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El campo español se suma a la movilización agrícola en la UE
El foro celebrado en LA RAZÓN sobre la situación en el sector resalta algunos problemas como las exigentes políticas que asfixian a los productores frente a terceros
Los agricultores franceses llevan días protestando en las calles y ayer mismo se producía una tractorada en Bruselas, lugar donde se deciden la política agraria y medioambiental de la UE. También en Alemania, Polonia y Rumanía el sector agrario anda revuelto; se manifiestan por los recortes, por políticas ambientales y un exceso de burocracia que les está asfixiando, dicen, y por el aumento de los costes de producción. ¿Y qué pasa en España? Al menos de momento, parece que todavía no ha prendido la llama de la calle, pero el campo se está movilizando, harto de sentirse abandonado y «de que le dejen morir». Así lo han manifestado los asistentes al foro Consecuencias del acoso al campo: alimentos frescos solo para ricos» que se ha celebrado en La Razón y que ha contado con la participación de Natalia Corbalán, portavoz general de la plataforma SOS Rural; Adolfo García Albaladejo, director general de Camposeven, y Jorge Jordana Butticaz, director del Área Agroalimentaria de la Fundación Lafer.
El debate comenzó con un análisis de la situación de los precios de los alimentos (en dos años, la cesta de la compra ha subido en España un 27%) y sobre la situación que se vive en el campo. Los asistentes coincidieron en su preocupación por las pequeñas explotaciones agrarias familiares y en considerar que lo principal para revertir la situación es que se escuche al campo, se vea la realidad del trabajo y de los costes de producción y se diseñe un marco legislativo en consenso con ellos. «En Francia se ha encendido la mecha, y que se hayan dicho frases como “queremos que París pase hambre” es muy grave y da la medida de dónde estamos. España padece problemas muy similares a los del resto de la UE. Los ganaderos se ven abocados a sacrificar su cabaña por una regulación de protección animal que hace imposible mantener las explotaciones; las exigencias ambientalistas liquidan la agricultura y se criminaliza la actividad agraria. La situación del campo es algo que tiene que preocupar a la sociedad civil porque la alimentación es el bien más preciado que tenemos en una sociedad», afirmaba Natalia Corbalán, representante de SOS Rural, movimiento que como ellas misma recordó nació en 2023 como parte de la sociedad civil para combatir la atomización del sector agrario español.
Unión
Y es que la falta de unión es una de las características del sector. Así lo explicaba Jorge Jordana: «El problema del sector primario español es su falta de unión. La mayor cooperativa lechera del mundo es una unión de una holandesa con otra sueca. En Francia hay una organización agraria, en España, tres... Además, las organizaciones agrarias están todas subvencionadas por el Estado, y el que paga, manda», dijo. El director del área Agroalimentaria de la Fundación Lafer insistió, también en otro de los problemas que atañe al sector, la ingente burocracia y las políticas verdes europeas: «Hay cuatro ejes en la agricultura: producir alimentos suficientes, a precio asequible, protegiendo el medio ambiente y que genere suficiente riqueza para ser sostenible. Es difícil que vayan iguales, pero por eso hay que hacer un programa a largo plazo entre todos que aúne agricultura y medio ambiente. No como la actual agenda verde que fue puesta encima de la mesa sin ser discutida. Hay una medioambientalismo sociológico en toda Europa que lleva a que las políticas que se estén implementando sobre el sector primario sean asfixiantes. Estas medidas buscan fundamentalmente producir menos a un precio asequible y eso es imposible. El producto ecológico baja la producción de un 30%. Eso significa que habrá que aumentar los precios un 30% nos guste o no nos guste».
Adolfo García, agricultor ecológico se sumó a estas palabras considerando que el tiempo y la energía que se dedica a rellenar papeles sería más útil si se invirtiera en I+D: «Tenemos la burocracia de las legislaciones europeas, luego la española y las autonómicas… lógicamente el departamento más grande resulta el de calidad por todas las normas y por la cantidad de documentación que tiene que preparar un agricultor. Todo eso no hace nada más que encarecer los costes, pero lo más grave es que los costos se pueden bajar, pero se necesita investigación e innovación y que los técnicos del campo estén en el campo».
Agricultura y medio ambiente
La pregunta flotaba en el aire: ¿se ha querido convertir a la agricultura en el enemigo de la ecología? Para Adolfo García el problema es que «hay un desconocimiento total y absoluto del campo. De cómo han cambiado las técnicas de cultivo en los últimos 50 años. Ya no hablo de agricultura ecológica, sino de convencional incluso, y las consecuencias son palmarias para todos los españoles: la alarmante subida de los precios de los productos frescos en los supermercados, que se están convirtiendo en artículos de lujo. De hecho, su consumo en España está disminuyendo a gran velocidad y están siendo sustituidos por ultraprocesados. Voy a coger una frase que me dijo un buen amigo mío hace poco: No se puede producir en verde con números rojos. Los costes de la producción ecológica son mayores y los precios tienen que subir».
