Estreno

«Te estoy amando locamente», un cine con Orgullo

Conocemos el estreno del director malagueño Alejandro Marín, quien cuenta a LA RAZÓN su evolución hasta convertirse en la imagen del Pregón en las fiestas del Orgullo 2023

El cineasta malagueño Alejandro Marín, director de "Te estoy amando locamente"
El cineasta malagueño Alejandro Marín, director de "Te estoy amando locamente"David JarFotógrafos

Algunos lo consideran el Ken Loach español. Una cosa está clara: Alejandro Marín apuesta por un cine activista y contestatario. El director malagueño así lo demostró en «Maricón perdido» –serie de Bob Pop– o el especial de Samantha Hudson. Un gran paso adelante en su carrera ha significado su última película «Te estoy amando locamente», que además de contar la historia del movimiento LGTBI en la Andalucía de los setenta, lo empujó a que representara, junto a los actores del filme, el pregón del Orgullo madrileño más coral de los últimos tiempos.

Malagueño de cuna, de formación catalana y con trayectoria en Madrid. Intentó estudiar Arquitectura y no funcionó porque su destino estaba en la ESCAC de Barcelona, pues Alejandro forma parte de esa generación que le entusiasmaba ir al videoclub a comprar películas en DVD: «Desde pequeño supe mi vocación, quería hacer cine pero no sabía que podía estudiarse. Cuando encontré la escuela no lo dudé. Hice las pruebas y me cogieron». Tras la carrera se inscribió en el máster de Ópera Prima para desarrollar largometrajes; y, por otro lado, coincidió con su primer Orgullo de Madrid en 2017. «Esto me interesa y quiero tratarlo», pensó al conocer la historia del movimiento. «Decidí contar al público la temática LGTBI en los setenta porque me informé de que había hasta terapias electroconvulsivas e incluso leyes de peligrosidad social que encarcelaban a los homosexuales y transexuales de entonces. Así empezó mi proceso de documentación de cinco años para la película que se estrena este año». El resultado es la historia de una madre y un hijo que se ven involucrados en la primera manifestación del año 1978 en Sevilla. «Pasar de cortometrajes al largometraje fue un regalo muy beneficioso en el que adquirí muchas tablas», reconoce el director.

Un movimiento transversal

«En mi experiencia personal fue clave ir a Barcelona, salir de Málaga, reencontrarme conmigo mismo. Igual que estar en Madrid, donde aprendí en una ciudad de la que no soy pero que me encanta y acoge», apunta. Pero no solamente ha llegado adonde está partiendo de «quiero dedicarme al cine» sino conectando con lo que cuenta: «Queremos transmitir algo, tratar un tema determinado, hay que comprometerse. Los procesos son tan largos que si no estás dentro se nota. En este caso, es un homenaje a quienes lucharon hace 45 años por los derechos. Descubrí que se trataba de una política –porque todo es política– transversal, donde convivían los movimientos feministas, obreros, sindicales etc.».

Cabe preguntarse si esa unidad y fraternidad de la que habla Marín corresponde con el presente o, en cambio, se está perdiendo. «Nos atrajo la idea de ver cómo convocaron manifestaciones en distintas ciudades, desde Barcelona hasta Madrid o Sevilla un 25 de junio. Antes pudieron ponerse de acuerdo. Quizá se está perdiendo lo bonito y constructivo que puede ser escuchar los matices de alguien que piensa diferente a ti pero que realmente habléis de lo mismo. A la mínima que hay algo en lo que se difiere no podemos encontrarnos, es una pena. Un ejemplo es lo que lleva ocurriendo en la izquierda».

Una película desde el enfoque LGTBI pero que, al fin y al cabo, no deja de mostrar una visión de los derechos humanos. «Esto no va solamente del colectivo, es una libertad que nos concierne a todos. En la película también criticamos que en la izquierda hubo movimientos homófobos y tránsfobos, fue una realidad», opina Alejandro Marín.

Un Orgullo muy coral

Como un momento muy «alentador e inolvidable» describe Marín ver a tanta gente en las plazas durante la semana del Orgullo. Alejandro expone que, a consecuencia de las ganas de homenajear estas fechas, se les propuso pregonar esta reivindicación: «Fue muy especial, estuvimos junto a Manolita Chen, una referente y luchadora incansable que consiguió el primer DNI siendo trans». Alejandro junto a la guionista y productora de la película, Carmen Garrido, se marcaron como objetivo recordar de dónde venimos para no perder la libertad que tanto costó a muchos conseguir.

Todavía joven y con una larga carrera por delante, pero con las ideas claras: «Me gustaría aportar algo desde la profesión, respeto todos los procesos creativos. Sin embargo, yo necesito algo a lo que agarrarme, sobre todo desde la responsabilidad que tenemos quienes trabajamos en el mundo de la cultura».

Marín también nos revela que ‘Boyhood’, de Richard Linklater, es el ejemplo a lo que aspira. ‘Los diarios de Rafael Chirbes’ no le han dejado indiferente y la música italiana antigua del cantautor Fabrizio de André está entre sus favoritas.