Palacios de Madrid

El palacio de Santoña, una joya del siglo XVII en el corazón del Barrio de las Letras

Primero Juan Gómez de Mora y, ya en el siglo XVIII, Pedro de Ribera, dejaron su huella en esta mansión de la calle Huertas

La gran escalera de mármol de Carrara, una de las joyas del palacio
La gran escalera de mármol de Carrara, una de las joyas del palacioCM

Situado en la calle de Huertas, la mayoría de los madrileños habrán pasado miles de veces por delante de su hermosa fachada en pleno Barrio de las Letras. Sin embargo, la mayoría ignora qué se esconde tras sus viejos muros del siglo XVII que hoy albergan la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid. Hablamos del palacio de Santoña, una antigua casa señorial barroca que tras numerosas reformas terminó convirtiéndose en una bella mansión con extraordinarios salones.

Los orígenes del edificio se remontan al siglo XVII, cuando las parcelas que componen su solar fueron adquiridas por Diego de Rois Bernaldo de Quirós para construir su residencia.

Las obras de esta casa señorial debieron comenzar en 1618, siendo su diseño atribuido a Juan Gómez de Mora. Por aquellos años pisaban estas calles Lope de Vega o Calderón de la Barca y Miguel de Cervantes acababa de morir. La zona era el epicentro del Madrid literario y teatral.

Un siglo más tarde, en 1731, Juan Francisco de Goyeneche, I marqués de Ugena, compra el inmueble, encargándole a Pedro de Ribera su reforma para transformarlo en palacio.

Este arquitecto conservó la estructura de palacio madrileño del siglo XVII, modificando las fachadas y añadiéndole la magnífica portada barroca, muy del estilo de otras muchas que el insigne artista tiene repartidas por Madrid.

La reconstrucción y reforma del interior fue obra de Ignacio Thomas, a finales del siglo XVIII, que respetó la portada de Ribera, aunque se eliminó antigua la torre angular y se llevó a cabo la redistribución interior del edificio.

Como ha ocurrido con tantos otros palacios a lo largo de la historia de Madrid, las distintas intervenciones acometidas han ido dejando su huella y, así, en 1874 el palacio pasó a ser propiedad de Juan Manuel de Manzanedo y González, duque de Santoña, quien, de nuevo, acometió otra reforma y redecoró su interior para transformarlo en un palacio decimonónico.

En este caso, fue Domingo de Inza el arquitecto responsable de los trabajos que consistieron fundamentalmente en abrir un nuevo acceso en la zona central de la fachada de la calle Huertas, colocando una portada idéntica a la que Ribera había realizado en la fachada de la calle del Príncipe y también convirtió los antiguos pasos de carruajes en balcones y amplio los vanos. A esta reforma también debemos la espectacular escalera imperial de mármol de Carrara, con balaustrada diseñada por Carlo Nicoli con esculturas de ángeles leyendo o escribiendo, separados por los escudos de Manzanedo y Santoña, e iluminada por candelabros de bronce. Dos leones esculpidos por Canova vigilan el arranque de la escalera desde el vestíbulo.

Detalle de una de las bóvedas
Detalle de una de las bóvedasCM

La decoración de sus suntuosos salones de la zona noble está considerada una de la más ecléctica de Madrid, y su estilo va del neobarroco al renacentista pasando por el rococó o el oriental. De entre sus estancias podemos destacar el Salón Pompeyano, llamado así por el estilo de su decoración, techo y medallones obra de Manuel Domínguez. La Rotonda, estancia dedicada inicialmente a la lectura, con lienzos atribuidos a Plácido Francés; el Salón de Baile, reconvertido hoy en día en salón de actos con obras que representan el origen del título de Santoña y una alegoría de las cuatro estaciones de Francisco Sans...

Tras esta última reforma, el edifico se convirtió temporalmente en residencia de José de Canalejas y, desde 1933, es propiedad de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, y Servicios de Madrid, que alquila sus salones para eventos.

Esta institución que desde entonces vela por la integridad del palacio, encargó a Fernando Chueca Goitia su conservación. Empezó restaurando distintas partes en 1955, después reformó el patio central añadiendo una crujía para nuevas galerías de circulación y construyó un nuevo ático, en 1958. Después ha sufrido otras reformas para adaptar el edificio a los tiempos modernos, aunque conserva su esencia.

En 1995 se hizo justicia y fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Poco después, para hacer frente al paso del tiempo, se llevó a cabo una rehabilitación completa del edificio que hacen de él uno de los palacios más bellos de Madrid.

Dónde

Huertas, 13

Arquitecto

Juan Gómez de Mora (siglo XVII); Pedro de Ribera (1731); Domingo de Inza (1874)

Año de construcción

1618

Nivel de protección

Bien de Interés Cultural

Uso actual

Cámara de Comercio de Industria de Madrid