Crónica

La semana Marie Kondo de Villacís: Ayuso le niega el espacio y en Ciudadanos le ordenan la cocina

Lo que la vicealcaldesa llama «quedarme en el partido porque nunca me fui», no es más que limpiarse las suelas de los zapatos antes de entrar: «No se recuerda una gestión peor desde el máster de Cifuentes»

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, asiste a la procesión de San Blas, patrón del barrio de Canillas
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, asiste a la procesión de San Blas, patrón del barrio de CanillasAlberto R. RoldánLa Razón

La semana en la que Marie Kondo renuncia a tener su casa ordenada, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, culmina su «estrategia horribilis» con una rueda de prensa delante de un inquietante papel pintado. Si la gurú del orden doméstico nos encogía el corazón admitiendo que tiene la casa desordenada, Villacís nos ha mantenido en vilo con sus trepidantes capítulos a cuenta de cómo desordenar el crédito político en tiempo récord.

La influencer mundial que nos dio las pautas para tener un hogar en calma reconocía que se dio «por vencida» con la llegada de sus hijos, una confesión que le sirvió para empatizar con sus miles de seguidores porque, ¿quién no ha abandonado su propósito tras tropezar varias veces con una montaña de cacharritos desperdigados por el suelo? Villacís, sin embargo, se empeñó en hacer más grande el caos. «No se recuerda en Madrid una gestión peor desde el máster de Cifuentes», reconocen los más antiguos de Sol.

Comenzó la líder naranja postulándose para integrarse en el Partido Popular en una entrevista y en un vídeo en sus redes sociales. Reclamó a su partido libertad para crear corrientes internas dentro de las listas populares y lo hizo tras mantener un encuentro secreto con el coordinador del PP, Elías Bendodo. Calibró mal la vicealcaldesa en su intento por saltarse a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que no tardó en propinarle el zasca del año. «Lo mejor de Ciudadanos lo tengo yo», le espetó.

Ayuso, como Marie Kondo, tiene capacidad, decisión y autonomía para ordenar o desordenar su casa como le venga en gana y Villacís ni siquiera parece ser el trasto que guardar en la buhardilla, a tenor del definitivo portazo que le ha dado la popular. «No tienes sitio en esta casa», le vino a decir el vicepresidente de la Comunidad, Enrique Ossorio, como cuando te quitas de encima la vajilla de la suegra. Sin más opción que replegar tras las calabazas, la vicealcaldesa volvió a la casilla de salida y optó por explicarse sin siglas ante los medios: ni PP, ni Ciudadanos. Como protagonista de catálogo de decoración vintage, Villacís se posicionó delante de un desconcertante papel de flores para lamentar que ha vivido lo peor de la política: el barro. Quiso explotar el victimismo en el minuto de descuento, pero en su partido ya le habían ordenado el cuarto. Miembros de la formación naranja criticaron en público y en privado las maniobras de la vicealcaldesa para abandonar las siglas con la refundación aún caliente. Entienden que lo que ella llama «quedarme en Ciudadanos porque nunca me fui», no es más que limpiarse las suelas de los zapatos antes de entrar.

Mientras alimentaba el caos, en la cocina de los naranjas se calentaban las primarias para elegir al candidato o candidata al Ayuntamiento de Madrid, que tendrán lugar la próxima semana. No hay de momento alternativa a la vicealcaldesa, pero su jugada ha asestado un duro golpe a un partido en fase terminal. El diputado Miguel Gutiérrez ha dimitido de sus cargos orgánicos en Madrid, en desacuerdo con los movimientos de Villacís, coordinadora regional del partido. De vuelta a la casa que no tuvo ocasión de abandonar, la vicealcaldesa ha cargado con el exprimidor de naranjas en la mudanza. Su «jefe» Almeida en Cibeles ya le ha contestado que en su partido no están en campañas para embarrar, evitando entrar en más detalles porque la «máquina trituradora la ha puesto a funcionar ella misma», reconocen en Ciudadanos.

Los vaivenes de Villacís han dejado vía libre al alcalde para vender sus proyectos. En el último Pleno, el Rap God de la política dejó a todos con la boca abierta repasando los avances de su legislatura a la velocidad del rayo. No midió bien Rita Maestre el momentazo que Almeida iba a regalar a los madrileños con su hip hop del opositor cuando le solicitó que narrara en tres minutos lo que ha hecho en la legislatura. A gran velocidad, se hizo un Eminem, como le reconocen en redes sociales, y le sobró tiempo para felicitarla por su próxima maternidad. Si el artista conocido por ser el primer blanco que rapea como un negro es capaz de hacer una cadencia con tiempos de vértigo, Almeida la armó con un discurso metralleta convertido en viral. De seguir así, en breve le vemos cantando las cuarenta en un nanosegundo a Reyes Maroto. La candidata socialista al Ayuntamiento se apresuró a felicitar en sus redes a un programa en tono de humor crítico con un spot promocional de la Comunidad. «Sencillamente genial» dijo la también titular de Turismo del Gobierno. Pudiera parecer que se alegraba de la ridiculización del espacio a la región gobernada por el PP, como si Madrid fuera ajena a sus competencias. La ciudad ha disparado su inversión hotelera: 803 millones de euros frente a la debacle de Barcelona con 225 millones. El volumen de inversión en la capital ha crecido un 72 por ciento mientras en la ciudad gestionada por Ada Colau cayó un 70 por ciento. A la candidata madrileña no le parece genial el dato. Al menos, no lo ha expresado en sus redes sociales. Igual Almeida le tiene que dedicar su próximo rap opositor. «Hey, brother, no seas mamón que yo bajo la contaminación». Agotadas las entradas.