
Política municipal
Un viaje a la política municipal: cómo era en 1979 y cómo es hoy
LA RAZÓN reúne a Luis Partida, alcalde de Villanueva de la Cañada desde las primeras elecciones en democracia de 1979, y a Alejandro Navarro, alcalde de Torrejón de Ardoz, el más joven de la Comunidad de Madrid, para debatir sobre política local
Cuando Alejandro Navarro (1990, Madrid) nació, Luis Partida (1946, Madrid) llevaba once años como alcalde de Villanueva de la Cañada. Hoy, el primero, con 34 años, es el alcalde más joven de la Comunidad de Madrid, del municipio de Torrejón de Ardoz (140.000 habitantes), desde agosto de 2023, cuando se hizo con el bastón de mando.
Partida conserva el mismo puesto desde las primeras elecciones en democracia, en 1979. Los dos políticos, del Partido Popular (PP), llegan a la sede de la calle Génova para debatir sobre cuestiones locales y analizar las diferencias entre gobernar un municipio hace cuarenta años y hacerlo hoy.
¿Es más difícil ser alcalde hoy o hace 40 años?
Luis Partida (LP): Yo creo que es más difícil ahora que antes. Porque antes estábamos todos en el mismo nivel, en el mismo pedestal: no conocíamos ninguno la política, no habíamos vivido en democracia, no sabíamos lo que era una administración local. Y todos queríamos lo mismo: avanzar, prosperar, subir, olvidar; hacer cosas: tener colegios, tener calles asfaltadas, tener instalaciones deportivas, tener centros de salud... Tener todas esas cosas que no teníamos ninguno. Ahora contamos con una gran parte de todo eso. Y vivimos en la nueva política. El nuevo político no va pensando en eso que íbamos pensando nosotros antes. Va cavilando en «a ver cómo nos cargamos aquello», la Transición que tanto nos sirvió. O en «quítate tú para ponerme yo», o en el titular de prensa que entonces no existía. Era muy difícil la información. Ahora estamos en la política del oportunismo. De más que ir a construir, a ver cómo te destruyo para quedarme yo o el partido político. Es es lo que echo en falta. Pero hay políticos buenísimos, entre ellos tenemos uno aquí joven (dice mirando a Alejandro Navarro), al que admiro por las cosas que hace. Empezó siendo concejal y ahora es alcalde de un pueblo importante. A mí es lo que más me enorgullece, tener a gente joven que tiene ganan de hacerlo bien y que trata de mejorar, de informarse y hacer las cosas como entonces las hacíamos. Yo siempre me entendí con los políticos de izquierdas: con los comunistas, con los socialistas, con todo el mundo. No había ningún problema, llegábamos a acuerdos. En lo único en que no era en ver quién era el primero en ejecutar aquello que habíamos acordado: todos queríamos ser los primeros. Y eso es la rivalidad.
Alejandro Navarro (AN): No puedo hablar desde la experiencia tan extensa de Luis, pero sí desde lo que hemos conocido, lo que nos han podido ir contando. Y, obviamente, la política ha cambiado y los políticos también. No se demanda lo mismo a un político de años atrás que a un político de hoy día: esa inmediatez de los medios de comunicación, de las redes sociales buscando, como decía Luis, ese titular rápido, claro, incisivo que busca generar que todo el mundo tenga una opinión sobre esa frase concreta que ha dicho el político. Esto hace que la política no pueda ser como se hacía antes, como decía Luis, cargada de una ideología, de unos valores que buscaban la mejora de todos nuestros vecinos. Ahora buscamos más ese conflicto, ese tratar de ver de qué manera te has expresado tú para que el otro pueda oponerse. Y no da tanto lugar a eso que buscamos, que es tratar de que toda la población a la que en este caso cada uno de nosotros en nuestras respectivas alcaldías nos dirigimos, que es tratar de hacer que mejoren en su día a día en su vida. Por tanto, yo creo que como decía Luis, sí que ha cambiado, no tiene nada que ver. Los políticos de antes, a día de hoy, siguen teniendo cabida y Luis es un claro referente de ello.
¿Qué peso tiene la ideología en la política municipal?
AN: Es obvio. Al final parece que la ideología dentro del nivel más municipalista ocupa un segundo plano. No es tan protagonista como puede ser en la esfera nacional. Entendemos que el vecino lo que demanda de ese alcalde es la gestión, que pueda tener esa capacidad de dar respuesta a un problema concreto. No estamos hablando de una ideología, de una teoría que tenemos que desarrollar con grandes debates para ver hacia dónde evolucionamos. En este caso, el vecino lo que nos demanda es: «oiga, yo necesito que mi acera esté correcta, que mis calles estén limpias y que la educación que pueda impartir a mis hijos dentro del abanico en el que yo pueda elegir sea la mejor posible».
