
Gastronomía
Estos son nuestros «brunch» preferidos
Es una divertida forma de comer, por su variedad de platos. Para probar el libanés de Makan nos vamos al local de Malasaña

A quienes nos gusta comernos cada propuesta gastronómica que nos pone en bandeja esta ciudad, jamás hacemos un feo a un «brunch». Nos divierte eso de hacer hambre para convertir un desayuno tardío en un almuerzo diferente. No, no queremos decir que es una tendencia más, porque en absoluto. Simplemente, es un modo de comer inglés al que nos gusta apuntarnos los fines de semana. Por eso, ya hemos probado las sugerencias de Las Brasas de Castellana, espacio situado en el Rosewood Villa Magna, estructuradas en tres estaciones: la italiana, la asiática y una opción saludable, todas diseñadas por el cocinero Francisco Sanabria. Así, con música en vivo de fondo, el domingo es el día de los huevos benedictinos ibéricos, de los quesos -háganos caso y pruebe el de cabra Majorero con pimentón-, de los mariscos, como las ostras y los langostinos cocidos, con vinagre de Jerez, chalotas y salsa tártara, además de destacar las carnes asadas y los postres de Emanuel Alvés en Flor y Nata. Eche un vistazo al carrito de helados (120 euros sin bebidas alcohólicas y 145 con la selección de vinos del sumiller).
En Lafayette (brasserielafayette.es), uno de nuestros restaurantes preferidos para sentirnos en Francia, nos gusta hacernos con una mesa en la terraza, sí, está acondicionada tanto en invierno como en verano. Aquí, comenzar con un blody mary con una ostra es lo suyo para continuar con el croissant relleno de «rillete» de ave con aceituna negra, con la tosta de pudding de merluza con mantequilla de algas y con el queso tierno de vaca, delicias todas de las regiones montañosas galas. Para continuar, escogemos una versión del famoso «gargouillou», de Michel Bras, aunque otras opciones, entre otras, son el brioche hojaldrado con huevo benedictine y la crêpe de champiñones y espinacas con «crème fraîche». Para terminar, no quisimos ni compartir la tarta de limón, una delicia cítrica como pocas (39,95).
«Ferrari brunch» es la propuesta de Propaganda, dónde segundos después de haberte acomodado en la mesa comienza el viaje con el paladar a Italia. En la copa, Ferrari Trento DOC, el espumoso que los grandes pilotos de Fórmula 1 escogen para «bañarse» tras un triunfo. Y, en el plato, embutidos, como la mortadela trufada, la «finocchiona toscana», «speck», «coppa di Parma», burrata y la mozzarella de búfala ahumada. Asimismo, nos gustaron la quiche, los huevos, el «plumcake» y las rosquillas al vino. Un recién llegado desde Barcelona es Brunch&Cake, un concepto situado en el número 58 de Don Ramón de la Cruz, cuya diferencia es que podemos convertir su propuesta en una merienda-cena. ¿Qué pedir? Bajo la filosofía «Grandmothers we trust», es decir, «en las abuelas confiamos», destacan la boloñesa vegana, la milanesa, los huevos carbonara y una variedad de croissants.
Líbano en Malasaña
El local de Malasaña de Makan Saj es el único de los tres, cuya carta anuncia un interesantísimo «brunch» libanés (17 euros). Probablemente, conozcan el primer local, inaugurado por Álex Mteiny en el 118 de Velázquez, y el segundo, que abrió junto a su socio Manu Manzano en Caleido. Y, desde hace unos meses se respira un inusual buen rollo en el número 30 de la calle Espíritu Santo y en la Plaza del Rastrillo, que es donde se sitúa la agradable terraza. Riquísimos son los dos huevos cocinados en el «fekhar», un precioso plato de barro, realizados por una artesana en un pueblo junto al mar en el Líbano, en los que se hacen los huevos del «shakshuka» sobre una base de tomates y pimientos y a los que es posible añadir unas verduras y unas salchichas. Incluye un saj y el wrap de zaatar, una mezcla de tomillo, tomates, pepinos y menta, a la que es posible añadir queso fundido, y una bebida. Probamos el «toot», una bebida fresca de mora.
MAKAN SAJ
Dónde: C/ Espíritu Santo, 30. Madrid.
Precio medio del «brunch»:
Desde 17 euros.
makansaj.com
@makan.saj
No reservan mesa

Para no perderse
Surtido de «pkhali con mchadi»
► El de Persimmon’s (35 euros) se inspira en la supra, una ceremonia que supone la máxima expresión de la hospitalidad georgiana. Incluye los blinis de carne y setas, los «badri-jani nigvzit», las croquetas de «kharcho» y «khachapuri». De beber vinos georgianos y el «Spritz Persimmon’s».
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