Tomates de Marruecos
Otro punto caliente del debate fue la entrada de productos de terceros países. «Según las previsiones de la Unión Europea la producción de tomates va a descender en un 21% en España y para 2035 nuestro país será importador neto de tomate. Es decir, que nuestras ensaladas van a quedar en manos del rey de Marruecos. Cuando solamente él nos pueda vender el tomate, ¿a qué precio creen que va a cobrar Marruecos el tomate?», afirmaba Natalia Corbalán. En este sentido, los datos de comercio exterior de la UE demuestran cómo las importaciones de tomate marroquí al mercado europeo se han incrementado en el 52% desde 2013 hasta 2022. «Lo que es realmente frustrante es que sea la propia UE quien financie la creación de nuevas tierras de cultivo en Marruecos para externalizar la producción, mientras el mundo rural español y europeo agonizan», matizaba Corbalán. «La UE comete un delito cuando no ampara la competencia leal y la igualdad de las reglas comerciales para todos como está escrito en los Tratados, al dar entrada sin control a productos procedentes, por ejemplo, de Marruecos. ¿Cómo es que nadie ha llevado todavía a las instituciones ante el Tribunal Europeo por vulneración de la competencia?, afirmaba contundente Jorge Jordana.
Relevo generacional
Otro de los asuntos que preocupan al sector, acosado por una situación cada vez más difícil, es la falta de relevo generacional, porque si el campo no resulta atractivo para los jóvenes, existe el riesgo de que la tierra acabe en manos de grandes fondos de inversión. «La producción agrícola y la tierra rural sufren movimientos especulativos que obligan a los agricultores a ver cómo sus terrenos son reemplazados por industrias que no contribuyen al objetivo de la seguridad alimentaria, como la instalación masiva de placas solares en tierras de cultivo, una expropiación de facto de la tierra», se dijo durante el debate.
Adolfo García Albadalejo sabe bien lo que ocurre porque ha pasado 50 años a pie de campo. En ese tiempo ha visto a los jóvenes huir de las zonas rurales y, al cabo de los años, volver formados para hacerse cargo de las explotaciones familiares. Sin embargo, ahora, dice, vuelve a asistir al decaimiento y a la fuga una vez más de los jóvenes «por todas estas medidas burocráticas, etc., de las que estamos hablando. No sé si la intención es que al final se quede la producción en manos de unos pocos y que los pequeños vayamos abandonando, unos por aburrimiento y otros porque no podemos vivir en el campo».
La portavoz de SOS Rural (que también recoge el tema del relevo generacional entre sus preocupaciones) recordó que en España el 86% de las explotaciones agrícolas están gestionadas por personas de más de 45 años. «Yo creo que son datos muy relevantes, ¿sobre quién va a quedar la producción de alimentos y qué va a pasar con el pequeño y mediano productor, verdadero sostén del mundo rural porque es el que genera riqueza? El mundo rural necesita los mismos servicios para que la gente pueda vivir en igualdad de condiciones respecto a los de ciudad y resulte atractivo para los jóvenes», decía. Jorge Jordana coincidía en este análisis al señalar que «cuando se habla de España vaciada se nos olvida que esas zonas rurales no tienen los mismos servicios que tiene una ciudad, por lo que es normal que se vaya perdiendo población. Si no hay una España rural con servicios de farmacia, médicos, internet, nunca va a resultar atractiva, ¿quién va a querer vivir así en el medio rural? Con cada persona que se va de un pueblo, la actividad económica y el mundo rural van encogiendo.
Una de las conclusiones a las que se llegó en la mesa es a la necesidad de que se escuche al campo, de dialogar entre sectores y llegar a políticas que estén consensuadas también en temas de agua, uno de los grandes retos en España. «Esta época de más sequía y de cambio climático merecen una reflexión general y común y que se acometa un nuevo plan nacional de obras hidráulicas», decía Jorge Jordana durante una de sus intervenciones.
Pero para hacerse oír, consideraron los ponentes, es necesaria la unión del sector y «una representación válida», que lleve la voz del mundo rural allá donde se toman las decisiones. «No hay ni en España ni en Europa una representación política válida que defienda al sector primario», exclamaba Jordana durante el debate. Corbalán recogía el testigo para destacar el trabajo que quiere llevar a cabo la plataforma de la que es portavoz: «tenemos una tarea ingente. Yo creo que ahora sí el campo ha despertado y es un buen momento para concienciar de la labor tan importante que suponen para nuestra sociedad agricultores y ganaderos. Se necesita una respuesta política contundente y unitaria del campo español para evitar su colapso». Corbalán avanzó, además, su coordinación con las plataformas europeas que ya están movilizadas en Francia, Alemania, Italia o Rumanía a través de una iniciativa ciudadana que acaba de presentar en Bruselas. No hay que olvidar que ese año, además, se celebran elecciones al Parlamento Europeo.
«No sé si la intención es que la producción se quede en manos de unos pocos y los pequeños abandonemos»
Adolfo G. Albadalejo, Camposeven
«Esta época de sequía y cambio climático merecen una reflexión general y común sobre agua»
Jorge Jordana, Fundación Lafer
«El campo ha despertado y es un buen momento para concienciar sobre la labor que realiza»
Natalia Corbalán, SOS Rural
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