LP: Estoy de acuerdo con Alejandro, pero yo siempre practico algo y lo voy a seguir practicando mientras que sea político y me elijan los ciudadanos. Para mí, lo primero es ser alcalde y luego todo lo demás: el partido, la ideología, lo que tú quieras. Yo soy alcalde de todos y cada uno de los ciudadanos. No sé quién me ha votado, ni tengo ningún interés en saberlo (algunos lo intuyo). Me han votado para estar ahí, para servir, para ayudar a la gente. Por lo tanto, mi lema está claro: municipio y luego todo lo demás.
Luis, usted empezó en otro partido (UCD). ¿Cree que antes se hacían más pactos con otros partidos que los que se hacen ahora?
LP: Sin ninguna duda. La Transición hasta los años 90 fue ejemplar para el mundo. Ahora es todo lo contrario, no somos ejemplo de nada. Entonces se llegaba a pactar. Se llegó a aprobar esa Constitución. Había más armonía e interés por solucionar los problemas que tenía España. Había un claro entendimiento entre todas las fuerzas políticas y ganas de llegar a acuerdos.
Alejandro, ¿ha notado más presión a la hora de no pactar con ciertos partidos?
AN: Los últimos diez años de la política en España, sí que hemos visto que estamos abocados a una fragmentación de partidos, que parece que lo que venía era a dar una respuesta, una demanda que tenía la población en la que decía que el bipartidismo tan consolidado no termina de representarme, vamos a abrir la mano, vamos a hacer varios partidos para dar los votos a todos ellos y que ellos luego se pongan de acuerdo. Y quizá la clase política no ha sabido asumirlo así. Y entonces esa fragmentación es lo que ha hecho que a los distintos niveles de la política, nacional, regional o municipal, los acuerdos no lleguen. Lo que hacemos es que cada vez enquistamos un poquito más las cosas. Cada partido trata de arañar aquello que entiende que en este caso es su bandera, pero que no es una bandera ideológica y clara, sino momentánea y puntual para tratar de sacar el mayor rédito a lo que tiene en ese momento. Esto hace que entremos en esa situación tan compleja y de parálisis que tenemos en nuestro país. Es decir, el hecho de que haya habido más partidos en ningún caso ha supuesto un beneficio para la población.
Ahora da la sensación de que los alcaldes solo puedan gobernar con mayoría absoluta, ¿lo sienten así?
LP: Bueno, yo creo que lo es. Es muy difícil gobernar como se está gobernando. Hay un tema que está pendiente ahí, que en algún momento ya se trató, pero que hay que retomar. Y esto no nos corresponde a los alcaldes, aunque sí podemos ser el motor. Hay que modificar la Ley electoral. Un voto tiene que valer lo mismo en todos los sitios. Y claro, modificando la Ley electoral, de alguna forma se disminuirá tanto partidillo y será más posible llegar a acuerdos y gobernar como pasó al principio. Son situaciones también distintas. Hay que modificarla, sí o sí. Sirvió para lo que sirvió, para la Transición y llegar a consolidar la democracia. Y en este momento estamos perdiendo parte de esa esencia que tuvimos hasta los años por lo menos los años noventa.
¿Cómo afectan las redes sociales a la hora de hacer política?
LP: Afectan y mucho. Las redes sociales son el mal de nuestra sociedad. Y el bien al mismo tiempo, si lo utilizamos bien. Se pueden decir las mayores burradas sin saber quién las dice. El problema es que lo utilizan los otros… O nosotros para hacer política y hacer política de partido destructiva, no constructiva.
AN: Lo entendemos de otra manera. Las redes sociales son una herramienta fantástica. Nos permiten con una facilidad que no teníamos antes estar ante los ojos de la gente en cualquier momento. Lo que pasa es un poco lo que estaba diciendo Luis. Su utilización. Y las redes sociales nos abocan a ese desarrollo de la política. Esa inmediatez de todo, como esta entrevista que estamos teniendo grabada. Una pequeña frase sacada de contexto a golpe de tuit (por X) puede viralizarse de repente, y una persona que ha llevado a cabo un gran trabajo puede ser señalada y ver cómo se destruye algo que iba a beneficiar a muchas personas.
¿Creen que ha bajado el nivel de respuesta ante los ciudadanos a través de la prensa? Con las redes sociales, ¿se hace política escribiendo tuits?
AN: Yo no leo periódico en papel. Mucha gente de mi generación lo mismo. Antes recurríamos a esos medios clásicos donde hacías un desarrollo. A día de hoy no hay contexto. Es la frase, es el tuit, es la imagen.
LP: Yo, contrariamente a él, que es joven y vive en otra era. Vive en la era de las nuevas tecnologías. Yo sigo utilizando el periódico en papel. Y es bueno. De ahí salen grandes titulares. De los mensajes en redes no te puedes creer todo porque es lo que es. Pero el titular de prensa en un medio escrito ahí está y se lee, y se ve y se palpa. Yo voy a seguir utilizando La Razón, el ABC, El Mundo y El País, que son los de mayor presencia. Y por supuesto, te recomiendo (le dice a Alejandro, que se ríe) que los utilices de vez en cuando.
