Investigación

Este es el combustible de origen agrícola con el que trabaja la Universidad Politécnica de Madrid

Los autores del estudio concluyen que los resultados obtenidos "abren nuevas posibilidades" para los biocombustibles de segunda generación

Biblioteca de la Universidad Politécnica de Madrid
Biblioteca de la Universidad Politécnica de MadridUPM

La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado una novedosa estrategia que utiliza "tecnologías sostenibles" para optimizar la producción de bioetanol, un combustible que proviene de materias primas de origen agrícola.

Los autores defienden la importancia del proyecto recalcando que los biocombustibles representan una opción "muy interesante" para contribuir al "actual reto de la descarbonización", ya que tienen bajas o nulas emisiones de dióxido de carbono durante su producción y utilización final, según recoge la UPM en una nota.

Y abundan que, aunque los biocombustibles están presentes en el mercado desde hace unos años, tanto su fabricación como su uso "son mucho menores que la de los carburantes convencionales".

Para intentar acelerar este proceso, los investigadores de la UPM, junto a otros del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), se han centrado en cómo producir biocombustibles "respetuosos con el medio ambiente" mediante la integración de técnicas de extracción innovadoras con disolventes verdes.

Este estudio se basa en investigaciones previas publicadas en la revista Journal of Environmental Management, que demostraron el potencial de los disolventes verdes para extraer ciertos compuestos fenólicos, catalogados como inhibidores, de la biomasa lignocelulósica.

Así, proponen esa "solución innovadora" que se basa en el uso de disolventes verdes junto con tecnologías de extracción asistida por microondas, lo que permite eliminar selectivamente los inhibidores fenólicos, que pueden ser posteriormente revalorizados como antioxidantes naturales.

El análisis reveló que el biodisolvente lactato de etilo es el disolvente más eficaz para esta tarea, especialmente cuando se combina con irradiación por microondas a 100° durante seis minutos.

Los autores del trabajo afirman que este tratamiento ayuda a extraer los compuestos deseados, al tiempo que mejora la disponibilidad de azúcares en la biomasa, facilitando su fermentación posterior.

En concreto, en sus pruebas la producción de bioetanol aumentó un 23,6 % en comparación con la muestra control, lo que mejora la eficiencia del proceso y hace que sea "más rentable y sostenible".

El estudio también destaca la importancia de aprovechar los compuestos fenólicos extraídos como antioxidantes naturales, los cuales tienen aplicaciones en diversas industrias, como la alimentaria, farmacéutica y cosmética.

Los autores concluyen que los resultados obtenidos "abren nuevas posibilidades" para los biocombustibles de segunda generación, a la vez que ponen en valor subproductos valiosos, como los antioxidantes, que contribuyen al objetivo general de "hacer económicamente viable la producción de bioetanol".