Declaración de la Renta

Entrevista
Alfredo Alvar (1960, Granada) no es «nacido en Madrid» pero «es madrileño». Tanto, que ha dedicado gran parte de sus estudios como profesor investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a, por ejemplo, a contar los bautizados en Madrid en el siglo XVI. Por ello, ser reconocido como Cronista de la Villa le ha supuesto un «honor enorme» y un reconocimiento que lo «abruma», cuenta Alvar en su despacho del CSIC. El historiador hizo su tesina sobre el traslado de la corte de Toledo a Madrid en 1561, fecha que considera uno de los momentos más determinantes en la historia de la ciudad, junto al levantamiento del 2 de mayo o la Guerra Civil. Alvar cree que, aunque no le gusta la frase «Madrid está de moda», la ciudad lo está de una manera que no es artificial, sino porque «precisamente, por saber mantener su pasado, está dotada de unos centros y polos de atracción que son soberbios para la visita».
¿Qué significa para usted este reconocimiento?
Que el pleno del Ayuntamiento de Madrid me eligiera el otro día, por unanimidad, Cronista de la villa de Madrid, es un honor enorme y es un reconocimiento a una carrera –en mi caso, a una trayectoria científica como historiador– que abruma y que es muy agradable. El primer trabajo que hice sobre Madrid fue la tesis de licenciatura sobre el traslado de la Corte de Toledo a Madrid en 1561. Luego hice la tesis doctoral sobre las repercusiones en Madrid de aquel traslado de la Corte y he seguido hasta hoy en día, hasta ayer, escribiendo sobre Historia de Madrid de los siglos de 16, 17, 18 (que publico en LA RAZÓN todos los domingos). Por lo tanto, que el Ayuntamiento en pleno diga «está muy bien», pues está muy bien, es muy agradable.
¿Qué le gustaría ahora contar como cronista de la Villa?
En primer lugar, la distinción de Cronista de la villa de Madrid es para prestar ayuda al Ayuntamiento de Madrid, sobre todo al alcalde, en aquello que necesite sobre todo Historia de Madrid o cualquier otra cosa que quiera. Es decir, estamos a disposición del Ayuntamiento. Eso, lo primero. Por lo tanto, yo no tengo que decidir qué es lo que voy a hacer, sino que sencillamente voy a ayudar, a cooperar en que las decisiones que se tomen en el Ayuntamiento sean, pues, lo más lógicas y razonables que se puedan. Pero luego yo voy a continuar trabajando en la Historia de Madrid como científico, acudiendo a los archivos y publicando sobre Madrid sin ningún problema. ¿De qué me gustaría hablar de Madrid? Hombre, pues, aquel día en que no haya atascos, que se abra el paseo del Prado, para los que vivimos en el centro, o que la ciudad esté limpia con una patena, sería maravilloso, pero todo esto no es cosa del Ayuntamiento. Es un esfuerzo que tienen que hacer todos los madrileños y los visitantes también.
¿Cuáles son los momentos más determinantes de la historia de Madrid?
toria larguísima, pero para el Madrid más reciente, creo que hay tres momentos cruciales. El primero de todos, sin lugar a dudas: 1561, el traslado de la corte desde Toledo a Madrid. Obviamente esto marca esta villa, que no es ciudad. En segundo lugar, el levantamiento del 2 de mayo. Y luego, en tercer lugar, la Guerra Civil, que ha dejado marcas por todas partes en la capital, pero bueno, los madrileños, unos más que otros, hemos conseguido cerrar heridas y construir una ciudad tan apacible, bonancible y fastuosa como es Madrid ahora mismo, que es la ciudad de Europa. Y si no, que nos lo discutan.
¿Cómo ve Madrid actualmente y qué aspectos son claves para su futuro?