¿Usa las redes sociales, Luis?
LP: Lo utilizo muy poco y cada vez me desaniman más. Porque es todo una mentira la mayoría de las veces. Y lo que más rabia me da es el que lo hace a través de un perfil falso.
¿Cómo se vive el problema de la vivienda en sus respectivos municipios?
LP: En Villanueva tenemos una gran dificultad. Tenemos necesidad de vivienda, sobre todo para jóvenes. Acabamos de aprobar tres planes parciales. Y, al tener 30.000 universitarios, desgraciadamente los tenedores de vivienda alquilan las viviendas antes a los universitarios que a las familias. Nuestra pelea es poner en marcha estos planes parciales para atender esa demanda real en Villanueva. El problema no es que los políticos no queramos hacer viviendas. Todos queremos. Y que ningún joven de nuestros municipios se tenga que marchar por esto. Pero hay tantas dificultades a la hora de gestionar ese suelo para hacer viviendas... debido a la excesiva normativa y legislación que tenemos. Yo recuerdo que al principio no había tanta legislación, tanta normativa. A mí me gustaría empezar mañana. En la Comunidad de Madrid están en ello, tengo que decir que la Ley ómnibus agiliza un poco las cosas, pero yo creo que hace falta mucho más y no depende únicamente ahora de las Comunidades Autónomas, sino también de la administración central. Hay que ponerse de acuerdo y hacer una ley del suelo que no deje de proteger, pero que agilice más las cosas, aplicar el silencio positivo. No puede ser que para obtener un informe de la Confederación Hidrográfica del Tajo estemos esperando un año. Nos tenemos que poner todos las pilas, las tres administraciones, pero principalmente la central y la autonómica, para poder hacer vivienda y que acceder a una casa no sea un problema como no lo es en otros países.
AN: La situación de Torrejón no es diferente a la del resto de España. Una consultora inmobiliaria de internet sacaba un estudio en 2024 que calificaba a Torrejón como la número uno en demanda de pisos de alquiler. Eso habla muy bien de nuestro municipio, habla de la calidad de vida que te ofrece Torrejón. En Madrid se ha convertido en un verdadero problema poder adquirir una vivienda o encontrar una en alquiler. Por eso la gente empieza a mirar en todas las ciudades limítrofes. Desde el Ayuntamiento también estamos poniendo en práctica ese plan de alquiler para torrejoneros para que no tengan que marcharse. Pero claro, cuando desde el Estado se está hablando de una posible regulación de todos esos alquileres, lo único que vamos a conseguir (se ha visto como en Barcelona que no ha resultado efectivo), es tensar mucho más ese mercado. Creo que tendríamos que tratar de liberalizar el mercado, tratar de dar unas bases para que todo el mundo tuviera una capacidad de acceder a esas viviendas.
Si no es interviniendo el mercado, ¿la otra opción es construir más? Muchos municipios han llegado a un tope. ¿Hay que construir en altura? ¿Qué margen tienen los ayuntamientos para actuar sobre el problema de la vivienda?
LP: Cada municipio es distinto. En Villanueva la máxima altura permitida son tres. Ahora lo vamos a elevar con el nuevo plan general a cuatro alturas porque existe la picaresca de bajo cubierta. Pero no mucho más de esas cuatro. Porque estamos donde estamos: en una zona rica medioambientalmente que es una maravilla. Y tenemos que seguir potenciando eso. Hay que hacer viable el desarrollo. Hay que liberar más suelo. Si nos ayudan un poco los demás y aprueban rápidamente todos los planeamientos, estoy seguro que en tres o cuatro años nuestros jóvenes tendrán vivienda.
Ahora que la gente y los jóvenes se van desplazando lejos de la capital por el problema de vivienda, ¿qué problemas enfrentan sus municipios en cuanto a movilidad y transporte?
LP: Torrejón, seguro, está mejor comunicado: tiene medio ferroviario. Esperamos que algún día consigamos acercarlos, sobre todo al Hospital Puerta de Hierro, que es el único de la Comunidad de Madrid que no tiene un medio ferroviario para llegar. Con llegar ahí es suficiente para la zona del noroeste, el poder tener un transporte mucho más eficiente y hacer un gran aparcamiento disuasorio. Pero afortunadamente tenemos buenas comunicaciones por carretera. Estamos bien, pero necesitamos un transporte ferroviario. Esperemos que con el tiempo lo consigamos. Es cuestión de que los alcaldes de la zona machaquemos. Y la primera puerta a la que vamos a llamar es a la de la Comunidad de Madrid.
AN: En cuanto a la línea de ferrocarril, ojalá que llegue y, el día que lo haga, ojalá que funcione bien. Es palmaria la situación que estamos viviendo todos que tiene el Cercanías en la Comunidad de Madrid. Torrejón no es un caso exento. Día tras día. Hemos hecho demandas al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Nos dicen que están trabajando, que parece que va a haber una inversión que va a llegar. Es complejo.
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