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Desarrollo sostenible

Los diamantes éticos y de minerías artesanales que llegan de Perú

Imelda de Val es una joyería peruana con Sello Fairmined, que acredita la minería responsable

Joyería peruana Imelda de Val, con sello que le acredita minería responsable
Anillo Pandora, diamantes naturales y oro 18 K Imelda de Val Imelda de Val

La industria de la joyería a menudo suele estar envuelta por diferentes prejuicios sociales y medioambientales, si bien hay mercados potentes en Europa, muchos países de Sudamérica también son ricos en minerales y su producción muchas veces pasa por desapercibida. En Perú, el sector enfrenta importantes desafíos por el daño que ocasiona la producción masiva que muchas empresas realizan alrededor, donde las comunidades locales son las que más perciben estos efectos.

Minería Responsable

Darle una vuelta a esta realidad es complicado, pero gracias a diversas iniciativas, la industria de la minería peruana podría cambiar y mostrar una cara más amable.

Esta es la intención del Sello Fairmined, una certificación que califica el nivel más alto de minería responsable, la cual se renueva y audita cada año, para garantizar el compromiso de las marcas que trabajan en el sector. Obtener esta insignia no es sencillo, de hecho es un proceso que puede tardar años en ser alcanzada.

La refinería y la extracción de minerales es un tema muy sensible en el país sudamericano, ante ello, nacen nuevas marcas que trabajan por dar un cambio en la industria, como es el caso de Imelda de Val que propone al mercado una «joyería sostenible».

«Nuestras piedras preciosas son obtenidas sólo de fuentes legales, y proveedores autorizados para la comercialización de las piedras. Nuestros diamantes están certificados por laboratorios GIA, institución líder en el campo de la gemología», cuenta a LA RAZÓN Valery Lisboa Goicochea, CEO y Fundadora de la marca de joyería peruana sostenible Imelda de Val.

A su juicio, a diferencia de la refinería consumista y sobreexplotada, su empresa trabaja con organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala (MAPE), las cuales aseguran que no se genere una sobre explotación de los recursos naturales. Este compromiso se reafirma gracias a que sus piezas son producidas con oro del sello Fairmined, el cual asegura la trazabilidad del material y la extracción respetuosa con el medio ambiente y las personas que participan en dicho proceso.

Tal y como cuenta su propietaria, la marca no motiva las compras masivas, las piezas que producen son de baja demanda, y atemporales. «No perseguimos modas, pero sí historias que inspiran», dice Valery.

Además de su valor ecológico, la marca busca dibujar los pasos de sus clientas y plasmarlas en oro y piedras preciosas, haciendo una pieza única e irrepetible para cada una de ellas.

Joyas con pasión e historia

Imelda de Val es una firma que encarna pasión, sencillez y trabajo sin precedentes, tal y como es su creadora, Valery, una mujer que hoy ve el resultado de un trabajo que creció desde muy abajo.

Si hacemos una mirada al pasado, la hoy reputada empresaria, fue siempre una soñadora como muchas. La joven peruana empezó en las calles de Lima como vendedora de biblias, poco a poco, su sacrificio la empujó a dar un salto y ser parte de los equipos financieros en Perú, hasta convertirse en la dueña de esta firma con la que inicia desde ahora a vender en el extranjero (siendo Madrid su primera parada).

De este modo, Imelda de Val acaba de abrir en plena Gran Vía, 17, un nuevo espacio donde recibe a todos aquellos que buscan plasmar en joyas un poco de su historia. El proceso es tan sencillo como pedir una cita previa y hablar con el equipo, quienes se encargarán de escoger y recomendar qué diamante, rubí o esmeralda les representa mejor.

«Una joya es el reflejo de tu alma, de tu vida y yo me encargo de recoger esa esencia y representarla en joyería», sentencia Valery.