Madrid tiene un imán potentísimo. Y no es que Madrid esté de moda, que, de acuerdo, está de moda...Pero ¿por qué está de moda Madrid? ¿Porque es una construcción artificial? No, no, porque Madrid está dotada por un pasado que se ha sabido cuidar y mantener, de unos centros, de unos polos de atracción, que son soberbios para la visita. Yo pienso en el visitante cultural. Desde Atocha, Neptuno a Cibeles, menudo paseo que se construyó ahí Carlos III. Se repite permanentemente, pero es que es verdad: el Museo del Prado, la colección Thyssen, al otro lado el Museo Naval, que es delicioso, pero un poquito más allá, y escondido, el Museo de Artes Decorativas. Además de esto, una riqueza gastronómica que no se la salta un torero, unos hoteles de primera. Y luego que la gente de Madrid es buena, gente amable y apacible con el visitante. ¿Que tiene que mejorar? Sí, yo insisto, es una cuestión obsesiva. La limpieza de la ciudad es un problema permanente, porque cuando uno va por ahí, lo que le gusta es encontrarse en la ciudad limpia. Tenemos también, por otra parte, intrínsecamente nuestro de los madrileños, que yo no soy nacido en Madrid, pero yo soy madrileño, que desde 1561 en adelante, Madrid se ha configurado como una gran ciudad de atracción de inmigración: inmigración menesterosa, el Madrid de la Villa y cortesana, el Madrid de la Corte. Madrid ha funcionado siempre en esta bipolarización entre Corte y Villa, Villa y Corte, pero todos metidos en el mismo espacio. Y así ha vivido Madrid, y seguimos viviendo.
¿Cómo puede afectar al futuro que los jóvenes no puedan vivir en Madrid?
Madrid tiene unos problemas que no son propios de Madrid, o inherentes sólo y exclusivamente, sino que proceden de la sociedad en la que vivimos. Creo que la sociedad española ha reflexionado poco sobre los problemas inherentes a juventud y trabajo, a juventud y pareja, juventud y descendencia. Todo esto son unos problemas graves. Pero es que todo esto incide, además, en otro gran problema, que es el de la vivienda, y otro gravísimo problema que es el de que si alguien tiene una casa no la alquila. Pero esto no es culpa de Madrid, esto es culpa de otras instancias. Tenemos las experiencias de otras ciudades en las que se han dedicado los centros a ser inmensos hoteles para viajeros y que han muerto. Y esto lo vemos todos los veranos.
Deja perplejo cómo se ha venido abajo todo. ¿Por qué? Pues porque... el cambio social ahí es muy importante y aquí parece que no se ha querido leer, altas instancias no han querido leer lo que estaba ocurriendo en otras localidades de Europa y de otras partes del mundo. A esto hay que ponerle coto y tratarlo con atención, porque es una situación verdaderamente muy grave lo de la juventud… Que ya la juventud no son los 18, 20 años, ¿eh? Que ya estamos hablando de gente de 40 años y es una cosa alucinante.
►Para Alvar, como historiador especializado en los siglos XVI, XVII y XVIII y cuyo último libro se titula «Austrias: Imperio, poder y sociedad (La esfera de los libros, 2023)», uno de los cambios más importantes en la evolución de la ciudad ha sido el «demográfico». Madrid era en 1561 «una ciudad tranquila. Tan tranquila que el corregidor, el presidente del Ayuntamiento, en enero pidió permiso para irse tres meses de la ciudad para asuntos propios [ríe]. Y de repente se encontró con que venía el rey y toda la corte desde el Toledo, y se tuvo que venir corriendo. Esto era aquel Madrid», dice Alvar. «Y en el siglo XVI era la ciudad de Europa también, junto con Sevilla. Era la sede de la corte de un imperio, de un imperio bihemisférico, que se dice pronto. Y ahora Madrid es precisamente por su condición autonómica, por la comunidad y por la villa, la ciudad más o de las más importantes de Europa». Al final, Alvar lanza un interrogante: «¿Qué le falta a Madrid? Si me preguntan, algunas ruinas de Roma y una playita [ríe]. Por lo demás está muy bien»
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