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K-Pop 2.0: el último fenómeno social viene de Corea y ha invadido Madrid

Desde conocer gente, hasta marcar su vocación o su país de residencia, este movimiento va más allá de sus canciones. Estos días, el Metropolitano ha acogido el festival de música coreana más importante del mundo

El festival KPOP LUX, que acaba de celebrarse en el Civitas Metropolitano, coloca en el foco principal uno de los fenómenos culturales que más está creciendo en Madrid. Hablamos con fans de este movimiento para conocer los secretos del fervor por la música coreana en nuestro país. Muchas fuentes apuntan a BTS (el mayor exponente de K-Pop a nivel internacional) como uno de los principales de tonantes. La mayoría de los fans accedieron por primera vez a esta cultura urbana a través de esta agrupación.

Algo en lo que también casi todo seguidor coincide es que este fenómeno de masas va más allá de la música. «Esta industria se esfuerza mucho por crear contenido en torno a los grupos y sus ‘‘idols’’ (como se conoce allí a sus estrellas). Todas las bandas cuidan la coherencia de su ‘‘storyline’’ y siguen apostándolo todo por los videoclips y sus perfiles en redes sociales», asegura Ana desde Seúl. Otro de los rasgos de mayor potencial es el grado de identificación que alcanzan sus letras: «Yo llevaba años sin sentirme reflejada con las canciones que escuchaba. Descubrí que, en esta industria, no solo se habla de rupturas o de ligar. Las letras hablaban de aspectos que me preocupaban a mí, como el crecimiento personal o la salud mental».

Esta española de 27 años lleva viviendo varios meses en Corea, después de enamorarse hace años del país asiático durante su «año Erasmus». Pero asegura que su admiración por el grupo BTS no ha sido la motivación para tomar esta decisión. «Si te cambias de continente sólo por ser fan, no duras ni dos días. Obviamente, te tiene que gustar su cultura y su modelo de sociedad».

K Fest, K Pop event. © Jesús G. Feria.
K Fest, K Pop event. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Nabi, influencer de referencia en la comunidad hispanohablante de K-Pop, coincide en que la gente suele estigmatizar al «kpoper»: «Nos asocian con una personalidad infantil, como si no tuviésemos cabeza y solo nos moviésemos por un fanatismo ciego». Así, denuncian que no reciben la misma consideración que el resto de comunidades musicales.

Otro de los mitos que soporta este movimiento es que se suele considerar como un fenómeno exclusivamente adolescente. Sin embargo, cada vez son más los que descubren el K-Pop por redes sociales a cualquier edad. Ángeles, de 31 años, llegó a Madrid desde Cataluña en plena pandemia: «No conocía a nadie en Madrid salvo a mis compañeros de trabajo, y en esa época en la que pasaba mucho tiempo conmigo misma empecé a escuchar a BTS. Sencillamente, ver sus vídeos era de lo poco que conseguía ponerme feliz», reconoce. «Cuando fuimos superando la pandemia descubrí que había quedadas de fans y empecé a ir. Allí conocí a mi grupo de amigos que mantengo en la actualidad». Tanto le marcó esta experiencia, que, ahora, Ángeles intenta devolver lo que ha recibido del K-Pop a través de su propio proyecto personal. Junto con otra amiga crearon hace meses «K-Pop Eventos Madrid». «Desde esta plataforma ayudamos a que nuevos fans conozcan grupos distintos y hagan nuevas amistades dentro de la comunidad». Así, confirma que en esta cultura compartir es algo nativo y que esta comunidad ha nacido para reunirse e intercambiar experiencias, artículos y contenidos. En definitiva, este espacio comparte el espíritu de una red social.

