Arte para abordar el problema del futuro del agua en el mundo

Saber gestionar con eficiencia los problemas de cada día es una cuestión de arte. En los últimos meses, la falta de precipitaciones y la sequía nos ha impuesto el reto de volver a adaptarnos a un entorno donde la falta de agua nos va a exigir cambiar nuestros hábitos y formas de vivir. Y aunque aún nos encontramos en plena búsqueda de soluciones, para expertos de la Fundación Botín de Cantabria, saber gestionar el agua es una cuestión de conocimiento, compromiso y sobre todo, arte.

Creatividad e ideas de gestión

Además de ser un soporte para el arte y el emprendimiento, uno de los proyectos de la Fundación Botín, está centrado en el desarrollo de actividades sostenibles. Así nació el Observatorio del Agua, que trabaja la idea de que «El problema del agua del mundo no es un problema de cantidad, sino de gestión», dice Javier García Cañete, director de Programas de Centro Botín. Esta iniciativa es un think-tank interdisciplinar que impulsa los debates actuales y emergentes sobre la gestión de los recursos hídricos, tanto en España como en el resto del mundo, a fin de mejorar las políticas relacionadas con el agua. «Trabajamos fundamentalmente con el análisis de todo el problema de la escasez del agua, a través de la definición de la huella hídrica y el comercio virtual del agua, es decir, definir que es mejor producir en un país, dependiendo de sus características hídricas», afirma García Cañete.

Con el fin de concienciar más a las nuevas generaciones, el Observatorio del Agua convoca cada año al menos tres premios a la innovación y la difusión de ideas, proyectos y tecnologías con resultados probados para la gestión sostenible del agua y está dirigida a creadores, investigadores, tecnólogos, emprendedores sociales, activistas o comunicadores que hayan contribuido a la gestión sostenible del agua. El año pasado, el premio de la Modalidad A de la octava edición fue otorgado al Corporativo de Servicios Ambientales de Sustentabilidad de CPlantae SRL de CV (México), por el proyecto «CPlantae: jóvenes emprendiendo con lombrices para proveer saneamiento en México». Para este año, la convocatoria está abierta hasta el 31 de julio. En otra línea, los estudios que actualmente se indagan en este proyecto se enfocan en la sequía y el análisis de las cuencas hídricas.

Para Fátima Sánchez, directora ejecutiva del Centro Botín, «la sociedad está cada vez más involucrada con los problemas medioambientales y esa preocupación también se ve reflejada en algunas de las exposiciones de arte que se exhiben en el Centro Botín».

Una de estas es la obra de la artista estadounidense, Roni Horn, quien hace una crítica al trato del medioambiente y la cuestión de estar presente. Bajo el título «Me paraliza la esperanza», la exhibición abarca tres décadas de su carrera a través de fotografías, dibujos, esculturas y performances de orientación conceptual. Destaca la continua exploración de Horn sobre el proceso del devenir en relación con la identidad y el lugar. El agua y el clima también son fundamentales en su práctica, ya que su mutabilidad y naturaleza ambigua reflejan nuestra identidad, entendida como algo que no es fijo ni estable.«Las creaciones de un artista tienen potencial para impactar emocionalmente y para desarrollar la creatividad y el pensamiento creativo», dice Sánchez, asegurando que los artistas contemporáneos hablan del mundo actual y de las problemáticas que tenemos.

Según la directora del Centro, «ellos expresan temas de igualdad, sostenibilidad, porque les preocupa muchísimo el mundo en el que viven». Así, el éxito del centro se ve reflejado también en el número de turistas que llegan a Santander.