Ruta
Una ciudad que alberga medio centenar de belenes
Desde que Carlos III los trajese desde Nápoles y los implantase en España hace más de tres siglos, recorrer los nacimientos madrileños se ha vuelto una tradición
Desde que el conocido como mejor alcalde de Madrid, Carlos III, trajese los belenes desde Nápoles y los implantase en España hace ya más de tres siglos, se han convertido en toda una tradición madrileña. Año tras año, han ido extendiéndose por los diferentes barrios y municipios hasta alcanzar una gran variedad para el disfrute de todos los madrileños y visitantes que escogen la ciudad como destino vacacional en estas fechas. Para todos aquellos que aún no los conozcan, el Consistorio ha editado una guía de dieciséis páginas, que recoge más de medio centenar de nacimientos de todos los estilos y en multitud de espacios, desde los más emblemáticos de la ciudad hasta los de los diferentes distritos.
Sin duda, uno de los más famosos y espectaculares de todos los años es el ofrecido por el Ayuntamiento, disponible hasta el próximo 5 de enero en el Patio de Operaciones del Palacio de Cibeles. Una composición paisajística y escenográfica, obra de la Asociación de Belenistas de Madrid y firmada por el maestro belenista José Luis Mayo, compuesto por 200 figuras de estilo hebreo y por más de veinte edificaciones en el que se recrean escenas de un nacimiento popular tradicional, con una morfología circular que permite su observación desde cualquier punto de vista y que por primera vez este año, incorpora el mar. Entre los más emblemáticos, destacan también los ubicados en la Plaza Mayor, el Palacio Real, la Comunidad de Madrid, los monasterios de las Descalzas Reales, de la Encarnación y de Santa Isabel. El del Príncipe, es uno de los más especiales, por tener su origen en el iniciado por Carlos III para su hijo Carlos IV. Lo conforman más de 200 figuras napolitanas, genovesas y españolas que datan desde el siglo XVIII hasta el XXI.
Una de las grandes novedades de este año, ha venido gracias a la inauguración de La Montaña de los Gatos del Parque de El Retiro. Hasta el próximo 8 de enero, este emplazamiento tan especial acoge un gran belén circular y una exposición de nacimientos de distintos lugares del mundo. La muestra «A Belén, venid», impulsada por el Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, se puede visitar de forma gratuita y el horario se extiende entre las 11:00 y las 13:00 h y, por la tarde, entre las 18:00 y las 20:00 h. El primero, es también obra de Mayo y lo conforman más de noventa piezas talladas y pintadas a mano. En sus casi más de treinta metros cuadrados de dimensión se han representado escenas principales como la vivienda posada, La Natividad, La Anunciación de los pastores y los Reyes Magos. Además, de la reproducción del pueblo de Belén, el mercado y el castillo de Herodes. Mientras que en la extensa exposición, compuesta por nacimientos de los cinco continentes, es solo una muestra de los cuatro mil nacimientos con los que cuenta el coleccionista Antonio Basanta. Sin duda, todo un homenaje al carácter universal del belenismo.
Algunos museos de la capital, son otros de los lugares que han decidido ofrecer sus propios nacimientos. Entre ellos, destacan el del Museo de Historia de Madrid y el del Museo de San Isidro. El primero se trata de un belén napolitano integrado por más de cincuenta figuras humanas y animales, junto a accesorios, en el que se funden la evocación de la Natividad de Jesús con la descripción naturalista de los usos y costumbres del pueblo napolitano en el siglo XVIII. La policromía de las vestimentas y los múltiples accesorios sirven para expresar la variada condición social de los personajes: campesinos, burgueses, pastores, vendedores ambulantes, músicos y la representación del lujo de la corte oriental del séquito de los Reyes Magos. Por su parte, el del Museo de San Isidro, es un belén castizo que cuenta con figuras que destacan la tradición belenista en el siglo XIX. Personajes populares como la castañera o el barquillero forman parte de este pequeño universo. El belén incorpora además la figura de San Isidro, así como algunos edificios madrileños como la iglesia de San Andrés y el Museo de San Isidro. Otra escenografía muestra la Cueva de Belén y se incluye la figura de San Francisco.
El Museo de América, en colaboración con la Asociación de Amigos del Museo, presenta hasta el 4 de febrero de 2024, la representación de un Belén quiteño del siglo XVIII, formado por un conjunto de piezas de la colección del Museo. La representación del Belén en América, se convirtió en el siglo XVIII en una de sus expresiones artísticas más representativas. En su realización, tomaron parte escultores, encarnadores, doradores y pintores. Se caracterizaba por las grandes escenografías en las que se mostraban retablos, iglesias, casas y grandes palacios.
Mientras que el Museo Nacional de Artes Decorativas acogerá hasta el 14 de enero su tradicional belén. Una exposición que ofrece un recorrido por algunas de las piezas más significativas de su colección de nacimientos. Una muestra que reúne los belenes y nacimientos más destacados de las colecciones del museo y de la asociación, además de piezas de particulares, muchas de ellas expuestas por primera vez. Se podrán encontrar algunos procedentes de América, como es el caso de un nacimiento mexicano del siglo XIX donde los rasgos indígenas de las figuras reflejan los aires reivindicativos que se estaban desarrollando en las colonias americanas, o un nacimiento quiteño de finales del siglo XVII que sigue el modelo clásico, importado desde España, de la Sagrada Familia con la mula y el buey.
Muchos otros están repartidos entre centros culturales, iglesias, auditorios, sedes de juntas municipales, así como diferentes juntas de distrito. A destacar, el de la Basílica Pontifica de San Miguel o el de la Catedral de Santa María La Real de la Almudena, ambos obra de José Luis Mayo. Como novedad, este último nacimiento de estilo bíblico ha incorporado este año un elemento novedoso frente a otros nacimientos expuestos: está informatizado y cuenta con un guion de unos ocho minutos de duración que recuerda la historia del Nacimiento de Jesús de Nazaret. El conjunto ha contado con la realización del reverendo Félix Castedo y su equipo belenista y gracias a su informatización, la iluminación va cambiando a medida que se avanza en la narración de la historia de Jesús.
Las juntas de distrito de Moratalaz, Villaverde, Ciudad Lineal, Chamberí, Tetuán o Carabanchel también cuentan con sus propuestas. Después hay otras más «originales» o especiales. Como el «gigante» de San Lorenzo de El Escorial, declarado Fiesta de Interés Turístico Regional o el Monumental de Buitrago de Lozoya. Este belén viviente nació como propuesta de un grupo de vecinos que cada año consigue que decenas de miles de personas visiten la localidad filipina de la Sierra de Madrid. Ocupa seis mil metros cuadrados a lo largo de calles y plazas del centro histórico con 500 figuras a tamaño real y la recreación de varios ambientes. Una auténtica inmersión navideña. O el de más altura, a 2.428 metros, en cumbre de Peñalara. La historia de cómo se colocó un portal allí arriba en 1969, un decorado forjado de 20 kilos de peso y que resultó ser una ardua tarea por las condiciones de frío y viento en las que se logró instalar. Años después el belén de Peñalara desapareció, pero sigue en las montañas de Guadarrama. Ahora se puede contemplar en el Poyo Judío, una formación rocosa cerca del Real Sitio de San Ildefonso. Se dice, que los más aventureros, aún mantienen la tradición de subir al pico el día de Navidad y comerse el turrón junto al buey, la mula, San José, La Virgen y el Niño.
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