Nabi corrobora todo lo que cuenta Ángeles. Sus cuentas en redes sociales experimentaron un verdadero punto de inflexión durante el confinamiento. «Antes de la pandemia éramos raritos, frikis. En cuanto volvimos a salir a la calle, empecé a ver poco a poco gente con logos de grupos estampados en sus mochilas e incluso a escuchar alguna canción en la radio. A las quedadas que íbamos unos pocos, empezó a sumarse muchísima gente nueva». También confirma que las amistades que se dan dentro del K-Pop son especialmente sanas. «Creo que casi todos los que nos conocemos en estos eventos arrastramos los mismos fantasmas del pasado, ser juzgados desde el colegio o la sensación de que no habíamos encontrado aún nuestro sitio. Por eso, las primeras personas que conoces en este mundillo sientes que son tus almas gemelas, hemos pasado por lo mismo. Es maravilloso encontrar un espacio como el K-Pop en el que puedes ser tú misma al cien por cien y compartirlo con los demás. Suelo decir que, innegablemente, el K-Pop conlleva sufrimiento, pero merece la pena».

Ana, Nabi y Ángeles coinciden, en que este movimiento musical se diferencia del resto porque es capaz de marcar tu actitud ante la vida y tu forma de afrontar los problemas. «Yo empecé a escuchar K-Pop antes de decidir qué quería estudiar. Comenzar a ‘‘trabajar’’ con redes sociales desde los 14 años me ayudó a darme cuenta de que eso me hacía más feliz que cualquier otra cosa». Por eso Nabi, a pesar de haber dedicado todo su bachillerato a las ciencias, acabó apostando por estudiar Comunicación Digital y Publicidad.

K Fest, K Pop event. © Jesús G. Feria.
K Fest, K Pop event. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Muchas de estas fans deciden también formarse en el coreano. Empiezan escuchando sus canciones y siguen consumiendo su ficción. El último paso es mudarse allí, como ha hecho Ana superando el vértigo inicial a irse tan lejos. Sólo con hablar con ella se respira su pasión por los cuatro costados. Disfruta compartiendo con los demás esta afición, sin juzgar que sea tu primer contacto con esta cultura. Desde una postura adulta, es capaz de reconocer su fanatismo incondicional por grupos como BTS, pero esto no le impide cuestionarse aspectos que pueden llegar a ser peligrosos, como la idealización de los «idols» o la comunicación de una imagen perfecta sin «cara b».

Incluso a ella se le hace difícil digerir todo el contenido del que dispone ahora. «En esta industria es inconcebible que una banda esté dos o tres años sin sacar un nuevo trabajo. Aquí la publicación de nuevos lanzamientos es mucho más constante, e incluso surgen nuevos grupos casi todas las semanas», asegura Ana.

Aunque comprende que para la cultura occidental resulte exagerado el estatus casi de divinidad que se le concede a los «idols», también reconoce el peso que figuras como BTS tienen en la difusión de la imagen internacional de Corea del Sur: «BTS contribuye a la expansión del coreano como una de las lenguas asiáticas con mayor proyección, mientras permite conocer en todo el mundo aspectos de su cultura o geografía, desconocidos en Europa o Estados Unidos». De hecho, Ana reconoce que conoció a BTS durante una intervención en el latenight de James Corden.

Otro de los mitos –aunque comprensible– que arrastra este fenómeno es que solo se trata de pop. «Yo también lo pensaba. Pero tiene tanta variedad que es muy difícil que no te guste nada. Si renuncias por completo al K-Pop, seguramente sea porque no has dedicado tiempo suficiente en descubrirlo».

Desde que se anunciara la fecha y el cartel del KPOP LUX, Nabi no ha tenido descanso para compartir todo el contenido que se ha generado en los últimos meses. Su cuenta no ha dejado de crecer y de experimentar interacciones e impactos. Precisamente, este es el espíritu de este festival, que su comunidad pueda utilizar esta fecha para seguir construyendo lazos y pertenencia de grupo, mientras intenta sumar adeptos.

De la misma forma, en los últimos días han proliferado las concentraciones de fans, como la celebrada en un local de la Calle 7 de julio. Así, este festival ha servido para celebrar toda una semana de eventos en torno a él, para poder vivir juntos la cuenta atrás.

SHINee, ENHYPEN, ATEEZ, IVE, STAYC, CRAVITY y xikers han sido algunas de las agrupaciones estrella que han hecho las delicias de sus fans. En total, hasta más de 40 artistas se subieron al escenario del Civitas Metropolitano. Un festival internacional que, tras su paso por otras capitales, por fin ha aterrizado en Madrid.