Gastronomía

Pistas para llenar la cesta de la compra

Cada día son más las tiendas que venden productos de muy alta calidad

Iván Barranco degustando unas anchoas en Doña Tomasa
Iván Barranco degustando unas anchoas en Doña Tomasaenrique cidonchaLa Razón

Dentro de esta vorágine gastronómica que vivimos y la tendencia por alimentarnos mejor a diario, surgen nuevos establecimientos en los que merece la pena perderse y hacerse con productos con una trazabilidad que todos debemos conocer. Mientras esperamos la apertura de la mantequería de los hermanos Sandoval, nosotros seguimos fieles a nuestras preferidas. En cuestión de venta a granel, somos asiduos de Casa Ruiz, cuyos responsables nos recuerdan que la venta a granel promueve un consumo responsable, comprando únicamente lo que vamos a consumir, y eliminando envases innecesarios. Además de legumbres y frutos secos, encontramos arroces, harinas, azúcares, cereales, copos, algas y setas deshidratadas y coberturas de chocolate.

Llama la atención la selección de açaí, espirulina, guaraná molido, lúcuma y las distintas variedades de maca. En Nut Nut, la novedad son los cacahuetes kri kri con sabor a wasabi, a queso manchego o a barbacoa. Se trata de una tienda en la que descubrir los frutos secos tostados según el modo tradicional del Líbano, donde llevan siglos perfeccionando las técnicas tradicionales. La temperatura, el tiempo, el movimiento y las especias dan lugar a sabores y mezclas únicas. La de frutos secos combinados con fruta deshidratada y chocolates para incluir en ensaladas, cereales o en un yogurt es una perdición.

A Doña Tomasa vamos a comprar las anchoas de costera en mantequilla, los boquerones en vinagre de costera, las gildas y los bocaditos de anchoa con quesuco ahumado. En el 38 de Barquillo nos topamos con Colmado de Bienes, espacio en el que todos los alimentos a meter en la cesta han sido producidos de manera justa y ecológica, de ahí que merezca la pena comprar la fruta y la verdura de la semana. Cerca se encuentra Spicy Yuli (Valverde, 42), el rincón en el que los chefs y quienes cocinan para los suyos en casa se hacen con las especias del mundo y con unos tés de tal frescura que marcan la diferencia. Ejemplo es la canela de Ceylán, agracejo, ajo de oso, ají argentino, aceite para wok tailandés La Tourangelle… En Coalla, no se olvide de dejarse aconsejar por el equipo de sumilleres a la hora de comprar vino, porque su conocimiento es un plus.

Las conservas y el aceite marca de la casa poseen una calidad precio muy competitivos, delicias para añadir en la selección hecha de quesos y en charcutería. Compra poco, compra sano, compra bueno y marca directo es la esencia de El Súper de los Pastores, de donde salimos siempre con huevos de corral, ternera y pollo ecológicos, pescados de la lonja de Santander, porque el artífice es Carlos Zamora, yogures de alta montaña, leche de pasto y con queso de pastores, cervezas con burbujas naturales, cafés de distintos orígenes.... Son sólo algunos de los alimentos con los que elaboran los platos preparados.

En la calle del León, 32 hemos descubierto Más que Cervezas. Además, venden vinos, destilados y la crema de hidromiel crisada que hemos probado. En La Casa de Siempre (Modesto Lafuente, 6) hemos encontrado tabasco con chipotle, una salsa que con unas gotas alegra desde una carne a unas empanadas y que no resulta nada fácil adquirir en la capital. Pero lo que realmente es un privilegio es beberse el conocimiento del propietario Daniel Manzano, quien atesora una selección de vinos muy especial, de conservas, de aceite de oliva virgen extra. Salir del establecimiento con un par de quesos y embutidos es gloria bendita. Apasionados a un té de calidad dirigen sus pasos a Amaté (Argensola, 6), donde lo suyo es probar los tés e infusiones de temporada.

La lata de 20 bolsitas de seda Rooibos African Autumn cuesta 13,50 euros y 13,50 el Matcha Iri Genmaicha. En Thé Atelier, en la Carretera de Húmera, 87), además de una selecta variedad de tés, también podemos hacernos con cafés, cuyo origen es posible conocer in situ, y con distintos chocolates mezclados con frutos secos, frutas y especias, que se compran al peso, ya sea el adictivo blanco con naranja y nueces o el negro con pimienta.