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Patrimonio

Madrid busca una emplazamiento para la estatua de Felipe II

La elección de Madrid, que entonces era una villa modesta, transformó por completo su destino y la convirtió en el corazón político del Imperio

La estatua de Felipe II larazonPatrimonio Nacional

Desde hace más de una década, Felipe II no reina en ninguna plaza madrileña. Su figura de bronce, obra de Coullaut-Valera, aguarda bajo custodia municipal un emplazamiento definitivo mientras que Madrid presume de tener estatuas como la de la Abuela Rockera, del Ratón Pérez y hasta del Perro Paco.

La recuperación de la obra de Federico Coullaut-Valera, que representa al monarca que convirtió Madrid en capital, se ha colado esta semana en el Pleno de Cibeles de la mano de Vox, con una proposición en la que planteó rescatar la estatua por el quinto centenario de su nacimiento y colocarla en Plaza de la Villa, corazón histórico de la ciudad y antigua sede del Ayuntamiento.

"Madrid tiene estatuas al Diablo, al Ratón Pérez, al Perro Paco o a la Abuela Rockera, pero a Felipe II lo tenemos tumbado en un almacén municipal", ha criticado el edil Fernando Martínez Vidal.

Felipe II fue el rey que en 1561 decidió instalar en Madrid la corte de forma permanente --hasta entonces era itinerante--, una decisión que supondría un punto de inflexión para la vida de la villa, que pasó de ser una localidad más del reino a convertirse en la capital política de la Monarquía Hispánica, desplazando a ciudades como Toledo o Valladolid.

La escultura de Coullaut-Valera, que hoy duerme bajo custodia, es una réplica de la pieza de Pompeo Leoni del siglo XVI que guarda el Museo del Prado. Durante años presidió la Plaza de la Armería, entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena, hasta que en 2013 fue retirada por los trabajos de remodelación de la zona y las obras del Museo de Colecciones Reales. Desde entonces, el monarca aguarda en unas instalaciones "cuidadosamente preparadas para la conservación de esculturas" por una ubicación definitiva.

Plaza de la Villa, sin embargo, se encuentra actualmente presidida por otra escultura, la del marino Álvaro de Bazán, por suscripción popular y ya consagrada como parte esencial del paisaje urbano. Sustituirlo, advirtió la delegada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, durante el Pleno, es "absolutamente inviable".

Rivera de la Cruz insistió en que Felipe II "merece un emplazamiento relevante" y aseguró que existen alternativas en estudio, aunque sin concretar. Lo que sí descartó fue instalarlo en la ubicación propuesta por Vox, puesto que la de Álvaro de Bazán "es parte de la plaza desde su instalación hace más de un siglo y se ha asentado como parte esencial del paisaje urbano de ese entorno".

Vida y decisión clave para Madrid

Felipe II fue uno de los monarcas más influyentes de la historia europea y el artífice del imperio en el que "nunca se ponía el sol". Hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal, heredó un conjunto de territorios que abarcaban desde Europa hasta América y Asia, y gobernó con mano firme entre 1556 y 1598.

Una de sus decisiones más trascendentales fue la de establecer la corte de forma permanente en Madrid y cambió su residencia al palacio-monasterio de San Lorenzo del Escorial.

La elección de Madrid, que entonces era una villa modesta, transformó por completo su destino y la convirtió en el corazón político del Imperio. Desde entonces, la ciudad creció al ritmo de la administración y el poder real, consolidando un papel que conserva hasta hoy como capital de España.