Medio Ambiente

España reduce una cuarta parte de sus emisiones

De 2005 a 2018, casi todos los sectores económicos han reducido su volumen de CO2, según un estudio de la Fundación Naturgy. La generación eléctrica, la que más ha recortado, lo ha hecho en un 50%. Por contra, el transporte se ha convertido en el principal emisor

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Cielo despejado en Madrid visto desde el Cerro del Tío Pío durante el día 46 del estado de alarma, después de que varios estudios registren bajos niveles continuos de concentraciones de dióxido de nitrógeno en Europa coincidiendo con las medidas de bloqueo implementadas para detener la propagación del coronavirus, en Madrid (España), a 29 de abril de 2020.29 ABRIL 2020 CORONAVIRUS;COVID-19;CONTAMINACIÓN;PANDEMIA;ESTADO DE ALARMA;Eduardo Parra / Europa Press29/04/2020Eduardo ParraEuropa Press

La Fundación Naturgy acaba de presentar los resultados del Estudio «Evolución de las Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)G en España 2005-2018». Un informe que tiene en cuenta los últimos datos disponibles y oficiales, y que los presenta de forma gráfica y accesible para que se entienda en qué situación nos encontramos y qué tendencias se advierten por sectores. La entidad ha contado con el trabajo de la consultora Liken Carbon Hub para realizar este informe que, además, tiene en cuenta los datos del Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero de España (los últimos son de 2018) y los del sistema de comercio de derechos de emisión europeo (que comenzó en el año 2005).

La principal conclusión del estudio es que España ha reducido un 25% sus emisiones desde 2005. Dichas emisiones han pasado de 475,5 toneladas de dióxido de carbono equivalente por cada millón de euros de PIB, a 278,04 en 2018. «Este estudio demuestra que es posible desacoplar el crecimiento económico y la generación de riqueza de las emisiones», afirma José Antonio Gesto, socio director de Liken Carbon Hub y coautor del informe. «Todo en un momento en el que Europa se ha propuesto liderar la lucha contra el cambio climático y alcanzar neutralidad en carbono para 2050», añade Manuel Calvo, director de Energía, Tecnología y Medio Ambiente de la Fundación.

En cuanto a lo sectores, sobresale la disminución de emisiones que ha experimentado el ámbito de generación de energía en este tiempo, que supone casi un 50%, o el sector residencial, con una bajada del 30% debido principalmente a la mayor penetración de la energía renovable en el mix y la participación del gas natural en la generación. Mientras, sectores como el del transporte presentan en los últimos años una tendencia alcista. El dibujo de los GEI para el año 2018 quedaría de la siguiente manera: del total, el transporte representa el 27%, mientras que las de la industria (uso de combustibles y emisiones de proceso) alcanzan un 22%. Por otro lado, la actividad de generación de electricidad supone un 17,8% y el sector residencial-comercial un 9%. «El transporte es el sector que más emisiones ha tenido durante 2018. Este estudio sirve para ver cómo la movilidad movilidad está muy ligada a la actividad económica. De hecho, los gráficos apuntan a un descenso claro durante los años de crisis económica y un aumento los últimos tres años», matiza Luis Robles, socio de Liken Carbo Hub y coatutor del estudio.

EL RETO: LOS SECTORES DIFUSOS

Son los sectores dentro del régimen de comercio de derechos de emisión los que han mejorado sus ratios de volumen de emisiones y los sectores difusos los que han crecido en estos años en incidencia sobre el cambio climático. «Mientras que en 2005 los sectores difusos representaban el 58% de las emisiones, en 2018 este porcentaje se ha incrementado hasta un 62%. En sentido opuesto, los GEI de actividades incluidas en el régimen de comercio de derechos de emisión han pasado de representar el 42% del total nacional en 2005 al 38% en 2018», se lee en el estudio. Hay que recordar que el sistema europeo de comercio de Derechos de Emisión regula las emisiones de unos 11.000 focos considerados como grandes emisores, que suponen el 40% de las emisiones de gases efecto invernadero. Y, por otro lado, los sectores difusos incluyen transporte, agricultura y ganadería, residencial y servicios, residuos, etc.

«El mercado de derechos de emisiones funciona muy bien cuando se trata de instalaciones que son fáciles de controlar. Los sectores difusos, como el residencial o la agricultura, se caracterizan fundamentalmente por pequeños productores de emisiones muy dispersos y que a veces resulta técnicamente más complicado de integrar dentro de la legislación y la normativa», explica Gesto. De hecho, uno de los debates interesantes que hay encima de la mesa a nivel internacional es cómo hacer para controlar y reducir los GEI en estos sectores. Una de las opciones que se baraja es incluir parte de ellos en el mercado de emisiones de carbono como ya sucede por ejemplo con el transporte por avión. Otra es establecer algún tipo de fiscalidad o impuesto por emisión para estos sectores. «El camino de desacoplar el crecimiento de las emisiones ya lo estamos recorriendo pero ahora hay que intensificarlo», dice Gesto.