No podemos prestarnos a esa componenda, porque Sánchez nunca ha querido pactar nada con el Partido Popular. Es más, Sánchez no soporta que exista oposición. Él no quiere la independencia del poder judicial. Lo que quiere es tener unos jueces al servicio de sus intereses personales y que le permitan cumplir lo que promete a los separatistas». La presidenta madrileña lanzó dos preguntas a este respecto: «Si el Gobierno elige a los miembros de la cúpula judicial, ¿a qué tribunales iremos a buscar amparo cuando lo necesitemos? Si el Gobierno cambia las leyes para salvarse a sí mismo, ¿a qué seguridad jurídica podremos invocar?». En un Estado de Derecho, insistió la presidenta madrileña, la ley es igual para todos, incluidos sus dirigentes: «Eso es lo que nos distingue de las dictaduras, donde las leyes se cambian por deseo del dictador».

Al margen de la cuestión judicial, Ayuso también acusó a Sánchez de mentir en lo que tiene que ver con el horizonte económico del país: «Los Presupuestos del Gobierno son también irreales. Se ha convertido en el Le Pen de la izquierda en Europa y Bruselas no da crédito a lo que está haciendo. Ni con la Justicia, ni con la banca, ni con los impuestos ni con los Fondos, que nadie sabe a qué dedican». Existe, mantuvo Ayuso, un paralelismo entre estos presupuestos de Sánchez y sus maniobras para renovar el poder judicial: «No pueden ser la caja con la que se pagan apoyos políticos. Él se irá, pero dejará un Estado arruinado y a toda una generación hipotecada y desincentivada».

Al abordar la herencia que dejará Sánchez tras su paso por Moncloa, la presidenta de los populares madrileños se detuvo en la situación de los jóvenes: «Ellos los quieren estigmatizados. Nosotros, responsables de su propio futuro. Nosotros les acompañamos y apoyamos. Ellos les dirigen dejándoles sin juventud y sin esperanza». Aseguró que la izquierda transmite a los niños y los jóvenes el mensaje «de que el esfuerzo, la superación, el sacrificio, el mérito y el trabajo no merecen la pena, que con el aprobado regalado van a llegar igual de lejos en la vida». Frente a esa filosofía que castiga al que destaca y el talento, Ayuso puso en valor la radiografía que dibujaron las elecciones del 4 de mayo de 2021 en Madrid, con unos jóvenes «capaces, libres, únicos y lejos de esos mensajes, deben ser capaces de ver que tienen la vida entera por delante».