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Inteligencia artificial

Chema Garabito: «Me quedo en Madrid porque quiero crear tecnología con alma»

El joven desarrollador de IA busca revolucionar el mundo de los museos

Chema Garabito: «Me quedo en Madrid porque quiero crear tecnología con alma humana» Comunidad de Madrid

Con solo 21 años, el vallisoletano Chema Garabito, formado en Madrid desde los últimos cuatro años, es el CEO de SperidLabs, el proyecto de inteligencia artificial que trabaja para revolucionar el acceso a los museos. Sin intención de sustituir las visitas convencionales, con su tecnología, SperidLabs genera gemelos digitales de las galerías de arte, haciéndolas accesibles desde cualquier parte del mundo con gafas de realidad aumentada. Así, cada exposición podrá ser recreada de forma perpetua. Incluso, también permite generar exposiciones que nunca hayan existido en el mundo real.

En la Real Casa de Correos, con la presencia de Ayuso, anunciaban este proyecto la pasada semana, como «un nuevo Renacimiento». Pero el nacimiento de esta tecnología puede ir mucho más allá, con posibles impactos en educación o en el mundo del márketing. Una tecnología que a pesar de ser tentada a vivir la experiencia de Silicon Valley, junto al resto de «startups» punteras de todo el mundo, apostó por crecer en Madrid.

¿Por qué dijo «no» a irse a Estados Unidos?

No sería coherente que siempre exijamos que se apueste de verdad en Europa por la innovación y cuando surge una oportunidad de desarrollar una tecnología nos vayamos allí. Además, en Estados Unidos solo se buscan cifras y resultados rápidos. Quedarnos en Madrid era la oportunidad de crear una tecnología realmente «humana», con alma, con la que no solo se busquen resultados económicos.

¿Estamos muy lejos de vivir como en un capítulo de «Black Mirror»?

No tanto (se ríe). Algunos episodios de esa serie de ciencia ficción, en solo unos años, ya no parecen tan distópicos. Pero yo no tengo una versión alarmista de este avance tecnológico. De hecho, creo que hay intereses por generar alarma social y difundir que estas tecnologías solo son herramientas de control. Realmente, creo que la tecnología nos concede superpoderes. Pero, también soy consciente de que, por ejemplo, las redes sociales se desarrollaron tan rápido que nadie se planteó qué impacto podrían tener a nivel psicológico. Pero creo que ahora todo se desarrolla con más responsabilidad y cuidado en ese sentido.

Además de crear museos que no existen en un espacio real, ¿se podrá llegar a crear obras de arte a través de la IA?

Sí, de hecho ya empezó a ocurrir con los NFT. Incluso, esto podría cambiar la concepción que tenemos del arte. Pero a la vez, creo que nunca nos va a conmover el arte en el que no haya una mente humana detrás. De momento, solo nos interesa trasladar al mundo digital el arte convencional, no transformarlo.

¿Esta tecnología tendrá futuros impactos en la publicidad y el consumo?

Por supuesto. Además, de ofrecer una experiencia inmersiva, lo bueno del mundo digital es que lo puedes programar a tu antojo, de forma que quede registrado todo lo que te interese, desde grabar una sesión en un simulador de vuelo, hasta medir aquellos puntos calientes en los que el usuario más se haya fijado durante la experiencia. De esta forma, resulta muy interesante para las marcas crear modelos digitales de supermercados y estudiar así el comportamiento del consumidor, para saber dónde detiene más tiempo su atención.

¿La comunicación es la tarea pendiente del mundo de la tecnología y la investigación?

Sin lugar a dudas. En esa faceta me ayuda mucho mi hermano. Somos dos perfiles radicalmente distintos, pero que nos necesitamos entre sí. Para que la tecnología pueda avanzar adecuadamente, es fundamental que el resto de la población sea capaz de comprender su importancia, impacto y posibles aplicaciones.