Urbanismo

La nueva sede de la Organización Mundial del Turismo toma forma en Madrid

El Gobierno destinará 24,6 millones de euros para la remodelación y ampliación de un espacio cerrado desde hace años

Proyecto de la nueva sede de la OMT en La Castellana de Madrid
Proyecto de la nueva sede de la OMT en La Castellana de MadridEfe

El Consejo de Ministros ha autorizado el contrato para la remodelación y ampliación de la nueva sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT) en el edificio B del Palacio de Congresos de la Castellana, en Madrid, por valor de 24,6 millones de euros.

Esta nueva sede contará con una superficie construida total de aproximadamente 9.000 metro cuadrados (1.300 metros cuadrados de nueva construcción y 7.700 metros cuadrados de superficie reformada).

El proyecto consiste en una reconfiguración interior completa del volumen existente para la adaptación a los nuevos usos, con demolición interior de particiones e instalaciones. Además, se construirá una tercera planta adicional con nuevos elementos estructurales a apoyar sobre los ya existentes.

Se busca un lenguaje arquitectónico contemporáneo, que se diferencie clara pero discretamente del mural diseñado por Joan Miró. La cubierta contará con claraboyas para facilitar la iluminación natural.

El acuerdo administrativo internacional se firmó el 25 de marzo de 2022 entre España y la OMT, por el cual España cede el edificio B del Palacio de Congresos a la entidad por un periodo de 75 años y asume la rehabilitación del mismo.

Además, el Gobierno también ampliará y reformará una parte del Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana, correspondiente a los edificios A y C del complejo, en concreto los destinados a auditorio y recinto congresual.

Inaugurado en 1970

El Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid se inauguró en 1970. Se compone de tres edificios o volúmenes constructivos (A, B y C). Se encuentra adscrito al Instituto de Turismo de España (Turespaña).

En 1995 se produjo un grave incendio que causó el derrumbe del auditorio B y de las dependencias anexas ubicadas en la fachada norte. Tras el siniestro, se acometieron las obras imprescindibles para permitir el funcionamiento del resto del edificio sin proceder la reconstrucción de los espacios afectados, zona que en la actualidad sigue diáfana y sin uso.

El resto del edificio continuó en uso hasta 2012, cuando se decidió la suspensión temporal de las actividades, decisión motivada por una serie de informes técnicos que determinaron que no se satisfacían las exigencias de seguridad de la normativa vigente. La suspensión dejó de ser temporal para convertirse en indefinida, hasta que no se cumpliese toda la normativa de seguridad.