Cinco restaurantes en los que retrasar la rutina

Hoy a numerosos amantes de la buena mesa les estará pesando el regreso a la rutina. Así que, ¿qué le parece alegrarse la rentrée con un bife de chorizo para abrir apetito y continuar con un ojo de bife? Les cuento. Probablemente aún no se hayan sentado a la mesa del novísimo La Dorita, situado en el uno de la calle Pedro Muguruza, asador argentino recién llegado en el que probar una interesante variedad de carne. Ojo, tras probar unas riquísimas empanadas de carne o de queso y cebolla, el buñuelo de acelga con mayonesa de siracha, la clásica provoleta o las provosetas con huevo trufado cualquiera de las milanesas es buena opción, ya sea la Napolitana, la Capresse o la Fugazzetta. No se levante de la mesa sin degustar el flan con dulce de leche y crema o el “Pauli”, una mousse de chocolate cocido con dulce de leche, nata montada y chocolate rallado.

Otra sugerencia. Después de llevarnos con el paladar de viaje a Japón para darnos a probar el emblemático rebozado clásico japonés en Don Panko, la primera Katsu House de España, David de la Torre nos sorprende con otro proyecto. El consultor de hostelería gastronómico y como apasionado de Japón que es, a donde ha viajado en numerosísimas ocasiones, abre Okonomi San, un espacio en el que el okonomiyaki es la delicia estrella. Nos cuenta David que «okonomi» significa «lo que sea» y yaki, «a la plancha» y que lleva a la mesa esas elaboraciones de posguerra, las mismas que comían los japoneses que sobrevivieron a las dos bombas nucleares, que cayeron sobre Hiroshima. Decántense por alguno de los okonomiyakis: el clásico, con panceta fina, repollo, brotes de soja, huevo frito, toppings katsuobushi, mayo, aonori y salsa okonomiyaki; el Seafood, con los mismos ingredientes y se unen el calamar y las gambas; el vegetariano y el cheddar jalapeño, con éste encurtido, o con kimchi. Bocados todos grandes amigos del sake. Tanto es así, que la carta líquida anuncia 45 referencias. Seguimos. Quien se muda es Yokaola, eso sí, a sólo tres minutos del Mercado de Antón Martín. En concreto al número 7 de la plaza de Matute. ¿Nuestro plato favorito por excelencia? Son varios: el tonkotsu kimchi ramen, con caldo de cerdo cocido a fuego lento y kimchi; el bowl «gyudon», con ternera guisada en soja dulce sobre arroz y ontama, además de la variedad de nigiris, sashimis, makisy temakis. Asimismo, el día 5 ya podremos conocer la pizzería que se hizo famosa en Nápoles por su aparicion en «Comer, rezar, amar». Nos referimos a L’Antica Pizzeria da Michele, que abre en el 42 de la calle Jorge Juan

Después de varios meses de obras, Gofio inaugura su nuevo espacio en el 20 de Caballero de Gracia. Con más de 300 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas, conserva el encanto bistró, que hizo famoso a su pequeño local en Lope de Vega.

Canarias en plato y copa

En la planta baja, no sólo se puede admirar la habilidad culinaria de Safe Cruz y participar de su proceso creativo, sino también apreciar la perfecta sincronización del servicio de sala, liderado por Aida González. En ella, destaca la preparación de café de especialidad a la vista, el té y los mejores tragos para una buena sobremesa. La bodega acoge cerca de 3.700 botellas seleccionadas por ambos, la mayoría son vinos canarios de pequeños productores y de proyectos honestos, así como también champanes y otros vinos del mundo con guiños a Canarias. Podemos escoger tres opciones de menú: Gofio Express, Canariedad Máxima y Canariedad Máxima Plus, ya sea corto, medio o largo. Y a los nuevos platos se unen a Los clásicos que han definido los últimos nueve años siguen disponibles, como la trucha de conejo con salmorejo inyectado y hierbas, el mojo hervido de gambas con mojo de cardamomo o el caldo millo cremoso.

GOFIO

Dónde: C/ Caballero de Gracia, 20. Madrid.

Precio de los menús degustación: 95, 125 y 185 euros.

Tel.: 912 03 35 34.

gofiorestaurant.com

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Con mozzarella, cebollino y anchoa

► En su escapada a Salamanca, a escasos metros de la Plaza Mayor encontrarán un nuevo concepto que no es una pizzería más. Junto con la harina Coromina, sus masas se elaboran a diario y fermentan durante cinco días. Pruebe la de mozarella, cebollino, cebolla roja y filetes de anchoa.