Historia

El trono perdido de Endimión en Madrid

Una fuente que, como tantas otras, embellecieron la Villa y Corte y se perdieron a mediados del siglo XIX

El trono perdido de Endimión en Madrid
El trono perdido de Endimión en MadridBNE

La pérdida de patrimonio arquitectónico y artístico en Madrid podría llenar varios libros. Casi una biblioteca. Una riqueza en la que tienen especial responsabilidad las distintas autoridades que por la Casa de la Villa pasaron. Muchas de ellas dieron ejemplo... de desidia en la gestión de un patrimonio que, en buena medida, ha caído en el olvido. Entre ellas, la conocida fuente de la plaza de Puerta de Moros o fuente del Humilladero de San Francisco,​ puede hacer referencia a varias fuentes situadas en esa plaza de la Villa y Corte. De entre ellas, quizá la más importante y famosa fue la conocida y recordada como fuente de Endimión, construida entre 1620 y 1638. Un conjunto escultórico que aparece dibujado en el plano de Texeira con la referencia numérica 50. Estaba en la confluencia de la calle de Don Pedro y la carrera de San Francisco.

Plano de fuentes en Madrid en la plaza de la Cebada
Plano de fuentes en Madrid en la plaza de la CebadaBNE

Del personaje que le daba nombre, Endimión, cabe apuntar que fue un ser mitológico cuyo destino se entrelaza con el amor divino, en este caso Selene. Estamos ante un personaje notable en la mitología griega, celebrado tanto por su belleza mortal como por su vinculación amorosa con Selene, la diosa de la luna. La pasión de ambos era tal que la diosa decidió subir al Olimpo para implorar a Zeus que le concediera un deseo a su amado. Éste pedía la juventud eterna y el sueño perpetuo, del cual sólo despertaría cuando su amada llegara. Zeus se lo concedió, y desde entonces la pareja no dejó de amarse.

Este Endimión de Madrid, o mejor dicho, la fuente en su conjunto, a la que tantos lugareños se acercaron para calmar su sed o llenar sus cántaros, se atribuye al escultor Rutilio Gaci, con la ayuda de los maestros canteros Martín Gortairy y Miguel de Collado. Fue rematada por esa escultura de mármol representando la figura mitológica de Endimión.

Por lo que se sabe, en fecha relativamente reciente si atendemos al origen del conjunto, allá por el 1905, la estatua de Endimión figuraba en el inventario de un almacén municipal del paseo de Yeserías, junto con la escultura de La Mariblanca.

Posteriormente, Endimión fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional y más tarde al vestíbulo de entrada del Museo de Historia de Madrid

La escultura, de 135 centímetros de alto, traza barroca de posible factura italiana está datado hacia el siglo XVI. Probablemente fue traída a España por el comerciante Ludovico Turchi, un nombre este que aparece relacionado con muchas de las compras y ventas de obras de arte que adornaron y adornan distintas plazas de la capital.

El hecho de que la estatua sea casi plana por la parte de atrás lleva a conjeturar todo tipo de teorías. Obviamente era más barata esa factura y ese trabajo por parte del escultor. Entre las suposiciones está que fuese hecha para ser vista de frente, ocupando quizá el interior de una hornacina.

En la actualidad, la escultura de Endimión forma parte de la colección del Museo de Historia - antes esta institución era conocida como Museo Municipal-. En ese espacio también se encuentra una figura femenina de aire clasicista, que muchos identifican con la Abundancia que presidió la antigua fuente del mismo nombre, en la Plaza de la Cebada.

Unos surtidores de gran belleza que marcaron una época en Madrid. Y es que casi todas estas fuentes fueron proyectadas en el siglo XVII, dentro de un calculado plan de embellecimiento urbano, que el ayuntamiento había encargado al arquitecto madrileño Juan Gómez de Mora y al escultor italiano Rutilio Gaci. Un ejemplo del empuje artístico que animó al Consistorio frente a la desidia y desinterés que tuvo la Casa de la Villa con el paso de los tiempos, que llevaron a la desaparición de muchas de estas fuentes.