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Un viaje en ilustraciones por las curiosidades de Madrid

Amparo Duñaiturria publica «Cuadernos de bitácoras de Madrid», el tercer libro de esta ilustradora que ahora retrata los detalles que pasan inadvertidos de la capital

Ilustraciones Madrid
Ilustraciones MadridAmparo Duñaiturria

A veces solo basta con pararse y mirar hacia arriba. Pararse y mirar, del kilómetro que hay desde el Casino de Madrid hasta la Puerta de Alcalá: las fachadas, las balaustradas, las esquinas, las cornisas. «Esa parte de Madrid es maravillosa y nos pasa desapercibida», cuenta por videollamada la ilustradora madrileña Amparo Duñaiturria. Para ella era tan evidente esta omisión de los detalles de la ciudad en la que nació que, tras la pandemia, se puso a hacer lo que siempre quiso: en vez de ilustrar para los demás, escribir sus libros. El más reciente de ellos es «Cuaderno de bitácoras de Madrid. Un viaje por la riqueza artística y cultural de la comunidad autónoma» (Almuzara, 2025), en el que hace un recorrido de la capital a través de aproximadamente 300 ilustraciones acompañadas de textos.

En Madrid se reconoce un turista: es alguien que se para y mira hacia arriba. Eso comenta Duñaiturria, que tiene experiencia en fijarse en lo más cotidiano: cuando vienen algunos amigos ella suele hacerles recorridos para que conozcan la ciudad. «Los de Madrid estáis acelerados, me decían. No veis por donde pasáis. Es verdad que nosotros lo hacemos», cuenta. Y es que ella tenía experiencia. «Los recorridos que yo hago por Madrid los hago como a mí me han enseñado. Recuerdo ir como mi abuela o con mi padres y me enseñaban Madrid como si fuera un poblachón grande de comercio, de gente trabajadora, de gente de fuera, donde todo el mundo era bien recibido». Por eso: «Decidí bajar de las alturas y dibujar todos esos elementos, arquitectónicos, decorativos o escultóricos que por las prisas, por el ritmo de vida actual, por el lugar donde están situados, muchas veces inaccesible, pasan inadvertidos».

Ilustraciones Madrid
Ilustraciones MadridAmparo Duñaiturria

En su libro no hay grandes panorámicas ni fotos turísticas o de edificios completos: hay detalles como puertas, esculturas, chaflanes, ventanales, frontones. «Quería poner el detalle en lo que pasa desapercibido, con textos muy claros, muy concisos, para que se pudiera leer cómodamente». Un Madrid ilustrado con trazo negro «Está hecho a una tinta, en negro, porque el color muchas veces distrae. Mi objetivo ha sido centrarme en los detalles».

El resultado es una guía personal y artística. «Madrid no es la ciudad más antigua, ni la más monumental, ni la más grande. Pero tiene excepciones. Tiene algo especial. Es cómoda, es segura, está bien comunicada. Y luego tiene grandísima oferta museística. Solo el Paseo del Prado ya es increíble. Es que te podrías pasar un día entero solo visitando museos», cuenta Duñaiturria, que asegura que mucha gente le ha dicho que de fuera conocen Madrid como «la ciudad de los mil museos».

Su trazo se fija en lo que no se suele mirar. «Cuando estoy en el Museo del Prado, en la entrada de Velázquez, me fijo en la escultura que hay en el tímpano. No es habitual que la gente lo vea, y ese relieve te está contando por qué se fundó el Prado. Pero no miramos. O miramos sin ver».

Es muy positivo, dice, que cada vez más madrileños se están interesando por su propia ciudad. «Antes venía la gente de fuera a conocer Madrid y ahora es la propia gente de Madrid la que quiere conocer Madrid». Ella misma, nacida en Santa Cristina, bautizada en la Almudena y criada sus primeros meses en la calle de la Villa, se siente parte del madrileño típico: padres madrileños, abuelos de fuera. «Represento ese perfil. Mis abuelos paternos venían de Durango y los maternos de Valencia. Mi padre es arquitecto, mi madre de Filosofía y Letras, mi hermana de Historia del Derecho. En casa el humanismo estaba muy presente».

Ilustraciones Madrid
Ilustraciones MadridAmparo Duñaiturria

La autora reivindica también lugares muy populares y visitados pero que no conocemos completamente. «Madrid es un museo al aire libre. Para mí El Retiro es un sitio espectacular. El andar por un parque que ha sido “retiro” de reyes, que ahora está abierto a la gente, es un privilegio poder pasear por ahí». Y añade otros: «Es bastante desconocido, por ejemplo, el Campo del Moro, el paseo por detrás del Palacio Real, una zona que llega hasta San Francisco el Grande. La gente cuando viene me dice: “Anda, no sabía que se podía pasear por aquí».

Tiene también cosas la ciudad que le resultan una «delicia». «La cantidad de casas museo que tenemos que enseñan la evolución de la ciudad, por ejemplo; la casas de malicia del siglo XVI, la casa de Cervantes, en Alcalá de Henares del mismo siglo; la casa museo de Lope de Vega o la Posada del Peine del siglo XVII , el Museo del Romanticismo ya del s. XVIII, o la preciosa casa museo de Sorolla principios del s.XX», un Madrid durante años muy mezclado en el que podían “convivir” en un perímetro relativamente pequeño personas de diferente estatus y lugares.

Aunque se le escapa una crítica a la Almudena. «No es la que más me gusta, ni me parece la catedral más bonita de España precisamente… Pero también es verdad que hay que entender por qué Madrid tardó tanto en tener su catedral, porque dependía de la Archidiócesis de Toledo; y hasta que no se acabó el diezmo no se pudo construir». En cambio, se declara enamorada de San Francisco el Grande o del monasterio del Escorial. «Antes de entrar con la gente al Escorial, les hago rodearlo, para que entiendan la dimensión del edificio, su entorno. El arte, el disfrute de la naturaleza y la historia van de la mano».

En su libro, propone andar con pausa y llevar el libro como un acompañante. «El libro está planteado para disfrutar el que ya conoce Madrid y descubrirlo el que lo desconoce. Está dividido entre historia general y recorridos por distritos, resaltando lo más significativo, lo que no te puedes perder. No es un libro para leer en la biblioteca. Es para andar con él y sentir el pulso de Madrid».